Capítulo 19: Voluntad rota.

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Capítulo 19: Voluntad rota.


"En el mundo cada uno se rompe, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos"

Ernest Hemingway.


Bar Barothy (02:35 a.m. En la actualidad):

Masao observó los cubitos de hielo deslizarse a un costado al interior de su vaso y, tras mirar de reojo a su derecha, suspiró, mientras él a duras penas había probado un trago de su whisky, Ian ya iba en su número 7, haciendo que Donatella, la dueña, comenzara a dirigirles miradas llenas de preocupación. Y no se extrañaba, el teniente rara vez mostraba aquel lado tan vulnerable, de hecho muchos dentro de la orden creían que era el tipo hombre de acero que no se amedrentaba ante nada, convirtiendo su miedo a los payasos en una anécdota irrisoria que solo sus más cercanos conocían, no obstante, más allá de todo eso, aquel hombre tan competente ocultaba un aspecto que, de salir a la luz, más de alguno, incluso al más rudo, le haría tambalear... Cuando se trataba de Amaranta Bialdi, Ian Blackfield era débil y lamentable... toda fuerza le era arrancada desde las entrañas y lo convertían en un completo estropicio, un desastre de hombre que a duras penas era capaz de respirar... Lo que esa mujer le había hecho, de forma tan cruel e infame, era algo que era incapaz de olvidar y mucho menos de superar... haciendo que cada vez que esos demonios regresaban a su mente en forma de esos recuerdos tan desgarradores, Ian cayera en picada en su infierno personal y allí se revolcara en el más completo suplicio autodestructivo... Y lo peor era que no había nadie que pudiera ayudarlo realmente cuando esas cosas pasaban... ¿Cuánto más daño podría soportar hasta que su alma terminara destruyéndose...? ¿Qué quería conseguir Amaranta de todo eso...?

-Creo que ya deberías detenerlo... -dijo Donatella inclinándose por sobre la barra haciendo que su larga melena castaña cayera por sobre sus hombros.

El dhampir asintió, sí, era hora de irse, Ian ya se servía su octavo whisky a las rocas y, aun si era mitad avalariano, los niveles de maana en su cuerpo eran tan despreciables que su resistencia física ante esa clase de bebidas no era tan distinta a la de un ser humano... por lo que, agradeciendo la paciencia de la vampira, él se levantó de la silla y se acercó a su amigo, al instante, en cuando sus manos se posaron en su espalda, Ian dio un pequeño brinco en el banquillo y le miró con los ojos opacos y una expresión llena de desamparo, Masao se mordió la parte interna de su labio inferior tragándose cualquier comentario y, quitándole el vaso de las manos, lo incitó a levantarse... Mierda... Ian simplemente se dejó llevar como si todo lo que lo definía se hubiera esfumado de su cuerpo, mientras el dhampir lo conducía hacia la salida tenía la sensación de estar llevando un muñeco, el cual si no lo escuchara respirar o percibir el calor de su cuerpo, habría dudado que estuviera con vida...

-Ya antes envié un mensaje a la capitana Valencia, le informé que no irás a trabajar mañana -dijo Masao protegiendo con una mano la cabeza de Ian cuando lo hizo sentarse en el asiento del copiloto del camaro-. Solo le dije lo básico, aunque supongo que ella adivinó que se trata de... ella...

El aludido asintió y cerró los ojos apoyando la cabeza en el soporte... Masao, dejando escapar un suspiro, le abrochó el cinturón de seguridad, cerró la puerta, y rodeó el auto para sentarse luego tras el volante, en el momento en que encendió el motor, vio de reojo como Ian alzaba un puño y se lo llevaba a los ojos... Había comenzado a llorar... después de haber dejado el laboratorio de la Orden de Solomon, al fin él reaccionaba...

Bario Heathridge (02:40 a.m.):

El sonido chispeante de una bebida gaseosa se escuchó en el mismo momento en que ella salió al salón de su pequeño departamento, viendo a Mikael de pie ante la ventana con una lata de cerveza entre las manos. Teresa tenía la seguridad que el moiriano se había contenido hasta niveles hercúleos de haber dejado a Ian marchar solo junto a Masao del laboratorio, pero también comprendía que de haberse impuesto a su lado solo habría hecho aumentar la ansiedad del chico al ver que sus cercanos se preocupaban por él, Ian tocaría fondo por uno o dos días, después de eso volvería como el hombre de siempre, el problema era: ¿qué parte de su alma se había fragmentado con este nuevo retorno de Amaranta...? Así como él había reaccionado ante la noticia de la participación de la mujer en el evento del Saint George estaba de más decir que las heridas en su corazón y espíritu no habían sanado en lo más mínimo... esa diabólica mujer parecía haber nacido para torturar a Ian...

La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora