Itachi llegó al departamento de Amaya, con sus nudillos tocó la puerta, tres toques y se escuchó un "¡Ya voy!" De la propietaria de aquel lugar.
El Uchiha suspiró mientras tomaba de la mano a su hijo.
-Te ves genial, padre- dijo su hijo, este sólo se limitó a darle una gran sonrisa
-Lamento la demora, no encontraba mi bolso- Amaya abrió la puerta un tanto agitada mientras trataba de acomodar los mechones de su cabello alborotado
-No importa ¿Nos vamos?- la chica asintió mientras cerraba detrás de sí la puerta tras de ella.
La salida había sido sumamente... Incómoda, o al menos así lo sintieron los dos mayores que se encontraban dentro de la cita.
Paseaban por las calles de Tokio mientras que Itachi llevaba en brazos a Katashi, el menor se había quedado dormido después de una ardua tarde en el parque de juegos con Amaya.
Fue tan raro, que ni siquiera Itachi quiso unirse a la práctica, Amaya no discutió, se sentía demasiado agotada como para convencer al azabache de que hiciera lo que ella quería, o lo que creía que era conveniente.
-Llevaré a Katashi a casa de mi hermano- el azabache por fin había roto el triste silencio.
-¿Puedo saber a qué se debe?- dijo Amaya
-Necesito hablar contigo... A solas-
La chica sólo asintió mientras detenía el taxi más próximo a ellos
-Te veo en mi departamento ¿De acuerdo?- y así sin más, se montó al auto mientras lanzaba un beso al aire al chico que le robaba el aire.
-¿Qué haces aquí Itachi? Es tarde- el menor de los Uchiha estaba ya en pijama y al parecer adormilado
-Necesito que cuides a Katashi-
-¿Y ahora qué se supone que harás?-
-Necesito hablar con Amaya, no quiero que Katashi esté ahí-
-¿Problemas en el paraíso?- Sasuke extendió sus brazos para recibir el cuerpo de su sobrino
-Algo así...-
-Vale, entiendo, me lo cuentas mañana-
Itachi Uchiha montó su automóvil, tomó el volante con mucha fuerza, se sentía nervioso, se sentía estresado, se sentía... Cansado.
Nunca creyó que sus acciones crearían un desastre de efectos dentro de su vida.
Sabía, que hubo veces en las que no fue el mejor para Amaya, que le falló incontables veces, que muchas de ellas consistían en un final en el que él decidía irse y Amaya sólo se quedaba ahí, llorando y suplicando que no se fuera.
Nunca quiso hacerle daño, nunca quiso arrastrarla a sus problemas pero ¿De qué sirve que esas no hayan sido las intenciones si las acciones hablan por sí solas?
No la merecía, e incluso en estos momentos el azabache se seguía preguntando ¿De dónde Amaya sacaba tanta fuerza para soportar tanto dolor? ¿Era su gran empatía o se trataba de una gran incredulidad? Ella era demasiado inocente para este mundo lleno de gente mala, de gente que sólo ve por el bien de ellos, de gente que hará cualquier cosa por meros impulsos sin ponerse a pensar en cómo afectan los vínculos afectivos que mantienen con los demás.
Ella era de esas pocas personas que quedan en el mundo, que dan todo a pesar de saber que no recibirán lo mismo, porque ella siente, porque ella a pesar de sus miedos y represalias siempre va a seguir primero a su corazón, pero desafortunadamente, eso la hacia morir poco a poco, dolorosamente, insasiablemente, locamente.
Sin darse cuenta, una lágrima rodó hacia su mejilla, no lloraba por él, lloraba por ella ¿Es que acaso esto es lo que siente la gente como ella? Y si es así, duele como siete infiernos dentro de uno mismo.
✨✨✨
-Llegaste- Amaya por segunda vez en el día le habría la puerta al Uchiha
-¿Creíste que no lo haría?- la chica suspiró y dió una sonrisa de medio lado
-Ya sabes.. creí que lo dejarías para después, que inventarías cualquier excusa para no venir- ambos tomaron asiento en la sala
-¿Por qué pensaste eso?-
-Porque es lo que siempre has hecho- Amaya agachó su cabeza escondiendo su rostro en su cabello
-Vaya que lo he hecho ¿No es así?-
-Uchiha ¿Vienes a conversar o vienes a interrogarme?- Itachi lanzó una risa
-Me gusta cuando te pones así-
-Itachi, basta, en serio basta- Pudo ver, que incluso el halagarla no lo iba a salvar esta vez
-Tienes razón... Lo siento-
-¿Y bien? ¿Hablarás de tu actitud de hoy?- Dijo Amaya mientras encaraba al azabache
-Sólo necesitaba pensar-
-Pensar, pensar, pensar; es lo único que haces ¿No te cansas?- un gran golpe bajo
-Oye...-
-Oye nada Uchiha, estoy harta ¡Estoy jodidamente harta! Estoy harta de que pienses, y cuando por fin tienes la valentía de hacer algo haces pura mierda y con ello haces mierda a las personas ¿Que acaso se puede ser tan egoísta? ¿Que acaso se puede ser tan cruel?-
-Amaya yo...-
-¡Amaya nada! ¡Se acabó! Estoy harta y esta vez no caeré ¡Llevas cinco putos años haciendo lo mismo! ¡Haciéndome lo mismo! Te amo, por dios, juro que te amo tanto... Pero me amo más a mí misma-
El espíritu del azabache se rompió, sabía lo que significaba todo esto, sabía que significaba que Amaya ya no iba a dar para más ¿Y cómo se supone que lo haría cuando ya lo dió todo? Era obvio, sus esfuerzos habían tardado mucho para poder hacer algo dentro de ella.
-No diré que lo siento-
-Ni se te ocurra, tus perdones se volvieron bastantes vanales para mí, ya no me los compro-
-Entiendo... Se que esto que diré es muy tarde, cinco años tarde, pero puedo decirte que te amo, te amo genuinamente, que te amo locamente y que cada día me consume más-
-Itachi... Ya es muy tarde. Te pido que te vayas... Por favor-
No supo el Uchiha en qué momento los papeles se cambiaron, ahora era él el que se encontraba llorando, con el corazón hecho pedazos y con un hueco en su pecho. Tomó sus pertenencias y salió no sólo del departamento de Amaya, sino también de su vida.
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𝑅𝒶𝒾𝓃𝓎 𝒩𝒾𝑔𝒽𝓉 / 𝐼𝓉𝒶𝒸𝒽𝒾 𝒰𝒸𝒽𝒾𝒽𝒶 (Editando)
FanficNo quería creerlo. No podía creer que tú me dejarías. •Algunos personajes fueron creados por mí, otros pertenecen a Kishimoto.