Capítulo 8: En la trampa.

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Capítulo 8: En la trampa.

"Al destino no le vale con infringir una sola calamidad". Publio Sirio.

01 de octubre, Sede de la Orden de Sion (04:37 a.m.):

Zia entró en las dependencias de la Brigada Uno y, automáticamente, Cristina Valencia, que hablaba con el pálido pero enfurecido Antoni, se giró hacia ella con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Te quedan bien, ya imaginaba yo que teníamos una talla similar -sonrió la capitana de forma maternal.

La joven le devolvió la sonrisa. Al volver a la sede lo primero que había tenido que enfrentar había sido la mirada reprobatoria de la mujer, para luego, tras ordenarle tomar una ducha en los baños del departamento de investigación y quitarse la peste que traía encima, le había hecho llegar un cambio que ella usualmente mantenía en su oficina. Un jeans ajustado, una camisa blanca, una chaqueta de pana beige, una chalina a rayas en tonos neutros y zapatillas. Cristina le había dicho que, a pesar del estilo un poco masculino de la tenida, en ella se veía de pasarela, comentario exagerado que había logrado sacarle una sonrisa al deprimido pero, sobre todo, molesto consigo mismo del mestizo fenghuang-trotapieles...

-Debí de haber sacado a esa chica de la televisora en cuanto sentí que algo andaba mal... -comentó Antoni Batista pasándose una mano por el desordenado cabello-. Ella me había pedido ayuda...

-Deja de martirizarte, Tony, no tenías como saber que las cosas resultarían así, además, sabes muy bien que no podemos intervenir en la vida humana a menos de tener un motivo seguro, incluso hasta ahora no sabemos hasta que nivel de implicación estaba esa muchacha en la muerte de Huang Mei.

-Aun así... era tan joven...

Zia miró al agente con el corazón afligido, estaba claro que por ser un hombre de familia, padre de dos hijos y abuelo, la muerte de una muchacha le calaba hondo... Un padre... así es como él era ahora... Ella suspiró, cogió un lápiz grafito del lapicero y se hizo un improvisado moño con su melena todavía húmeda, acto seguido se sentó ante su computadora comenzando con la lectura de los correros electrónicos y mensajes de Facebook que Ethan había logrado recuperar antes de encerrarse en el laboratorio.

-¡Ya están de vuelta! -exclamó Cristina girándose hacia la entrada de la estancia.

Ian aparecía seguido de cerca por Masao, este último con el brazo izquierdo dentro de un cabestrillo y un parche en la frente, fuera del evidente daño físico, su expresión era igual o más oscura que la de Antoni.

-¿Cómo está Makoto? -preguntó la capitana.

-Se rompió el brazo y dos costillas -respondió Ian viendo como Masao se sentaba en su lugar aguantando un quejido-, estará bien, como es un dhampir estará curado en tres días -el jefe de la brigada dirigió una fugaz mirada hacia Zia quien, volcándose en el acto en su computadora, intentó volverse a concentrar en su trabajo-. Por lo que sabemos la criatura que mató a esa humana era un trotapieles, purasangre posiblemente debido al nivel de metamorfosis al cual podía llegar.

La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora