La Legión del Caos (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 31: La gran rueda.

Capítulo 31: La gran rueda.

"Para que la luz brille de forma intensa, debe estar presente la oscuridad" Francis Bacon.

Washington DC (autopista):

Tenía la cabeza abombada... podía escuchar el crujido de los metales y el sonido persistente de la bocina... un pequeño tintineo también se abría paso haciendo que su confusión no hiciera otra cosa que aumentar... Luego algo más llegó a él, ¿una voz...? Sintiendo el cabello húmedo Vincent abrió los ojos y miró hacia adelante, Francis... con la mitad del rostro bañado en sangre, estaba girado en el asiento del copiloto y le gritaba con desesperación, al otro lado del parabrisas hecho trizas se veían los focos altos del camión y con él, el rugido estridente del motor... Entonces Vincent recordó lo sucedido, ese segundo ante el semáforo, ese segundo cuando su secretario giraba por la curva... ese segundo cuando aquel monstruo mecánico aceleraba y se les venía encima... Y fue en ese momento también en que el camión volvía a arremeter, en que la sacudida terminó por hacerlo caer en cuenta de su situación, sintiendo los golpes y el roce del audi proyectándose sobre su cuerpo, el fiscal se vio girando dentro del vehículo escuchando como los vidrios reventaban y los gritos de su secretario tras el volante, unos segundos después sintieron el impacto contra las barreras de seguridad de cemento y como terminaban volcados sobre el asfalto...

Vincent volvió a abrir los ojos después de un tiempo imposible de calcular... sentía los oídos reventados y el cuerpo adolorido tras todos los fragmentos de vidrio que se habían clavado en él... luego miró en rededor, colgando del cinturón de seguridad y de cabezas, vio sus documentos desparramados sobre el techo del abollado vehículo así como su billetera abierta sobre ellos... La fotografía que siempre llevaba de Ian y Leon quedó al descubierto bajo la luz que llegaba del exterior... Mascullando una maldición, Vincent acercó sus manos al seguro del cinturón y lo quitó, cayó de forma dura y, mientras recuperaba su cartera, miró a Francis... su secretario sangraba en exceso... Ese escudero que lo había seguido desde Britania... siempre fiel a su lado... no tenía una herencia avalariana como para recuperarse por sí solo de heridas tan graves... Por los dioses... y se había casado hacía poco y esperaba a su primer hijo... Mierda... él también tenía una familia que lo esperaba... Apretando los dientes se arrastró hasta la ventana, cogiendo su bastón terminó de reventarla y salió al exterior... nevaba una vez más... y esa nieve cubría aquel camión que permanecía estático con la parte delantera incrustada en la barrera de cemento... Había movimiento en el interior... Tropezándose, viendo su tibia izquierda asomarse por el pantalón rasgado, Vincent se arrodilló ante el asiento del copiloto, desabrochó el cinturón de Francis y lo sacó al exterior, lo llamó, le habló una y otra vez... Y se estremeció... no podía estar muerto... ¿verdad...? En ese momento escuchó otro sonido escalofriante... cogiendo la empuñadura de su bastón, percatándose además que tenía el brazo derecho roto y un dolor punzante en el pecho, seguramente producido por la ruptura de sus costillas, es que Vincent vio a los cuervos de ojos verdes congregarse en la cercanía... un segundo después, el sonido del abrir de una puerta retumbó en aquella inusual calle desierta...