Deku...Chan?

Parte 4 - Aprende a diferenciar

Deku no se había imaginado cuánta vergüenza iba a sentir estando de aquella manera frente a sus compañeros. Era incluso equiparable a cuando se sueña estando desnudo por la calle y todos te miran. Irremediablemente todos lo miraban.
-Lamento que no tengas más tiempo para adaptarte a tu nuevo cuerpo pero no puedes saltarte más clases.- dijo Aizawa Sensei.
Sin levantar la mirada del suelo, Midoriya se dirigió a su asiento. Luego de un largo suspiro se quedó mirando su mesa, no podía mirar al resto de la clase, no así y se tapó la cara roja de vergüenza.
-Oye Midoriya, no te ves tan mal. -escuchó decir a Kirishima- Con la descripción que nos dió Bakugo creímos que te habías convertido en un monstruo.- rió.
Eso ocasionó que Midoriya se avergonzara aun mas.
-Va a ser un largo día- pensó para si misma.

Cuando llegó el receso, sus amigos se acercaron. Midoriya descansaba sobre sus brazos mirando hacia la ventana. No estaba de ánimos para conversar ni ser observada.
-Hola, Deku!- saludó Ochako. Seguida de Iida y Tsuyu. -Quieres salir y ponerte al día?
-No... gracias.- dijo Midoriya levantando la cabeza sin dejar de mirar el exterior. -Disculpen pero no me siento bien.- dijo y se levantó del asiento. Pasó por entre los tres y salió del aula.
-Quieres que te acompañemos a la enfermería?- levantó la voz Ochako.
-No, gracias… puedo ir yo…- dijo cortando la frase a último momento porque no podía referirse a si mismo todavía como una chica.
-Deberiamos dejarle un poco de espacio.- dijo Tsuyu apoyando su mano en el hombro de Ochako quien la miraba con preocupación.
Le dolió dejar de lado a sus amigos pero quería estar sola, al menos hasta acomodar sus ideas.
-Esto va a ser más duro de lo que pensé.- dijo en voz alta.

Caminó con la mirada perdida en el suelo hacia la enfermería.
-Midoriya, aquí.- escuchó a lo lejos a Kaminari gritar su nombre.
Se encontraban èl, Sero, Kirishima y Bakugo en el pasillo más adelante, apoyando las espaldas sobre la pared de las ventanas. Bakugo miraba por la ventana en la que entraba el viento sin mirarla cuando Kaminari la llamó.
Midoriya se detuvo repentinamente. Aunque no quería hacer sentir mal a sus compañeros, no estaba de ánimo para estar con nadie y eso la angustió.
Una persona chocó contra ella, empujándola hacia adelante por el impacto.
-No te detengas de la nada, tú…- dijo el chico que la empujó.
Midoriya se dió vuelta y antes de poder decir algo vio que se trataban de los estudiantes Monoma y Shinso.
-Oooh! Tan linda y tan torpe.- dijo el insensato y engreído rubio copiador de poderes.
-Eh.. lo siento.- dijo en voz baja Midoriya.
-Eres tú… Midoriya?- dijo Shinso, el lavador de cerebros.
-Qué!?- gritó Monoma. -Midoriya, tú? Qué haces vestida de niña? Cosplay?- se rió.
Midoriya se puso roja y miró al suelo, apretando fuerte los puños.
-Idiota, no te enteras de nada. No molestes a los demás si no sabes qué ocurrió.- dijo Shinso propinándole un golpe en la nuca. -Discúlpalo, regresó a clase hoy así que no sabe nada. Te encuentras bien?- le dijo a Midoriya.
-Qué sucede ahí?- se acercó Kaminari y Kirishima algo molestos. Bakugo se había quedado mirando a lo lejos.
-No pasó nada.- dijo Midoriya sin dejar de ver el suelo.
-Tú Monoma, que le has hecho?- inquirió Kirishima.
-Nos hemos disculpado con Midoriya, no veíamos adónde íbamos y tropezamos con… ella.- respondió Shinso.
-Quién iba a pensar que Midoriya iba a ser tan linda siendo una chica!- agregó Monoma entre risas histéricas. Lo que provocó otro golpe en la nuca por parte de Shinso.

Entonces Midoriya se acercó a la ventana más proxima, la abrió y se subió, dejando medio cuerpo hacia afuera. El viento soplaba fuerte y tenía cuatro pisos por debajo. Sus pies habían comenzado a chispear rayos verdes cuando se dejó caer.
-Espera idiota, todavía no puedes usar tu poder.- gritó a lo lejos Bakugo pero Midoriya no lo escuchó, saltó sin más.
Los seis chicos miraron hacia abajo por las ventanas.
Midoriya sintió que se desvanecía su poder antes de caer al piso y aterrizó sobre los arbustos lastimandose un tobillo. Quería estar sola a toda costa, así que se levantó decidida a irse aunque tuviera que cojear.