Cap #10

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Noath cohen era una de las personas mas respetadas de la empresa, siendo el hijo del jefe era muy reconocido. Y no solo tenia la atención de sus padres al tanto de los negocios sino que también había ganado muchas admiradoras en la empresa. Las secretarias, las de limpieza, chicas de bodega etc...

Pero había una en especial, ella deseaba con todas las ganas que algún día Noath (su sexy jefe según ella) se fijase en alguien como ella. Él no sabia de su amor platónico hacia su persona así que lo pasaba por alto.

Se encontraba en la empresa terminando se revisar algunas construcciones en Cancún ya que sus padres se lo pidieron mientras estaban fuera. Al terminar de revisar la ultima de las hojas se levantó acomodando la gran pila de papeles en su escritorio. Salió un tanto agotado, al salir de su oficina se encontró con su secretaria aun en la empresa (el siempre era el ultimo en irse) y se acerco a ella muy despacio.

–¿Laura...–ella se sobresaltó un poco al escucharlo–... Que haces aquí todavía?.

–Em... Recuerde que usted me dijo que terminara de inspeccionar unos apuntes– sonrió al responder.

–Si. Te dije que los inspeccionaras... Pero sino los pudiste terminar hoy, los hubieras terminado mañana– se rascó  nuca con la mano.– te recomiendo que descanses.

Ella asintió, acomodo sus cosas y luego se levantó. Ambos caminaron hacia el ascensor, esperaron y en cuanto se abrió, entraron. Hubo un tiempo en el que Noath sentía alguna atracción hacia su secretaria. No dejaba de observarla en todo momento y cuando podía pero la idea y el deseo solo fueron momentáneos.

A él le encantaban sus ojos verdes, sus cabellos dorados, sus labios finos, su piel blanca, sus piernas largas, su trasero firme y su forma de ser. Le encantaba todo de ella. Su padre se dio cuenta de su admiración hacia ella y le prohibió el acercarcele y el mirarla de tal manera. Así que después de un tiempo, el sentimiento se fue apagando de apoco hasta que desapareció por completo.

Al abrirse las puertas del ascensor ambos salieron y cogieron caminos distintos, no sin antes despedirse. Noath subió a su convertible rojo y arrancó saliendo del lugar.

En la carretera, los pensamientos le inundaban la mente formando pequeños fragmentos de su futuro. Él nunca imaginó su vida de esa manera pero si así lo decidió el destino, pues tendría que soportarlo. Siempre soñó con se el doctor mas reconocido del país, formar una familia y tener el placer y orgullo de sus padres hacia él. Pero no fue así y ya no había vuelta atrás. 

Un ves dentro de la propiedad Cohen, aparcó su coche frente a la puerta principal. Se bajó y entro a la mansión. Se sacó el saco quedando solo en su camisa blanca, se la arremangó hasta los codos (marcando mas sus músculos) entró a la cocina y tomó una de sus bebidas dietéticas del frigorífico. Se sentó en el sofá y tomó su laptop, miró la hora en la pantalla del computador que indicaba las tres con cuarenta minutos. No faltaba mucho para que April llegase.

Pensó y recordó que tenia mucho tiempo que no la consentía como antes. Así que regresó a la cocina y con ayuda de Sara preparó una torta de chocolate (su favorita), al ponerle la ultima fresa la puerta sonó indicando que alguien había entrado. Salió apurado de allí y se dirigió a la sala. En lo que iba caminando escuchó risas provenientes de la sala. Entró y se sorprendió al encontrar a Ethan (el mejor amigo de su hermana) junto a ella subiendo las escaleras. Al notarlo April lo saludó :

–¡Hola Noath!– sacudió su mano– espero que no te importe que haya traído a mis amigos.

El frunció el ceño ¿amigo?... Pero solo miraba a Ethan. Ante el silencio de su hermano la muchacha bajó un peldaño.

La pianista ♪♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora