EPÍLOGO parte 2.

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— ¡Mami! — Blake llegó a mí corriendo. La tomé en mis brazos y la pequeña se ocultó en mi cuello. — Mamá dijo que aquí estabas llorando porque no te dieron un dulce. — B señaló la pintura y miré a Camila. Me sonrió burlesca.

— Si, mi amor. Es que amo los dulces, ya sabes. Si me quitan un dulce lloro, ¿Tu no? — la pequeña asintió, entendiendo la situación.

Camila y yo nos reímos, sabiendo que era mejor que creyera que su mami lloraba por un dulce, que por la vida. Talvez después, cuando crezca, conozca la propia vida y sus injusticias.

— Mierda, si sigo embarazada un mes más. Juro que me lo saco yo misma. — llegó Normani, Ian detrás de ella sostenía su bolso. Tapé los oídos de B, negué en forma de desaprobación. — Tu nunca sostuviste un bebe, Jauregui. — me reí.

— Algún día, loca. Pero no me quejaría igual que tú, seguro. — B aplaudió, abrazándome por la idea de tener un hermanito. Camila sonrió con ternura. Ya lo habíamos hablado y estábamos pensando en la idea de tener otro hijo.

— Mierda. — llegó Dinah, susurrando la palabra para que Blake no la escuchara. La niña me miró subiendo la mirada y me encogí de hombros haciéndome la idiota que no sabía que dijo Dinah. — ¿Otro? Espero no salga como B. Porque juro que se buscan otro niñera. — nos acusó. B subió sus manitas, queriendo que Dinah la tomara, la chica alta no pudo resistirse y la tomó en sus brazos. — Eres una ternurita. James trae dulces, vamos por él. — escuché, porque su forma de susurrar no era buena.

— Dinah, ni se te ocurra mujer. — Camila abogó por nuestra salud siguiéndola. Normani siguió quejándose con Ian.

— Yo que tú la detengo. Sabemos cómo es Dinah. — llegó Ally al observar la escena. Me reí, negando. — Felicidades, Lauren. Estas pinturas son increíbles. — me felicito en un abrazo. Detrás Will me saludaba con la mano, lo hice igual. — Estaba hablando con Chris, la inauguración de la nueva empresa será la próxima semana. Te quiero ahí. — amenazó con la mano, asentí. Seguía pareciendo una mujer pequeña y tierna aunque amenazara.

— Ahí estaré. Yo también estoy orgullosa de ti, ven acá Ally bebe. — la jalé en un abrazo, la mujer era como otra hermana. Vaya que le gustaban los negocios, me lo dejó en claro y tomé la decisión correcta de que fuera presidenta de Murcoff Company.

Llegó Camila, quedándome a solas con ella, la mujer estaba a mi lado, tomando mi mano.

— Estás muy feliz. No fue mala idea lo de tu padre, ¿Verdad? — me reí, no le daría la razón. Solo la tomé de las mejillas y la besé.

Juré que no podía ser más feliz.

***

Y como siempre buscamos una causa para festejar, ese día no fue diferente.

Llegamos a casa a festejar por la exposición. Estábamos todos en el pateo, bebiendo, platicando, comiendo.

Éramos todos, una familia dispareja. De verdad. Las familias no siempre son la verdadera familia. Padre, madre, hijos, primos, no.

Aquí estábamos amigos, padres, hermanos, todos revueltos sin ningún parentesco. Todos sin ninguna unión de sangre alguna. Pero nos queríamos y apoyábamos igual. Sin necesidad de aquella unión.

Los niños jugaban con los juguetes de Blake y se escuchaban sus risas de fondo. Era muy tiernos verlos jugar.

Nosotros nos reíamos platicando del pasado, del presente e incluso; imaginando el futuro.

— Tenemos un anuncio que darles. — interrumpió James, tomando la mano de Dinah. Todos miramos atentos. — ¿Miran la barriga de Normani? — preguntó, puso su mano en la barriga de Dinah. Sorprendiéndonos. Mierda. — Pues... Esa casa que esta allá enfrente, es nuestra. Somos vecinos, familia Cabello-Jauregui. — aplaudió felizmente, todos nos reímos por la buena forma de despistar de James. Era un idiota bromista.

La Vida y sus Injusticias |#CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora