CAPÍTULO 18

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— Hola, mucho gusto a todos—saludó Jim. Estaba por presentarme. Primero tenía que hacer su acto él. Caminaba por el escenario, con un micrófono en la mano y todos viéndolo confusos. Pues él no era el presentador—. Se preguntaran: ¿Qué hace este idiota ahí? Bueno, es sencillo. Solo quería presentarme, soy Jim Rogers. Hijo de Wes Rogers, un golpeador y alcohólico mentiroso. No, no me caí en deportes como se los dijo, fue él—se rio. Señalando su mejilla. A este punto, algunos miraban desconcertados la escena, mientras Wes no cabía en su lugar. ¿Qué estaba pasando? Decían—. Es chistoso, porque él cree que lo gay se me va a quitar a golpes. Ups, lo dije, soy gay. Lo siento, papá. Secreto revelado.

Me hice hacia atrás mientras él seguía hablando, miré a Chris. Me dio una sonrisa para calmarme.

—... Aunque quieras borrar la luz de mi madre; ella seguirá brillando, Wes. Tus golpes no harán nada—la mujer se levantó. Caminando al escenario con su hijo, mientras el padre gritaba que estaba mintiendo—. Miento, ¿De verdad? Vete a la mierda, Wes—dejó caer el micrófono, mientras se quitaba el saco y comenzaba a desabrochar su camisa. Su abdomen mostraba moratones, golpes, rasguños. Tanto antiguos como actuales—. ¡¿Esto es mentira, idiota?! ¿He? Se infeliz toda tu puta vida—le enseñó el dedo del medio, mientras el tipo se iba. Tenía que gritar para que todos lo escucharan, ya no necesitaba el micrófono—. Soy gay y soy tan feliz así. Ahora, les presento a Lauren Jauregui. Guarden silencio, idiotas—abrí los ojos, se me hizo muy rápido.

Yo tenía más por decir.

Todos susurraban, confusos. Jim brincó y bajó del escenario con su madre, que lo abraza mientras lloraban juntos.

Mierda. Mierda. Mierda. Vamos, Lauren. Ya sabes que decir.

Chris me dio un micrófono y salí al escenario. Las personas dejaron de hablar, algunos ya se iban. Sonreí.

¿Tan poco les gusto el teatro que presentaban?

— ¿Adónde van? Es muy temprano para irse. Hola a las cámaras, graben esto. Por favor—al fondo, los camarógrafos tomaban videos y fotos. Al parecer ya sabían que el drama venia. Miré a Michael, tenía los ojos bien abiertos—. No creí que un día fuera hablar frente a todos, pero lo haré. Creo que cuando alguien está cansado, tiene que decir algo. Y cuando no es escuchado, tiene que gritar—comencé, mirando la pantalla de atrás, donde aparecían fotos del proyecto terminado—. Comencé esto como un sueño, quería ayudar a las personas de bajos recursos. Michael me miró a la cara y se atrevió a cambiar mis planes, cambió los hechos y todo de principio a fin. Así que esto no es mío, es de él. Diablos, me obligó hacerlo a su manera, no importa que a veces me obligara a firmar. ¿Por qué no subes y haces esto tú, Mike? Porque es un cobarde y sé que no lo haría.

Susurros, todos miraban a mi padre y a mí. Sentí que apretaba el micrófono.

— En fin, estoy aquí, presentando algo que no es mío, si no dé el. Chistoso, toda la vida di la cara por él—la imagen cambio, a una foto familiar. Me reí—. ¡Que sonrisas tan falsas! Pero todo es así con nosotros. Esta familia y muchas de aquí son solo teatro. Esta felicidad y familia unida, es una mentira. Todo este nido de serpientes lo es—señalé a la multitud sorprendida. Mi madre estaba que se escondía—. ¿Quieren saber quiénes son en realidad? Se van a decepcionar, aviso.

Me reí irónicamente. Sentía mis manos temblando. Mi corazón latiendo con fuerza.

— Clara Jauregui. Una mujer llena de prejuicios y engaños, dice que me quiere pero en casa ni hablamos. Perdón por la vergüenza, madre—alcé la mano, saludándola—. Que mujer. Me vio besándome con mi novia y le pagó para que se fuera, la dejó en la calle, lanzándole un cheque en la cara. Luego me encerró en mi habitación. Para seguirme ignorando como toda la vida. Junto a mi padre, dice que nadie me querrá nunca, que soy una mentira que nadie quiere escuchar. Tal vez tengan razón—mi madre se levantó, tirando algunas cosas de la mesa y se fue a los baños. Me reí. La vergüenza que debe de sentir—. Vamos, no sabes escuchar. Aun me falta decir, que me obliga a vestirme como quiere, maquillarme como quiere y ahora debe de estarse muriendo por mis malos modales y esta ropa de mierda. Lo hice por ti, señora.

La Vida y sus Injusticias |#CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora