La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 21: Dum vivimos, vivamus.

Capítulo 21: Dum vivimos, vivamus.*

"No hace falta ser una casa encantada para sentirse hechizado; El cerebro tiene pasillos que superan el límite del espacio físico" Emily Dickinson.

Finalidad es una actividad consciente del ser racional que concibe una cosa futura como posible y dependiente de él, que tiende a ella por el deseo y la voluntad, y se esfuerza en realizarla.

Fin es la acción misma, cuando todo sucede como en los casos en que hay deseo consciente y anticipación del porvenir por ideas, pero sin que ese deseo o esas ideas estén claramente presentes en la conciencia. Sucede por ejemplo que el instinto, el interés, la pasión ponen en movimiento todo un sistema de juicios y razonamientos no conscientes, por los cuales llegan a sus fines, a veces gracias a las sutilezas de una ingeniosidad igual o superior a la de la acción consciente.

Zia arrojó prácticamente todo el contenido de su armario sobre la cama y, observando sus ropas casi con pánico, pensó por primera vez en aquel típico y estereotipado dicho, tan cómicamente atribuido a su género, "No tengo qué ponerme", dejando escapar un resoplido visualizando como sus yo internas se burlaban de su actitud, casi haciendo pompas ante una comedia ridícula mientras disfrutaban en primera fila comiendo palomitas de maíz su actitud de colegiala, cogió molesta consigo misma unos jeans, un sweater sencillo, su chaqueta de cuero favorita y una chalina, y así como se colocaba los botines con hebillas y miraba al mismo tiempo su maquillaje sencillo en el espejo que tenía al frente, la pregunta que no le había dejado disfrutar en nada el exquisito desayuno que Ian había hecho volvió a su cabeza con estruendos, tal como si se tratase de una tormenta en medio del océano: ¿A dónde quería llevarla? Una parte de ella estaba eufórica de que el teniente hubiera vuelto a ser el mismo hombre de siempre, lejos de aquel sujeto vulnerable que había estado cuidando durante poco más de 24 horas, por lo que estaba al borde de dar saltos de alegría al poder pasar más tiempo con él fuera del ajetreado mundo de Sion, pero por otro no dejaba de analizar su propio comportamiento tan poco definido... ¿tendría trastorno de personalidad múltiple? ¿Cómo era posible que estuviera tan ansiosa por alguien que a duras penas le daba una muestra de amabilidad...? Bueno... la verdad es que la personalidad irónica, altanera e incluso ruda de Ian no le molestaba, puesto que había descubierto que incluso había una parte de él amable, graciosa y casi infantil que no hacían más que aumentar su atractivo, pero fuera de todo aquello había un lado atormentado que, dramáticamente, hacían que ella se llenara de dudas... ¿Sería capaz de sostener aquel peso...? ¿Estaba en ella el poder de aliviar aquel dolor ajeno...? Pero, sobre todo... ¿qué es lo que ella quería? ¿Cuál era el fin que buscaba al persistir al lado de alguien tan lleno de trabas? Zia suspiró una vez más, se levantó de los pies de la cama y se acercó al espejo. Se desconocía, nunca había estado tan insegura, si le gustaba un chico antes simplemente se paraba ante él y lo conseguía, de hecho la mayoría de las veces ni siquiera tenía que mover ni un dedo, y si aquel resultaba ser un saco de problemas, simplemente se hacía a un lado sin mayor remordimiento, no obstante, ahora... era incapaz de dejar de mirar a Ian Blackfield... la desesperación que había sentido cuando Masao le había dicho que él no se encontraba bien había sido escalofriante... y tras verlo sufrir en medio de fiebre y delirios, su propio dolor se había convertido en un calvario... no quería verlo herido, no quería verlo vulnerable... ella... por primera vez en la vida, sintió deseos de que otra persona desapareciera de la faz de la Tierra... Zia deseaba que el fantasma de Amaranta se esfumara y dejara el corazón de Ian tranquilo...