Pasaron unos cuantos días después del funeral de Hidéyo, Itachi no había buscado a Amaya y ésta tampoco a él. A pesar de que Amaya se moría por darle todo su apoyo a Itachi y pedirle mil veces perdón por lo sucedido la noche anterior a la muerte de Hidéyo, dejó que el tiempo se encargara de sanar al menos un poco las heridas y servía que también pensaba en cómo disculparse con Itachi, pues a pesar de saber qué era lo que quería transmitirle, no sabía cuáles eran las palabras adecuadas.
La primavera ahora se abría paso por Tokyo, era de noche pero estaba bastante fresca. Amaya pasaba parte de su tiempo encerrada en su nuevo apartamento, algo dentro de ella le decía que saliera de aquel lugar, que tomara un poco de aire fresco y que se diera el lujo de volver a apreciar Tokyo, ver cuánto había cambiado la ciudad después de cinco años.
Sin más, tomó el primer abrigo que vió y salió.
Fue caminando por las calles, dándose cuenta de cuántos edificios nuevos había. El nuevo diseño de su restaurante favorito, el cómo la anciana que siempre salía a su balcón con su gato había decidido que era momento de cambiar el color de su casa. Pasaron los minutos, y estos minutos se convirtieron en horas hasta que llegó al bar donde había comenzado todo.
Miró la entrada por un par de minutos, su diseño era diferente, sí, pero seguía siendo su lugar favorito en todo el mundo pues aquí fue donde conoció al amor de su vida, aquí fue donde sin saber a qué se estaba metiendo decidió arriesgarse a salir a tomar sake con un completo desconocido. El bar avenida 9, el bar que presenció cómo iniciaba la historia de dos tontos enamorados.
Amaya entró al establecimiento, se acercó a la barra y pidió una cerveza. Pasaron los minutos y ya llevaba varias cervezas en la cuenta, el sentirse mareada no se hizo esperar. Se dió cuenta que esta vez no había nadie que la acompañara a su departamento así que iba a seguir con su embriaguez en la comodidad de su departamento. Pagó las cervezas y salió. Caminó unas cuantas cuadras hasta llegar a su edificio, un auto negro estaba estacionado afuera del edificio, se parecía bastante al de Itachi. Decidió ignorarlo, entró dentro del ascensor, se dirigía al piso 23. Metió la llave a la puerta de su departamento y se dió cuenta de que esta ya no tenía el seguro puesto, Amaya se sintió nerviosa, pensó en regresar a recepción y pedir ayuda, pues ella recordaba que había dejado la puerta con seguro. Tal vez la embriaguez hizo que se armara de valor, pues sacó de su bolso su gas pimienta mientras abría la puerta con cuidado de no hacer ningún ruido. Llegó hasta la sala y pudo ver a un hombre sentado, no podía distinguir bien quién era, pues su vista no era la mejor en ese momento. Tomó uno de los jarrones de la mesita y corrió lo más rápido que pudo hasta donde estaba aquel hombre, grave error, pues su pie derecho se atoró en la alfombra haciéndola caer al suelo sin lograr tocarle ni un pelo al hombre.
Amaya más que convencida que seria asesinada, violada o cualquier otra cosa cerró sus ojos mientras seguía en el piso mientras que para ella misma se repetía "No volveré a tomar, no volveré a tomar"
-¿Por qué intentabas pegarme con un jarrón?-
Amaya creyó que su mente le estaba haciendo una mala jugada, pues juraba que esa era la voz de Itachi
-So-solo toma lo que quieras- La española seguía sin abrir sus ojos mientras que su respiración seguía agitada, realmente no le quería ver la cara al hombre que ahora le quería ayudar a levantarse del suelo
-No vengo a robarte, no seas tonta, abre los ojos Amaya-
-¡No! No sé quién seas pero suenas a alguien que conozco pero no puedes ser esa persona que conozco porque esa persona me odia y no se tomaría la molestia de venirme a ver. Por Kami, sólo toma lo que quieras, estoy ebria y quiero mi cama-
-Amaya, abre los malditos ojos, soy Itachi-
Amaya abrió sólo un ojo, enfocó lo mejor que pudo y sólo pudo ver los labios del azabache, fue abriendo el otro ojo lentamente, se frotó estos y pudo ver con más claridad a Uchiha Itachi ¿Qué hacía ahí él? No sabía ¿Cómo fue que entró? Eso mucho menos lo sabía ¿Se sentía aún ebria? Bastante ¿Le dolía el cuerpo por la caída? Completamente
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo fue que entraste?-
-El recepcionista del edificio trabajó por un tiempo en la empresa Uchicha, él me dejó pasar, ¿Estás bien? ¿Te duele algo?-
-Me duele todo, gracias por preguntar-
-¿Qué tomaste?-
-Veamos... ¿Cuatro cervezas? No ¿Cinco? ¡No! ¡Ya, ya, fueron ocho!-
-Vamos a que tomes un baño-
-¡No! Primero entras a mi departamento sin mi consentimiento y ahora quieres verme desnuda, de verdad que no cambias Uchiha-
-Es para que se te baje lo ebria, Amaya-
-¿Sabes qué deberías de hacer Uchiha? Deberías de pedirme una maldita disculpa por no comunicarte conmigo en todos estos días, entiendo que estés pasando por mucho, pero al menos un maldito mensaje diciendo "Sigo vivo" me hubiera bastado. Yo... yo lo siento, lamento lo que pasó esa noche, lamento haberte alejado de tu esposa, lamento todo lo que has tenido qué pasar por mi culpa. Mierda, lamento no haberte podido ayudar con lo de tu madre, lamento haberte mentido sobre mi ex, lo lamento por todo. Entiendo si ahora me odias, entiendo si sólo vienes a decirme que es mejor no volvernos hablar más, lo entiendo porque es razonable que pienses de esa manera. Sólo espero que siempre cuides a Katashi, es un niño hermoso e increíble, lo quiero como nunca he querido a un niño. Y a ti, siempre te voy a querer, me resigné a que tal vez termine siendo una solterona porque tú eres el amor de mi vida-
La española se secaba sus lágrimas que no paraban de salir como podía, una parte de ella se sentía aliviada por decirle todo ello a Itachi, sentía que se lo debía. Pero por otra... sentía que este era el final definitivo de su historia, que ya no quedaba nada más qué salvar, que no tenían ya un motivo para seguir pensando en que tal vez había una posibilidad de que estuvieran juntos
-Sólo venía a despedirme de ti, me iré por unos cuantos meses con Katashi. Creo que ambos lo necesitamos-
-Ya veo...-
-Regresaré a Tokyo, sólo que no sé hasta cuando, gracias por todo lo que hiciste por mí y por mi familia-
-No tienes nada qué agradecer-
-Sobre lo que acabas de decir... También te pido disculpas, no fue mi intención causarte todo esto. No me alejaste de Hidéyo, te mentiría si te dijera que no me siento un poco culpable de no estar con ella. A pesar de eso, creo que ella se fue felíz, tuve la oportunidad de hablar con ella antes de que muriera. Supongo que ella misma sabía que su tiempo se estaba acabando. Tengo qué sanarme de todo esto como también tengo qué cuidar de mi hijo, es lo que más amo en este mundo, es lo último que me queda de Hidéyo-
-Lo entiendo, espero y puedan seguir adelante ambos-
-Hasta pronto Amaya, come algo y toma un baño. Lamento la forma en cómo te corrí del funeral, sólo que no quería más problemas-
-Fue algo impertinente, de los dos, tú siempre eres el que piensa antes de actuar-
Itachi se fue del departamento de Amaya, la española empezó a llorar, por tranquilidad, por tristeza, supongo que ambas.
Pero algo dentro de ella le decía que sí, que se volvería a encontrar con Itachi. ¿De qué manera? No lo sabía. Lo único que conocía a ciencia cierta era que tenía qué seguir con su vida, aceptar el pasado y entender que todo lo que pasó la ayudaría a convertirse en su mejor versión.
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𝑅𝒶𝒾𝓃𝓎 𝒩𝒾𝑔𝒽𝓉 / 𝐼𝓉𝒶𝒸𝒽𝒾 𝒰𝒸𝒽𝒾𝒽𝒶 (Editando)
FanfictionNo quería creerlo. No podía creer que tú me dejarías. •Algunos personajes fueron creados por mí, otros pertenecen a Kishimoto.