Capítulo 24

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Algo desorientada tomé mi móvil de la mesita de noche para descubrir ante mi asombro que ya era demasiado tarde, me levanté de la cama con pereza para descubrir que llevaba la misma ropa de la noche anterior.

Salí de mi habitación descalza siguiendo un delicioso aroma a dulce hasta detenerme frente a la cocina dónde estaba Fabián dándome la espalda mientras batía con rapidez una mezcla de huevos y harina, me senté en una de los taburetes llamando así su completa atención.

— Buen día, preciosa. ¿Dormiste bien?

Me preguntó y cuándo quise responder un terrible dolor sacudió mi cabeza provocando que soltara un gruñido de frustración.

— Anoche bebiste demasiado—. Me avisó dejando a un lado su mezcla para pasarme un vaso con agua y un calmante para el dolor.

— Lo siento por haber sido una carga para ti—. Mencioné apenada tomando la píldora antidolor y pasarmelo por mi garganta sin necesidad de beber agua—. Necesitaba desahogarme.

— Eso no es una excusa, beber en exceso te podría causar graves problemas en tu cuerpo—. Me reprocho dejando un exquisito desyuno frente a mi.

— Descuida. No volverá a suceder.

Fabián me observó cómo si quisiera decirme algo cosa que levanté una ceja curiosa por lo que diría después.

— En tu estado de ebriedad no parabas de mencionar el nombre de Ezra. ¿Es tu novio?—. Al escuchar aquél nombre mi cabeza hizo un click recordando la noche en que Ezra se había ido para no volver jamás, dejé escapar un suspiro ... ya pasó un mes desde aquél suceso.

— Te equivocas. Es un amigo, bueno mejor dicho ex-amigo.

— ¿Ex-amigo?—. Preguntó confuso lo cuál asenti.

— Dejamos de serlo por una tontería mía.

— No creo que haya sido tu culpa ni la de él. Verás que muy pronto volverán a ser amigos—. Fabián me tomó de la mano en un apretón dándome apoyo lo cuál agradecí internamente.

— Gracias por apoyarme en éstos momentos difíciles para mi. Eres un gran amigo.

— Estaré para ti siempre, preciosa.

Luego de aquella conversación decidimos desayunar platicando temas sin sentido y riéndonos de las tonterías que pasaban por la televisión, luego de unos minutos Fabián se despidió de mi debido a que tenía un exámen muy importante dentro de una hora por lo que se fue a toda velocidad.

Dejé los trastes sucios en el lavado para dirigirme a la sala y tomar asiento frente al televisor, tomé con manos temblorosas el pasaje de vuelo que el estado me había comprado con el objetivo de que ya me fuera de su país.

Sólo faltaba dos semanas.

Una lágrima involuntaria cayó por mi mejilla al saber que ya no volvería a ver a Ezra nuevamente, sin él a mi lado ya no tenía nada que hacer en esté lugar solamente me quedaba regresar a mi solitario hogar en California.

Dejé caer mi cuerpo entre la suavidad reconfortante de mi mueble mientras mis ojos observaban sin sentido el techo hasta caer profundamente dormida sin ganas de salir o hacer algo de limpieza. Mi única tranquilidad era solamente dormir y soñar con lo que hubiéramos sido si no lo hubiera rechazado aquella noche.





 Mi única tranquilidad era solamente dormir y soñar con lo que hubiéramos sido si no lo hubiera rechazado aquella noche

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BESTIA SANGRIENTA  [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora