La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 6: Entre ambos... ¿mala fortuna?

Capítulo 6: Entre ambos... ¿mala fortuna?

"No hay nada permanente en este malvado mundo, ni siquiera nuestros problemas." Charles Chaplin.

El Club Lotus definitivamente sí había cambiado, cuando Zia llegó ante las puertas del lugar, no reconoció la pequeña fachada que tantas veces había cruzado durante su tiempo universitario, antes había sido un lugar modesto a pesar del lujo que Flavio intentaba darle, pero ahora tanto los deseos de su dueño como la etiqueta que se proyectaba al público coincidían... De alguna forma, casi la mitad de la cuadra respondía a aquel local nocturno mostrando una amplia entrada de doble puerta, ante la cual dos robustos hombres permitían el paso a los clientes revisando lo que parecían ser tarjetas de clientes frecuentes y VIP.

-¿Zia...?

Ella se giró y vio a un joven de rostro acorazonado y grandes ojos verdes, Raúl, uno de sus antiguos compañeros de trabajo, le sonrió al tiempo que se acercaba a grandes zancadas.

Entraron por la puerta del servicio ubicada en el callejón, saludaron a los trabajadores que permanecían en los camerinos y, mientras seguía a aquel joven que ya lucía orgulloso la alianza de matrimonio con su eterna novia del instituto, Zia se enteró del florecimiento del negocio de su antiguo jefe gracias a la herencia obtenida por parte de una tía lejana que ni siquiera sabía que existía. Raúl le había contado que, tras su desaparición (o su estadía en prisión pensó ella), el Lotus había pasado por varios problemas debido a la recesión, las intenciones de vender el edificio de su dueño y las continuas disputas en tribunales por parte de Flavio con el fin de evitar el desalojo, no obstante, gracias a esa repentina ayuda caída del cielo, él se había convertido en el nuevo propietario no solo del todo el edificio, sino que de toda la cuadra, impidiendo las demoliciones programadas para levantar un centro comercial y salvando las viviendas de más de 60 familias, sin mencionar los pequeños locales comerciales que se mantenían estoicos desde hacía más de cuatro generaciones.

-¿Recuerdas el restaurant que se había ido a quiebra? -dijo Raúl mientras se posicionaba tras la barra acompañando a una muchacha de raza negra.

-Sí, creo que ya sé lo que pasó -rio ella girando hacia el escenario.

El interior del Lotus era el triple de grande de lo que recordaba, ahora tenía segunda planta, seguramente para los VIP, una decoración al estilo hollywoodense con luces y cristalería, un escenario donde una bella chica cantaba al tiempo que contoneaba sus caderas, atractivas meseras y, el nunca distinto, piano en el centro del salón brillando como el Santo Grial. Era bastante obvio, Flavio había derribado varias paredes y convertido su local en un éxito.

-Hablando del rey -sonrió Raúl segundos antes de encaminarse hacia un cliente.

Zia sonrió con la mejor de sus sonrisas, el porte esbelto y bien formado de Flavio resaltó en medio de un grupo de caballeros de buena presencia, el cual, tras darse cuenta de quién era la chica que le miraba, abrió la boca en un grito alejándose en el acto de sus compañeros sin siquiera darles una explicación. Ella se había preguntado muchas veces cómo sería el encuentro con su viejo amigo después de cuatro años, y no es que no se hubiera comunicado con él durante ese tiempo, le había enviado muchos mensajes, sin embargo, sabía que la reserva en su información no tenía contento a aquel hombre de descendencia italiana, hasta ahora él le había respetado su censura respecto a su nueva vida, pero estaba segura que no sería igual en el momento en que ambos se encontraran de frente...