With animal ears

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Bakugou ya no sabía por qué hacía caso a las idioteces de sus compañeros. Con lo sencilla que sería su vida si pasase de ellos...

Suspiró mientras miraba a la chica rosa, pensando con qué saldría esta vez.

—¡Yaomomo es la mejor! —sonrió Mina mientras abrazaba a su amiga—. ¡Mirad lo que me ha hecho!

Mostró a todos sus orejas de gato, y Momo sonrió alegre.

—No ha sido nada, Mina —dijo, pero la chica saltó en contra de su comentario.

—¡Claro que sí, Momo! ¡Todos tienen que ver tu arte!

Las chicas empezaron a pedirle a Momo que les hiciera unas iguales para ellas, y la chica aceptó con gusto, puesto que con su don y su habilidad para las manualidades, se le hacía sencillo y además practicaba.

—¡Yo también quiero! —declaró Kirishima, arrastrando a Kaminari con él.

—¡Hey, yo no he dicho que quisiera!

—Hazle unas de Pikachu, que le quedarían genial —rió Mina, ayudando a Kirishima.

—¿Qué? ¡No! ¿Tú sabes la de veces que me han molestado con eso? —se quejó Kaminari.

—¡Venga, que hay confianza! —animó Kirishima.

Momo le hizo encantada la diadema con orejas amarillas y negras. Quedaba que ni pintado con el estilo de cabello de Kaminari.

—¡Te quedan muy bien! —rió Kirishima, divertido.

Mina le puso unas orejas a Kirishima también, del estilo de Kaminari pero rojas y negras.

—¡Te quedan muy bien, Kirishima!

Hagakure le prestó un espejo, asustándole un poco al verlo moverse "solo", dado que la chica muy visible no era, pero sonrió ante su reflejo.

—¡A mí me gusta! ¿Qué te parece, Bakugou?

Se giró hacia el rubio, que hizo una mueca y asintió. Kirishima se acercó a él cuando vio sus intenciones de irse, agarrándole del brazo.

—¡Yaoyozoru, dale un par a Bakugou también!

Momo asintió, algo pensativa mientras le entregaba unas orejas verdes a Izuku, que le agradeció antes de dedicarle una mirada extrañada a su amigo de la infancia

—¡¡Yo no he dicho eso!!

—¡Pero lo has pensado! ¡Eso cuenta!

—¡Y una mierda, claro que no! ¡Antes muerto!

—¡Vamos, no es tan malo!

—¡Que me sueltes!

—¡Vamos!

Arrastró a Bakugou para que no se fuera mientras Yaoyozoru sonreía y hacía un par de orejas para él.

—¡Venga! —insisitó Kirishima ante la resistencia que oponía.

—¡Que no quiero!

La fuerza de los dos en sentidos opuestos acabó por hacer que ambos cayeran al lado al que Kirishima tiraba, haciendo que los dos se hicieran daño y quedaran uno encima del otro.

Concretamente, Bakugou terminó encima de Kirishima, quien se rió aún con los ojos cerrados, pues los había cerrado durante la caída. La imagen de Kirishima con esas ridículas orejas mal colocadas por el impacto, riéndose como el idiota que era, hizo que el rubio se levantase automáticamente y desviase la mirada, tendiendo una mano al pelirrojo.

Este le miró algo sorprendido y aceptó la ayuda, con una sonrisa creciendo en su rostro.

—Lo haré si dejas de fastidar, ¿de acuerdo?

Kirishima se levantó mientras reía y asintió.

—Solo si te tomas una foto conmigo.

Bakugou le miró incrédulo.

—Ni. De. Coña.

—¡Venga! ¡Me he hecho daño por tu culpa! —acarició su cabeza con la mano libre—. ¡Siéntete culpable!

—¡Claro que no! ¡Si no me hubieras tirado, no te hubiera pasado!

—¡Si hubieses dejado de tirar, tampoco!

—¡No pienso tomarme una foto contigo!

—¡Sí lo harás!

—¡Que no!

Los demás decidieron ignorarlos, sabiendo que eso podría durar horas, incluso días si ambos se ponían en ello.

Algunos empezaron a hacer sus apuestas por quién ganaría esa vez, la mayoría yendo por Bakugou. Excepto Midoriya, quien sabía que el único que podría convencer de esas cosas a Kacchan era Kirishima, y que el 98% de las veces lo lograba.

Media hora después, Midoriya tuvo que lidiar con un montón de gente pagándole la apuesta, mientras Bakugou miraba enfadado a otro lado, se podría decir que era adorable con esas orejas naranjas en la cabeza, mientras Kirishima pasaba un brazo por sus hombros y con el otro tomaba el selfie y lo subía a Instagram.

—¡Ya está! ¿Ves como no era tan difícil?

—Te odio —gruñó el rubio.

—Yo también te quiero —Kirishima le guiñó un ojo, y Bakugou se deshizo de su agarre y se fue cabreado a su habitación, sacándose las orejas en el proceso.

Kirishima sonrió mientras lo seguía.

La foto quedó fijada como fondo de pantalla.

30 Days: Kiribaku short storiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora