Capítulo 28: Enfrentando realidades.

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Capítulo 28: Enfrentando realidades

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Capítulo 28: Enfrentando realidades.

"Vamos a la luna que no está muy lejos. El hombre está mucho más lejos de sí mismo." Anaïs Nim.

Center Park, New York (25 de diciembre – 10:15 p.m.):

El viejo vagabundo empujó su carrito de supermercado hasta el banquillo y se acercó hacia el bote de basura cogiendo la caja de cartón de pizza que sobresalía del borde, tal como siempre pasaba, su instinto no le había defraudado, allí había un trozo completo al cual podría hincarle el diente sin temor a enfermarse, en ese lugar siempre encontraba comida en buen estado e, incluso, a veces prendas de ropa cuidadosamente bien dobladas al interior de bolsas de papel. Él había fingido no saber, pero sabía que una joven universitaria siempre le dejaba esos presentes cuando volvía de su academia de ballet. "Una chica agradecida" se había dicho una y otra vez, y todo porque en una ocasión, hacía un año, había ahuyentado a unos matones que habían querido asaltarla. "Ojalá hubiera más personas como ella", en este mundo tan acelerado a duras penas los seres humanos se detenían a mirar al prójimo, sobre todo si eran escoria como él.

El vagabundo alzó la mirada aún con el trozo de pizza en la boca, había escuchado la voz suave de la joven, hoy volvía más tarde de lo normal de la academia, y no se extrañó, era día de Navidad y ella parecía estar haciendo horas extras... A la sazón de eso, se apresuró a volver con su carrito y se alejó del lugar hasta ocultarse en una esquina del sendero, bien cubierto por las sombras de un pino y por la blancura de la nieve, a los pocos minutos la muchacha apareció bajo la luz del farol luciendo una sudadera gruesa de lana roja y auriculares en las orejas, ella tarareaba una canción de rock clásico, era horriblemente desafinada pero a él le gustaba oírla, le subía el ánimo, entonces vio como ella abría su bolso de deporte y sacaba un paquetito que dejó sobre la banca, luego escribió algo en el envoltorio usando un marcador para, finalmente, reanudar su camino, transcurridos algunos segundos, el anciano salió de su escondite y se acercó al lugar del obsequio y soltó una risita, la chica había escrito: "La próxima vez conversemos y no me mire de lejos. OK. Feliz Navidad." Firmado con una carita feliz. Él cogió el paquete y lo abrió, en el interior se hallaba una bufanda roja tejida a mano... Ella definitivamente no solo era mala cantando sino que también con los trabajos manuales, incluso así, el vagabundo se colocó la prenda alrededor del cuello con emoción, si hubiese tenido familia a él le gustaba pensar que ella habría sido su nieta... De pronto... su felicidad se interrumpió.

El vagabundo dirigió la mirada hacia el sendero sobresaltado, aquello había sido claramente un grito femenino, ¡¿acaso esos bandidos habían vuelto?! Enfurecido corrió hacia su carrito, sacó el bate de béisbol que siempre llevaba y salió en busca de la joven, pronto la divisó sobre el puente de arco que cruzaba el rio en donde se acostumbraba a realizar la carrera anual de botes a escala... Ella se sujetaba el brazo derecho con una expresión descompuesta mirando hacia un punto en las sombras, cuando él se disponía a ir en su auxilio, ella se giró y clavó sus ojos en él... aquellas pupilas... ¿brillaban como las de un gato...? El anciano se paralizó...

La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora