El cielo empezaba a teñirse de gris, una brisa fría se sentía en cada parte del cuerpo y los árboles empezaban a cantar.
El azabache apresuró el paso para seguir buscando un poco de leña, sería una noche bastante fría. Por otro lado, Amaya jugaba con Tobi mientras su cabeza daba miles de vueltas ¿Sería lo suficientemente fuerte para poder pasar una noche entera con Itachi? ¿A caso serían capaces de entablar un conversación sin el tema "nosotros"? Trató de buscar en línea temas que se puedan hablar con una ex pareja, pero no pudo hacer nada, no había señal. Derrotada, salió al pórtico de la cabaña, había pasado bastante tiempo desde que Itachi se había ido y no llegaba, empezó a pensar que tal vez el azabache se había perdido en el camino.
Después de varios minutos y decidida a ir a buscarlo, pudo divisar su figura entre los grandes y frondosos robles. Sonrió y empezó a caminar hacia él, se veía que le costaba un poco de trabajo ver por dónde pisar con tanto tronco que llevaba en las manos
-¿Te ayudo?-
-Estoy bien, gracias-
-¿Para qué tanto tronco? Pasaremos aquí una noche, no una semana-
-No quiero que pases frío por la noche, sólo eso-
Amaya se quedó callada, no sabía si tomar lo que acababa de decir Itachi como algo que diría un amigo o como una persona a la que le gustas.
-Preparare algo de comer-
-Querrás decir prepararemos-
-No, sabes que no me gusta que me ayuden cuando cocino Itachi-
-No importa, es lo menos que puedo hacer después de meterte en este lío-
El poco Sol que aún se podía ver iba escondiéndose entre las inmensas montañas. El cielo empezó su canto y después de un gran estruendo la lluvia empezó.
Itachi prendió la chimenea, cosa que agradeció Tobi, pues se moría de frío. Itachi y Amaya empezaron a comer en el comedor, apenas si se dirigían la palabra; algunas veces llegaron a chocar miradas que terminaban por ruborizar a ambos.
-Creo que deberías de ir a dormir, yo me quedaré en la otra habitación-
-¿Te quedarás aquí?-
-Aún no tengo sueño-
-Está bien, supongo que me iré, buenas noches Itachi-
-Buenas noches Amaya-
_____________________________
Pasaron un par de horas y la lluvia aún no paraba, Itachi seguía en la sala, no podía dormir, le preocupaba que tal vez Amaya necesitara algo. En la segunda planta, empezó a escuchar ruidos extraños, inmediatamente se levantó del sillón, tal vez le había pasado algo a Amaya. Cuando llegó a la habitación de está, Amaya estaba tratando de prender la calefacción.
-¿Qué sucede?-
-La calefacción no sirve-
-Entonces ve a la otra habitación-
-Ya lo intenté y tampoco funciona ahí-
-Baja a la sala, aún queda suficiente leña para la chimenea-
-¿Y tú qué harás?-
-No te preocupes por mí-
-Pero...-
-Es una orden, Hayashi-
-Sí entiendes que no puedes darme órdenes ¿Verdad?-
-Lo estoy haciendo porque me preocupas-
-¿Ah sí? ¿Y de qué puta manera te preocupo Uchiha?-
-Olvidaba que con el frío te pones de genio-
-Otra vez cambiando el maldito tema, no metas mi frío con el hecho de que no sé qué somos ¿Somos amigos? ¿Conocidos? ¿O qué se supone que somos?-
-¿Y cómo quieres que te conteste algo que ni siquiera yo sé?-
-¿Entonces por qué mierda me invitaste aquí? ¿Como tu amiga o como maestra de tu hijo?-
-¿Qué tratas de decir con todo esto Amaya?-
-Que estoy asqueada de todo esto, estoy harta de que siempre haya barreras entre tú y yo, primero porque eras mi maestro, luego que en nuestra relación no acudiste a mí para ayudar a tu madre, que te hayas casado sin siquiera amar a esa persona, que luego sea tu consuelo cuando tu esposa estaba en el hospital, luego tu puto juguete sexual de una noche para que luego te fueras por meses y ahora, que hayas ido a mi conferencia para al final convertirme en la maestra de tu hijo-
-Acabas de cruzar la línea Hayashi-
-¿Acabo de cruzar la línea yo? ¡¿YO?! Claro, como fue mi puta idea venir aquí. Cuando debería estar en mi casa con una taza de café y mi ordenador terminando mi puto artículo. Claro, sigue diciendo que yo crucé la línea-
-¿Te recuerdo que estabas comprometida? Te ibas a casar Amaya-
-Eso no cambia en nada ya que tú estabas casado y con un hijo-
-Aún así, ¿Sabes cómo me sentí? Te estaba perdiendo-
-Me habías perdido desde hace mucho, Uchiha-
-¿Qué quieres de mí exactamente Amaya? Quieres que te dé respuestas que ni siquiera yo tengo ¿Por qué fui a tu conferencia? No lo sé ¿Por qué al final accedí a que le dieras clases a mi hijo? Tampoco lo sé ¿Por qué te invité a esto? ¡Mucho menos lo sé! No sé nada contigo Hayashi-
-Sólo quiero saber por qué yo, por qué no sigues buscando a otra maldita mujer, porque mujeres que quisieran estar contigo te sobran pero por qué seguir exactamente buscándome a mí, por qué cuando... Cuando nunca vamos a poder estar juntos-
-Porque aún te amo, Amaya... Porque aún te amo y porque tal vez lo haga toda mi vida-
-¿Y tú crees que yo no te sigo amando? Te amo con la misma intensidad y de la misma manera que antes-
-Y yo a ti, lamento haberme casado con alguien más, lamento no decirte por lo que pasaba mi madre, lo lamento por todo. Sé que si no estamos juntos ahora es por mi culpa-
-Lamento tanto el que casi me caso con alguien a quien no amaba-
-Tú nunca hiciste nada malo, todo es mi culpa. Por querer cargar todo sobre mis hombros terminé por perder al amor de mi vida-
-No me has perdido-
La habitación quedó en completo silencio, los dos se dedicaron miradas de arrepentimiento y necesidad de borrar el pasado y empezar desde cero. Pero no había marcha atrás, no había nada que pudieran hacer para poder cambiar el pasado. El pasado que tenían juntos, el que estaba tan manchado pero no borroso, la gran odisea que habían recorrido juntos los había marcado de alguna manera u otra y no había fuerza sobrenatural que pudiera cambiarlo. Los ojos de Amaya empezaron a empañarse, durante todo este tiempo había contenido tanto sus lágrimas que sentía que su cuerpo era más líquido que cualquier otra cosa. Itachi por otro lado simplemente quería abrazarla e implorar por su perdón. Los dos habían cometido graves errores pero Itachi había llegado al punto de dejar de ser él sólo por tratar de llevar una vida tranquila, por tener a la mujer que más ama a su lado. Había llegado a hacer cosas que ni siquiera él era capaz de imaginarse.
Pero había una pequeña luz entre ambos y esta vez sería él el primero en tomarla con sus manos. Poco a poco fue acercándose a Amaya, tomó su rostro tan delicado y manchado de lágrimas entre sus manos, empezó a secar sus lágrimas, la admiraba como el artista admira a su musa, se dibujó una sonrisa de nostalgia en su rostro, esta vez no sentía la necesidad de hacerla suya, esta vez no tenía la necesidad de siquiera tocar sus delicados labios. Sólo quería tomarla entre sus brazos, cuidarla como si de una pequeña niña se tratara. Le depositó un beso en su frente y poco a poco la fue envolviendo en sus brazos. En un susurro apenas entendible se dirigió a Amaya
-Vamos a la sala, por favor-
Amaya no dijo nada, empezaron a bajar los escalones, Itachi tomó algunas almohadas y sábanas, la puso en el suelo, cerca de la chimenea y se acostó al lado de Amaya, por mero instinto la española puso su cabeza en el pecho del azabache, respirando su olor, abrazándolo con todas sus fuerzas y pidiéndole a Dios que no se acabara la noche. Poco a poco fue cerrando sus ojos, no querían hablar, sólo querían disfrutar su cercanía, esa cercanía que se sentía tan bien. Esa calidez que sólo se podían dar entre ellos.
ESTÁS LEYENDO
𝑅𝒶𝒾𝓃𝓎 𝒩𝒾𝑔𝒽𝓉 / 𝐼𝓉𝒶𝒸𝒽𝒾 𝒰𝒸𝒽𝒾𝒽𝒶 (Editando)
أدب الهواةNo quería creerlo. No podía creer que tú me dejarías. •Algunos personajes fueron creados por mí, otros pertenecen a Kishimoto.