Sonaba mi teléfono, mi recordatorio en el calendario me hizo abrir lentamente mis ojos, era Lunes y hoy era mi primer día en la universidad.
Bostecé mientras estiraba mis brazos y piernas, me había torcido un poco el cuello ya que me quedé dormida en el sofá. Me dirigí todavía somnolienta a la alacena de la cocina.
-Demonios...- Lo había olvidado, aún no sacaba mis cosas de las maletas, suspiré para después empezar a sacar mi ropa, maquillaje y demás.
Vinculé mi teléfono con el televisor, empecé a escuchar música mientras me arreglaba, estaba nerviosa, no conocía nadie, cuando hice mi examen de admisión sólo estuve en el auditorio de la universidad, de ahí en más todo era desconocido para mí. Tomé mi mochila, llaves, cartera, audífonos y teléfono. Cerré mi apartamento con llave cuando recibí un mensaje de texto.
-Suerte en tu primer día, ojalá y ya hayas despertado ¡Te amamos! att: mamá y papá.
Sonreí de lado, esta vez no les fallaría, no me fallaría.
El andar por metro en Tokyo fue todo un desafío pero gracias a que pedí direcciones a los pasajeros pude llegar. La universidad era inmensa, en ella, había varios departamentos. Departamento de ciencias, humanidades, ingenierías y artes.
Miré el mapa que había en la entrada de la universidad, nunca fui buena para guiarme por mapas y el mirar este sólo me hizo confirmar (de nuevo) lo que ya sabía. Miré a los estudiantes, busqué al que se viera más amigable. En medio de la multitud vi a una chica hermosa, su cabello era rubio, ojos verdes y mirada que cualquier líder tiene, me acerqué a ella.
- Hola disculpa, ¿Sabes cómo puedo llegar al departamento de artes?-
- Oh hola, claro, yo también me dirijo para allá, si quieres vamos juntas-
- Gracias, qué alivio que te encontré, me llamo Amaya, ¿Y tú?-
- Temari, mucho gusto- Aparte de ser bella físicamente también su nombre era hermoso
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Después de varios pasillos y detenidas ya que Temari se quedaba a saludar a una que otra persona llegamos al departamento de artes.
- ¿En que salón estás?- Dijo Temari
- Estoy en la clase 1B-
- ¡Eso es excelente! Yo también estaré en ese salón- Me sentía aliviada, al menos ya conocía a alguien. Temari y yo nos sentamos en medio del salón, una chica se acercó gritando a Temari
- ¡TEMARI-CHAN!- De verdad que me iba a dejar sorda
- Oh Ayaka hola, no sabía que estabas en este salón también- Ayaka era una chica totalmente dulce, su cabello era de color castaño y sus ojos eran grandes y rosas, se veía tan tierna que sentía la impotencia de tomar sus cachetes y apretujarlos.
