Capítulo 5: Al asecho.

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Capítulo 5: Al asecho

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Capítulo 5: Al asecho.

"Quien no condena el mal, lo está alimentando" Leonardo da Vinci.

28 de septiembre, barrio de Columbia Heights (11:15 p.m.):

Las luces de la noche arremolinaban por la sala describiendo extraños círculos por sobre los sillones de cuero y estantes, acurrucada en un rincón luciendo un camisón de seda, ella se llevó el dedo pulgar a la boca y se mordió la uña, sus vacaciones estaban por terminar y lo único que había sabido del mundo exterior era lo que desde la calle llegaba hasta sus oídos... De pronto, se escuchó un chillido... ella miró las luces y distinguió los resplandores característicos de una patrulla de policías... Tal vez la señora Thomson al fin había decidido denunciar a su esposo... ya era hora, para un barrio que estaba dejando atrás su sórdido pasado ese tipo de eventos no ayudaban a su transformación, la apertura reciente de grandes tiendas y a la llegada de las principales opciones de entretenimiento habían convertido a Columbia Heights en una zona acogedora... Por esa razón ella había decidido irse a vivir allí, al fin fuera de la autoridad de sus padres que, a pesar de ya ser una mujer adulta, no paraban de protegerla como a una niña... a lo mejor por ser la mayor y las más rebelde de sus hermanas sus padres siempre habían estado en extremo preocupados por como llevaba a delante su vida, no obstante, a pesar de sus angustias, ella había logrado forjar un futuro prometedor, era una mujer de éxito que se había abierto camino con su talento e inteligencia... Había llegado alto...

El teléfono de la sala comenzó a sonar, ella, alzando la mirada, se puso de pie de un salto y corrió hacia él, lo cogió entre sus manos trémulas y, jalando del cordón, lo alzó por sobre su cabeza y lo aventó contra la pared contraria... acto seguido otro sonido le heló la sangre... era su teléfono celular... Se volteó en el acto y miró el estante con libros, la pantalla del artefacto relucía sobre su colección de Cuentos Infantiles uno al lado del otro en perfecto orden, ella se precipitó a ellos y estiró la diestra para coger su celular el cual terminó deslizándose por el espacio entre dos de los libros-álbumes... La música de llamada seguía sonando y ella comenzó a llorar... tenía que silenciarlo de una vez... tenía que...

-¡Ya basta! -gritó con desesperación recuperando el artefacto de un manotón y haciendo que con eso el teléfono revotara por la alfombra hasta perderse en algún punto de la oscuridad de la sala.

Ya con todos sus sentidos alterados por el horror, la mujer se llevó las manos a la cabeza mientas seguía escuchando esa canción que en algún momento había sido una de sus favoritas y que ahora no era más que una cruel tortura... Afortunadamente, después que la llamara se repitiera en otras tres ocasiones, el pitito de la batería resonó hasta que, finamente, la música que le anunciaba que el aparato se había descargado por completo le dio cierta tranquilidad...

Los gritos de la señora Thomson le dijeron que los policías se llevaban a su torturador, ahora desde el sillón, la mujer miró hacia las ventanas cuyas cortinas reflejaban las luces de las sirenas, los vecinos seguramente habían salido de sus casas movidos por el morbo y la curiosidad... ¡Manada de imbéciles! Ahora parecían interesados cuando aquella buena mujer en más de una ocasión había aparecido en las panaderías del barrio con los ojos morados y los labios rotos, ella incluso había llamado a la policía en más de una ocasión al escuchar las fuertes discusiones que los gruesos muros no habían podido disimular, pero la buena posición de ese desalmado y la negativa de colaborar de los vecinos no le habían dado las fueras a la señora Thomson de hablar, aún si ella le había dicho que la apoyaría en los tribunales de familia...

La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora