Prólogo

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Pasó un año desde que culminé la universidad

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Pasó un año desde que culminé la universidad. La carrera como pintor no fue nada fácil pero todo mi esfuerzo valió la pena. Por suerte después de graduarme  logré conseguir un buen empleo no muy lejos de el edificio donde vivo. La paga es buena.

Mi familia tomó caminos diferentes, mi madre en Italia, haciendo quien sabe que con sus amigas. Mis hermanos y hermanas mayores  se casaron y ahora cada uno tiene una familia, casi no  conozco a sus familias  porque como ellos decían tiempo atrás "No puedes ser un tío ejemplar con ese terrible aspecto de emo"

Por lo tanto no es conveniente que su hermano menor los moleste.

Sólo estoy yo. Solo con mi sombra.
En el apartamento donde vivo no hay más que frialdad y soledad.El lugar es vacío y oscuro.

Siento un vacío enorme en mi corazón y aún no sé como llenarlo.

¿Qué puedo hacer para no sentirme vacío? Para tener algo de compañía y no estar siempre solo.

Podría adoptar un gato o algunos perros pero por desgracia soy muy alérgico al pelo de los animales es algo que padezco desde niño y no puedo evitarlo.  Siempre quise un perrito.

Si les hablo de mi pasado, puedo decir que cuando estaba en la universidad nadie quería ser mi amigo todos trataban de evitar mi presencia, sólo por el estúpido hecho de tener un corte de cabello diferente. Me hacían sentir realmente excluido, me hacían sentir como si fuera la cosa más insignificante del mundo, me causó problemas de autoestima, lo superé...

Sin embargo no tengo amigos en quien confiar. Aveces desearía poder hablar con alguien sobre mis sentimientos y problemas personales, pero por desgracia no puedo y ese sentimiento de soledad y rechazo me consume a diario.

Pero un hijo no seria mala idea, a lo mejor tratar de ser padre me haría sentir mucho mejor. Debería intentarlo quizá en el orfanato general me den la oportunidad de adoptar un bebé.

¡Es una locura!

—Creo que tengo una gran idea. Tengo fe en que me darán la oportunidad de ser un gran padre. Quizá si adoptó un niño, pueda madurar y este sentimiento de soledad se habrá ido.

Días después

Esto es fascinante, ¡estoy muy emocionado!
Me encontraba afuera del orfanato general de París, esperando a que alguien me guiara para poder ver a los niños. Había pedido permiso en el trabajo para venir y  días antes envié todo tipo de papelería personal a la coordinadora del orfanato.

—Buenas tardes, usted debe ser el señor kurtzberg — saludó amablemente una mujer de edad mayor, vestida de monja.

—Buenas tardes —saludé —soy yo.

—Me alegra que vinieras, soy la Hermana Agnes ¿Gustas en acompañarme al área de bebés?  leí tu solicitud y pude notar que te interesa adoptar un bebé de meses. —dijo amablemente.

Adopt my love  [ADRINATH] Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora