Cap #14

12 0 0
                                    


23...

Era el numero maldito, el innombrable para April. Era un dígito que la seguía a todas partes sin importar el lugar, ambiente o circunstancia en la que se encontrara. La maldición era algo que la tenia con dolor de cabeza y jaqueca.

Ella no había podido dormir bien la noche anterior. Se sentía cansada y agotada por tratar de averiguar de donde provenía el numero y porque la seguía a ella. O porque todo concordaba en su vida con dicho numero. Desde fechas de cumpleaños hasta el mas mínimo detalle.

Bajó de la limusina al aparcar. Nicole se encontraba frente a la entrada del instituto con dos cafés en las manos. Al acercarse ella le tendió uno de los vasos descartables. Ella frunció el ceño.

–Tomalo como una muestra de perdón– le explicó la chica– lamento lo de ayer... Yo no quería decirlo de esa manera. Lo siento.

–No te preocupes– tocó su hombro– todo esta bien.

Ambas se abrazaron y se adentraron al instituto para iniciar una nueva semana de clases. En el pasillo se encontraron a Ethan. Él las acompañó a sus salones y luego se fue al suyo.

♪ ♪ ♪ ♪ ♪ ♪ ♪ ♪ ♪ ♪

Al terminar las respectivas horas de clases las mejores amigas se encontraban en el comedor con su almuerzo sobre la mesa. Ambas charlaban muy animadamente en una de las mesas. Al rato se les unió Ethan con su bandeja de comida en manos.

–Hola chicas ¿puedo tomar asiento?– preguntó con una sonrisa en los labios.

–Si. Claro.– respondió Nicole.

La expresión del trio en la mesa de mejores amigos cambió incesantemente al notar una presencia mas en la mesa. Zean se encontraba de pie junto a la mesa con los brazos cruzados sobre su pecho y con expresión seria.

–¿Que se te ofrece?– preguntó Nicole algo tajante.

–April necesito hablar contigo– respondió a cambio él. Ignorando la pregunta de la muchacha.

–¿Con... Migo?– preguntó la joven ante su seriedad.

–Si contigo ven.

La tomo del brazo y la arrastro fuera de la cafetería obteniendo varias miradas de asombro por parte de muchos de los alumnos presentes en el lugar. Al salir él la llevó hacia uno de los pasillos y la arinconó en los casilleros. No había personas pasando ni caminando cerca del pasillo, estaba solitario.

–Necesito que me regreses la hoja de papel– habló cerca de su cara.

–¿Cual hoja?– preguntó algo asustada.

–Tu sabes muy bien de lo que estoy hablando– se acercó mas. Ella se pegó mas contra lo casilleros– así que la quiero de vuelta.

–¿Ha-blas de la hoja... Con letras y un numero? – preguntó en un intento de adivinar.

–Si. Esa misma– asintió– la necesito.

–¿Que significa esa secuencia? ¿Porque todo concuerda con mi vida y mis cosas personales?

–¿Que...? ¿De que hablas?– frunció el ceño.

–El numero 23 me sigue a todos lados y concuerda con fechas, personas... Y cosas así.

–No... No, no puede ser– se apartó de ella y pasó los dedos por su cabello, alborotandolo un poco.– ¡No!

Ella se asustó al escucharlo gritar y se despegó de los casilleros. Él se paseaba de un lado al otro con expresión pensativa. Eso era nuevo para ella. El verlo así, desesperado.

La pianista ♪♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora