O N C E

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El desayuno fue tranquilo, silencioso, de vez en cuando mi madre le preguntaba algo a John, jamás mencionó a los padres, mi madre sabía como eran ellos, más bien sé que estaba sorprendida de que el hijo no sea así.

La mano de John viajó a mi pierna, cuando se posó ahí la apretó, lo miré a los ojos y él también, nos sonreímos.

No sé que está pasando con él y yo, la verdad no sé como me siento, a todo esto.

Miré a mi mamá y vi que nos miraba con dulzura.

Esto es incómodo.

- Bueno, debo bañarme, iré a la casa de Elijah, iré con John-

Mamá asintió, me levanté de aquella silla, dejé mi plato en el lavado y caminé con rapidez hacia mi habitación.

(...)

Había una pizarra grande al frente mío, donde allí estaba una foto de cada sospechoso o posible sospechoso.

No debemos dejar pasar por alto a nadie.
Me refiero a que cualquiera podría ser.
Hasta Cole, sí, el novio...o bueno, ex novio de Anna, puede que sucediera por una discusión, sí, suena ridículo.

- Como pueden ver ahí, hay una foto de cada sospechoso o posible sospechoso, cada día vamos a investigar de una persona que esté aquí, en esta pizarra, detrás de cada foto habrán hojas donde anotaremos pistas, al final veremos las pistas y allí sacaremos conclusiones, además, tienen que tener en cuenta que todo sale a la luz, tarde o temprano- dijo Elijah con un palo señalando la  pizarra

- ¿Y si no conseguimos nada de esa persona en ese día?- pregunté.

- Buena pregunta, si no se consigue datos importantes que se relacionen a lo que pasó esa madrugada del 5 de agosto, seguiremos el otro día, por algo son sospechosos, todos deben saber algo, ya sea porque lo vieron o escucharon acerca del tema- Respondió Elijah.

Asentí.

Toqué mis sienes, quería que esto acabara.
La mano de John masajeó mi espalda, logrando relajarme.

- Nos daremos cuenta Emma, lo prometo- dijo John en mi oído.

Le sonreí, agradecía que él me hablara ese día en la universidad.

- Debo irme, Elena quiere que vaya, cualquier pista se los haré saber- me despedí con un beso en la mejilla con cada uno.

Ellos al unísono susurraron un "Ok"

Salí de allí, necesitaba aire, me sentía asfixiada.

No había pensado esto pero, mañana se cumplían quince días de la muerte de Anna Blake, sentía que pasó ayer.

El aire desapareció, o así lo sentí, no podía respirar.

Ataque de pánico.

Ya me había pasado muchas veces, Anna siempre había estado ahí para ayudarme a respirar bien, su voz me calmaba.

Pero ya no estaba, me iba a morir, sola.

No tenía ayuda, estaba lejos de la casa de Elijah, lejos de mi casa, lejos de alguna casa conocida, moriría de un ataque.

Necesitaba aire, no podía respirar.

- Calmate Emma- Era Cole.

Quise hablarle pero no salían las palabras.

- Emma, respira, es sólo un ataque de pánico, vamos respira conmigo- Él empezó a inhalar y a exhalar, a como pude lo seguí- Lo haces muy bien, sigue- Inhalar y exhalar
A los minutos el ataque había desaparecido totalmente
El aire había vuelto a mis pulmones.

- Gracias Cole- lo abracé, al principio se sorprendió por mi muestra de agradecimiento pero luego reaccionó y me devolvió el abrazo.

- ¿A dónde ibas?- Me preguntó inspeccionando mi cara.

- La señora Blake me invitó- Él se rió - ¿Qué da risa?-

- A mí también me invitó, vamos- caminamos por las calles de Queens.

Hacía algo de frío, vale más que había traído mi abrigo.

En el camino no hablamos, sé que los dos no queríamos tocar el tema de "Anna" a los dos nos lastimaba mucho ese tema, él era su novio, una relación de muchos años y yo su mejor amiga desde la infancia.

Aún recuerdo el día que nos conocimos

Tenía apenas siete años, andaba con aquel vestido amarillo que tanto detestaba pero mi mamá amaba, entonces cada vez que podía, me lo colocaba, nos mudamos, recuerdo que habíamos buscado algún lugar tranquilo, un lugar nuevo, un nuevo comienzo, o eso es lo que había dicho mi mamá. "Queens" era un gran lugar, las fotos que mi madre me enseñó mostraba que era un lugar precioso, buscamos alguna casa en venta en ese distrito. Habíamos hallado una casa enorme, a un buen precio, tendría mi propio cuarto, ¡Era una casa hermosa!
Al llegar, con el camión de la mudanza, vi que al lado había una niña con un vestido rosado, un rosado pastel, era un vestido hermoso, me dio envidia al saber que ella si usaba colores bonitos y yo con un vestido horrible color amarillo, me crucé de brazos.
Me bajé del carro sin dejar de ver a esa niña, me daba un poco de envidia, estaba con una muñeca vestida igual a ella, también con el mismo peinado, la niña percibió mi mirada y me saludó con su mano, yo no le devolví el gesto, claro que no.
Una señora salió de aquella casa tan gigante y me sonrió con dulzura, se acercó a nosotros y saludó a mamá, también a mí, aquella niña también se acercó y me extendió su mano susurrando un " Soy Anna, Anna Blake" y una enorme sonrisa.
Mamá me dijo que debía ser amable así que tomé su mano y dije " Soy Emma"
También recuerdo que dijo que mi vestido era muy bonito, aquello me sacó una enorme sonrisa, y de ahí, nació nuestra amistad.

Una lágrima rodó mi mejilla mientras una enorme sonrisa estaba en mi rostro.

Me hacía tanta falta.

- ¿Lista? - Habíamos llegado a la mansión de los Blake, después de esa noche no había querido entrar, no lo sé, no se me apetecía revivir recuerdos horribles.
Era obvio que Elena tocaría el tema, era obvio que tenía muchas preguntas de las cuales debía responder, no por obligación, si no porque se las merecía, era su madre, además, yo también tenía unas cuantas preguntas.

Esto era un rompecabezas, que debía armarse.
Y yo debía armarlo, por Anna.  

5 de agosto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora