"La Primavera" de Sandro Botticelli tiene un significado mitológico. Según la interpretación mitológica los personajes se encuentran en el famoso jardín Esperidi: el primero a la derecha es Zefiro, viento de primavera que rapta por amor a la ninfa Clori, embarazandola; de este acto la ninfa renace y se transforma en Flora, o sea la misma primavera representada como una mujer con un vestido floreado y que propaga flores hacia la tierra.
Al centro del cuadro se encuentra Venus, símbolo neoplatónico del amor más elevado, que observa toda la escena. Sobre ella vuela su hijo Cupido. A su izquierda se encuentran las tres Gracias que están bailando. Aún más a la izquierda se nota Mercurio, el mensajero de los dioses, representado con las alas en los pies, que con el caduceo alejaba las nubes para tener una eterna primavera.
Pues bien, La primavera se podría considerar como un cuadro echo especialmente para el azabache ¿Por qué? Su vida ya había dado un giro que nadie, ni siquiera él mismo o incluso su padre, esperaban.
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Cuatro años han pasado desde que el hombre azabache que por primera vez había conocido lo que era el amor lo dejó ir.
Cuatro años han pasado desde que unió su vida a una mujer por la cual sentía una gran admiración como mujer y como... madre.
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Era una mañana lluviosa, otoño se abría paso entre lo que restaba del año y a pesar de que las lluvias no habían parado en casi toda la semana Hidéyo dejaba jugar al pequeño Katashi en el extenso jardín de lo que ahora era la casa que compartía con su esposo Itachi-¡Mira mamá! una rana en el río-
El pequeño Katashi de apenas 5 años era el retrato viviente de su padre, era bastante listo y sabía cuando la gente le mentía. Cuando Itachi trabajaba desde el despacho de su casa, el pequeño se escabullía entre los estantes de libros para poder observar a su padre con detenimiento. No pasaba mucho rato escondido, pues Itachi siempre le decía que saliera de su pequeño escondite; El pequeño corría a los brazos de su padre mientras sonreía, se sentaba en las piernas de Itachi y veía todas las cosas que hacía su padre. Siempre tenía preguntas para su padre ya fuera sobre la vida misma o sobre el negocio familiar.
Cuando Itachi se quedaba hasta tarde en la oficina por negocios que parecían no poder resolverse, Hidéyo jugaba con Katashi ya fuera a resolver crucigramas o jugar a los samurais.
-Itachi-kun, por fin llegas-
El azabache no podía verse más cansado, pasaba de la media noche y aún así Hidéyo lo estuvo esperando
-Hola, lamento llegar tan tarde, el proyecto del nuevo centro de acopio no parecía tener fin-
Hidéyo ayudaba a su querido esposo a quitarse el saco
-¿Dónde está Katashi?-
-Dormido, estuvo insistiendo en que quería esperar hasta que llegaras pero el pequeño no aguantó-
-Le había prometido que le leería algo antes de dormir-
-Katashi es un niño muy comprensivo, lo entenderá-
-Igual que su madre...- el azabache arrinconó a su esposa entre una pared, estaba cansado, sí, pero sólo mentalmente, pues desde hace mucho no mantenía relaciones con su esposa
-I-itachi-kun...-
-¿Aún te pone nerviosa mi presencia después de haber concebido un hijo juntos, Hyuga?- Itachi comenzó a besar el cuello de Hidéyo, ésta empezó a soltar dulces gemidos aferrándose a la camisa de Itachi
-Quiero hacerte mía de nuevo, Hyuga-
El azabache cargó el cuerpo de su mujer hasta su habitación, la dejó caer en la cama para empezar a desabrocharse la corbata, la luz de la Luna se abría paso entre las hojas de los árboles que se encontraban fuera de la habitación de la pareja de casados dejando ver el sonrojo en la cara de la Hyuga. Itachi no esperó más y se abalanzó a su esposa devorando cada parte de su cuerpo con firmeza y necesidad. Hidéyo lo tomaba de sus suaves cabellos exigiéndole que bajara a su parte íntima. Hidéyo era tímida, pero cuando estaba lo bastante excitada se convertía en alguien totalmente diferente, dejaba de ser la madre tierna y comprensiva como todos creían que era. Itachi quitó con desesperación la bata de dormir de su mujer, subió su vestido y empezó a morder y lamer los muslos de la Hyuga hasta llegar a su parte íntima, quitó sus bragas y de lleno empezó a lamer toda su parte, Hyuga sólo soltó un gran gemido
-Si sigues gimiendo así despertarás a Katashi, Hyuga-
-Lo-lo siento mucho, es sólo que hace mucho que tú y yo...-
-Compensaré todo el tiempo perdido- Itachi puso su corbata en la boca de su mujer para hacer las cosas más excitantes, volvió a dónde estaba antes, su mujer ya estaba bastante húmeda, se dispuso a meter dos dedos en su cavidad y Hidéyo sólo se retorcía de placer. Cuando menos se lo esperó la Hyuga ya había alcanzado dos orgasmos seguidos.
Itachi se levantó de la cama, empezando a quitarse la ropa que ya empezaba a estorbar, miraba a su esposa como un animal mira a su presa, está noche no tendría compasión alguna.
Le dió la vuelta a la Hyuga y metió su miembro que ya estaba bastante duro por la excitación, empezó a penetrarla suave mientras depositaba besos en su espalda llena de pequeños lunares, con su mano izquierda tomó el hombro derecho de su esposa para tener una mejor penetración, cada una de éstas se intensificaba más, hasta que por fin la había puesto en cuatro. La tomó por la cadera y empezó a dar embestidas más profundas y rápidas, durante todo este proceso la Hyuga volvió a tener dos órganos más. Hidéyo era bastante sensible, cosa que hacía feliz a Itachi, pues le divertía verla retorcerse. Una última embestida e Itachi había alcanzado al clímax entonces lo inesperado pasó, a su mente se le vino el recuerdo de Hayashi Amaya.
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𝑅𝒶𝒾𝓃𝓎 𝒩𝒾𝑔𝒽𝓉 / 𝐼𝓉𝒶𝒸𝒽𝒾 𝒰𝒸𝒽𝒾𝒽𝒶 (Editando)
FanfictionNo quería creerlo. No podía creer que tú me dejarías. •Algunos personajes fueron creados por mí, otros pertenecen a Kishimoto.