V E I N T I D O S.

8 1 0
                                    

Me miré al espejo por enésima vez,  con otra vestimenta diferente.

Necesitaba a mamá, ya que... no tenía una amiga que me dijera que ponerme... sólo Anna.

Tragué grueso.

Bajé las escaleras corriendo.

- ¿Mamá?- Ella estaba sentada en un sillón de la sala leyendo un periódico con sus anteojos.

Sonreí.

- Tendré una...- No sabía si decirle que tendría una cita con John, me llenaría de preguntas incómodas.

- ¿Cita? ¿Ese tal John? Me gustaría conocerlo algún día, para que te guste el hijo de los Britt es porque es diferente - Dejó de mirar el periódico llena de curiosidad.

- Lo es-  Lo era.

Aunque ella ya había cocinado con él y hablado con él.
Aunque sé que se refería a conocerlo más... profundamente.

- E igual quiero conocerlo, algún día que no trabaje, puedo cocinarles, él me ayudará como la vez pasada.- Sonrió, imité su acción.

-Bueno... no venía a eso... no sé que ponerme-

Habíamos quedado en ir a un lugar elegante, donde no conociéramos a nadie, y que nos olvidemos de todo por unas horas.

- ¿A dónde irán?- Preguntó sonriendo pícara.

- A un lugar elegante,  un restaurante me imagino, no tengo ningún vestido que...-

- ¡Tonterías, vamos, te vestiré!- 

Unas horas después me miré al espejo.
Mamá me había convencido con ir con un enterizo short color beige, me había aplanchado el cabello dejándolo totalmente liso, no me maquillé, nunca me había gustado por lo tanto opté por usar rímel y labial natural.

Me gustaba lo que veía en el espejo.
Me sentía hermosa.
Me coloqué unas zapatillas.

Y estaba lista.

Él había quedado en venir por mí a las siete de la noche

Eran las seis y cincuenta y cinco minutos.

Estaba nerviosa.

- ¡Te ves hermosa!- Mi madre me miró con ternura.
Me abrazó.

- Gracias mamá, gracias por todo-

Ella iba a responder pero sonó el pito del carro blanco de John.

Era hora.

Al bajar, con cada paso que daba, los nervios aumentaban.

Nunca me había sentido así, tan nerviosa, en una cita.

Salí de  mi casa.
El viento me azotó, sin embargo no tenía frío, era un viento fresco, no tenía ni una pizca de frío.
Pude mirar a John recostado en su carro color blanco, me reí.

- Opté por poner mi espalda en mi auto, aunque creo que he visto muchas películas- Susurró.
Me eché una carcajada.

Tenía una camisa blanca con puntos negros, un jeans color negro, unas tennis, y su cabello estaba desordenado, de veía guapísimo.

- No encontré nada... elegante, así que...- Susurró.

Estaba nervioso, tanto que yo.

- Te ves bien John- Dije.

- Te ves hermosa Emma.-

Lo abracé.

Su olor entró rápidamente por mis  fosas nasales.
Se separó sonriendo.

Él me abrió la puerta del carro, todo un caballero, le sonreí.
Al entrar me obligué a no mirar la casa de Anna, aunque por más que no la mirara, de tan sólo pensar me ponía los pelos de punta.
Algo me decía que en ese mismo instante el asesino estaba allí, podía también sentir su mirada en mi nuca.

Pero hoy me olvidaría de todo.

El viaje fue hermoso, conversamos de temas interesantes, cantamos... era precioso todo.

Pero al llegar, me había quedado sin aire, era el restaurante más caro de "Queens"

Al salir, John tomó mi mano, entrelazamos nuestros dedos.

La sensación que esto provocó fue única, inexplicable.

Nos acercamos a la entrada, que fue abierta por un hombre de traje, nos dio la bienvenida.

El lugar era preocioso, había mucha gente, todos vistiendo con vestidos carísimos, sentía que no encajaba en aquel lugar.

Unas miradas se colocaron en nosotros.

-Hola, bienvenidos al restaurante Marbella Queens. -  dijo una mujer de tez morena

John le dijo nuestra mesa y ella nos guió, era una mesa para dos.

Al sentarnos me coloqué nerviosa, no sabía que decir.

- ¿Que quieres comer?- Dijo John mirando el menú.

Tomé también uno y miré todos los platillos.
Todos se veían exquisitos, pero la verdad no tenía mucha hambre, quería algo liviano.

- Yo querré pasta- Sus ojos brillaron al decirlo.

- Yo... una ensalada con trutones- Susurré sonriente.

- ¿No tienes hambre? - Me miró con una ceja alzada...

- No John- Lo miré con una sonrisa.

Se veía muy guapo hoy.

Se acercó un mesero y le pedimos la comida.

Él volvió un rato después y empezamos de hablar de varios temas, cosas sin sentido.

- ¿De verdad te comiste una lombriz? - Se carcajeó fuertemente, seguido por mí.
La estaba pasando muy bien.

Pude olvidarme de todo lo que me rodeaba.

Iba a contestarle pero una llamada nos interrumpió.

- Creo que la desgracia nos persigue- Susurró mostrando la pantalla con el nombre de Elijah.

Él al contestar pude escuchar susurros de Elijah.
La cara de John se veía arrepentido, era claro que nos queríamos olvidar de todo.

Al menos tuve paz unas horas.

- Claro... vamos para allá. - Cortó el teléfono - Elijah tiene algo que decirnos, una pista de gran impirtancia, algo que nos lleva a acercarnos al asesino Emma.-

Espero y así sea.

N/a.

Capítulo algo corto pero siempre con un final lleno de intriga.

¿Les ha gustado?

Quería tocar otro tema.

Tenía un perfil, que ahora lo he borrado, con una historia bonita.
Quisiera empezar la historia agregar mas ideas, más personajes, alargar la historia más.

¿Qué les parece?
Esto es porque hay personas que no pudieron leerla.

Se llama "Todo lo contrario"
Quiero escribirla de nuevo, sólo que con más cosas.

Lo haré cuando termine esta historia.
Espero que les guste la idea.

Si es así, voten.

Sin más que decir... nos leemos. :) 

5 de agosto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora