Fue, es y será.

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El camino hacia el restaurante fue bastante aburrido e incluso patético, la plática se resumía en preguntas más que importantes, obligatorias "¿A dónde quieres ir?" "¿Qué te pareció el clima de estos días?" "¿Cambiaste de perfume?" sin duda, era la conversación más aburrida y patética que Amaya e Itachi habían tenido. Sin embargo, todo esto se podría justificar con el simple hecho de que estos dos tontos seguían enamorados el uno del otro y que ni siquiera sus dos neuronas que servían en ese momento les ayudaban.

Entraron al restaurante y ambos pidieron pasta, después de pedir la orden, Amaya se levantó para ir al baño, necesitaba una corta pero constructiva charla con ella misma. Pasaron 5 minutos y Amaya ya iba para la quinta vez que se lavaba la cara, sabía, que en cualquier momento tenía qué salir, si alguien más hubiera visto cuántas veces tomó la puerta para salir y después volver al baño se reirían de ella.

Pasaron dos minutos más hasta que por fin se decidió

-Perdón por tardarme-

-Ah, no te preocupes, la comida acaba de llegar-

-Sí, es que no he estado muy bien del estómago en estos días- ¿Por qué la española acababa de decir algo vergonzoso y que ni siquiera era cierto? ni ella misma lo sabía, fue lo primero que se le vino a la mente para simplemente no decir "lo siento, es que aún te amo y estoy muy nerviosa de pasar tiempo a solas contigo después de tanto tiempo". El azabache simplemente sonrío un poco y empezó a comer

-¿Segura que puedes comer esto? Si estás delicada del estomago tal vez te haga daño-

-Ah... n-no te preocupes por eso, estaré bien-

Después de unos cuantos minutos, Amaya sabía que tenía qué enmendar su pequeña mentira, así que quiso empezar una charla

-¿Y en dónde estuviste en estos meses?-

-Fuimos a Londres Katashi y yo. Para serte sincero, me refugié mucho en el trabajo, empecé a hacer negocios allá, cosa que le pareció espléndida a mi padre-

-¿Entonces no pasaste tiempo con Katashi?-

-Lo hice, lo llegué a llevar a unas cuantas juntas y le estuve enseñando unas cuantas cosas del negocio familiar, lo dejaste muy metido en eso del dibujo, cualquier cosa que ve ya la quiere dibujar-

-Lo siento...-

-Al contrario, te lo agradezco. Hablé con una psicóloga y dijo que era buena idea que Katashi estuviera haciendo alguna actividad-

-Ya veo... y tú, ¿Cómo estás?-

-Estoy mucho mejor, te mentiría si te dijera que no extraño a Hidéyo a veces, pero supongo que es parte del proceso-

-Si necesitas ayuda, de la que sea, cuentas conmigo-

-Gracias-

La tarde paso más relajada, parecía como si ambos volvieran a retomar esa confianza que se tenían antes

-Oye, tengo qué pasar por Katashi a casa de Sasuke, ¿Te parece si vamos por él y luego te llevo a tu casa?-

-N-no te preocupes, tomaré un taxi-

-Amaya, fui yo quien te invitó a comer, déjame llevarte hasta tu casa, por favor-

-Supongo que está bien-

El viaje fue bastante tranquilo, las cosas se sentían mejor entre ambos, aunque Amaya empezaba a creer que ahora la única relación que llegaría a tener con el azabache sería de amigos

-Vamos por Katashi-

-Preferiría esperarte dentro del auto, si es que no te molesta-

-Está bien, no tardo-

Itachi salió del auto, pasaron unos cuantos minutos cuando un alegre pero cansado Katashi venía de la mano con Itachi

-Oh, hola Amaya-sama-

-Hola Katashi ¿Cómo has estado?-

-Estoy bien Amaya-sama ¿Y usted?-

-También bien-

-Papá y yo fuimos a Londres, dibujé muchas cosas-

-Sí me contó tu padre, estoy feliz de que te interese dibujar-

-Desde que mamá se fue pienso en que todo lo que dibujo ella lo ve, Amaya-sama, extraño mucho a mamá-

-Mentiría si te dijera que sé cómo te sientes, pero debe de ser muy duro para un niño tan lindo e inteligente como tú pasar por todo esto. Con el tiempo, tus heridas se irán sanando, y cada vez que pienses en tu mamá lo harás con una gran sonrisa en tu rostro. Aparte, no creo que a tu mamá le guste verte triste ¿No crees?-

-Supongo que tiene razón Amaya-sama-

Lo que quedaba de camino hacia la casa de la española fue bastante tranquilo, pues Katashi no dejaba de hablar con Amaya, Itachi al ver todo esto una pequeña sonrisa llena de nostalgia se formaba dentro de él. Una cosa era segura, e Itachi lo acababa de comprobar. Seguía amando a Amaya, la anhelaba con toda su alma y tal vez, nunca dejaría de hacerlo.

Al final de todo, le dió la razón a Hidéyo, fue, es y será ella.

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Holaaaa de nuevo, lo sé, y lo siento mucho, lamento tener tan abandonada la historia pero mi vida en estos últimos días ha sido una completa odisea.

Tal vez, suba otro episodio en este día, no estoy muy segura.

Los y las quiero, los leo pronto.

-Paorela.

𝑅𝒶𝒾𝓃𝓎 𝒩𝒾𝑔𝒽𝓉 / 𝐼𝓉𝒶𝒸𝒽𝒾 𝒰𝒸𝒽𝒾𝒽𝒶 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora