{capítulo uno}
La tempestad- ¡No! ¡No! - Sailor Moon golpeo fuertemente el pecho de Tuxedo Mask, llenandose de lágrimas. - No me dejes asi...¡Por favor! ¡No me hagan esto! - Sailor Moon estaba gritando, aunque no era su intención. Su voz se escuchaba muchisimo más que rota...estaba llena de dolor y pánico.- ¡Se supone que los iba a salvar! ¡No debio pasar esto! - la chica se colocó en el suelo, aun llorando horriblemente. Todos estaban congelados aún. No entendía que pasaba, ¿por qué no estaban descongelados? ¿que habia hecho mal? estaba casi segura que al derrotar a Eira todo volveria a la normalidad...
Serena se levantó de su cama, viendo por la ventana de su habitación. Otra vez habia tenido esa pesadilla. Su corazón latía fuertemente contra su pecho, y tenía lágrimas en sus mejillas como cada vez que soñaba aquello. Suspiró mientras limpiaba sus lágrimas y luego buscaba sus zapatos. Era enero por fin, tres meses después de la pelea con Eira. Serena dió una suave sonrisa, bajando las escaleras de su casa para ir a ver a Darien, tal vez también a los demás. La chica caminó un rato hasta lograr localizar a Darien. La chica sonrió.
- Darien, hola. - Serena se colocó frente al chico, dandole una sonrisa. Posó su mirada en él. - Hacia una semana no nos veiamos...lo siento. Me he estado sintiendo bastante descompuesta, pero hoy ya he sacado tiempo para venir. No hay mucho que contar...
- Serena...creo que habiamos hablado de esto. - Una chica se colocó a su lado, negando suavemente mientras obtenía la mirada de la chica. - Te hace sentir peor...es malo para tí que fingas que está aquí
- no digas tonterías. - Serena la miró, negando suavemente. - él esta aqui.
- Serena...Darien está congelado. Todos lo están. - la chica suspiró. - debemos buscar la forma de hacer que alguna vuelva a tener sus poderes...o irnos de aquí.
Serena miró directamente a la chica. - No pienso irme de aqui. Ellos...ellos aún pueden ser salvados.
-Tienes razón, lo siento. - la chica asintió, luego observando bien a Serena. - nos nos habiamos visto hace mes y medio.
- Me he sentido descompuesta.
- ¿Descompuesta?
- Triste, mal. No he podido parar de comer, pero no me causa la misma emoción. Todo esta tan triste...sigo teniendo la misma pesadilla- murmuro, mirando
- no te notas como al principio...perdona que lo diga así, pero incluso te ves más radiante...
Serena la miró, levantando una ceja mientras comenzaba a caminar sobre la nieve. Serena se preguntaba cuando por fin se iria la nieve, aunque pensaba que no lo haria nunca. Seguia siendo la misma nieve que habia traido Eira al tratar de acabar con ella y con el mundo. La rubia habia pensado que luego de ese último ataque, todo volveria a la normalidad...como siempre. Pero no habia sido así. Serena se habia levantado en el suelo cuando la luna ya habia salido, y al mirar a su alrededor, solo encontró nieve y frío. Lo primero que intentó hacer fue usar sus nuevos poderes, pero resultó que ya no estaba transformada en Sailor Cosmos, si no que estaba devuelta a Eternal Sailor Moon. No solo eso, pero su broche se habia detrozado, junto a su cetro. Había llorado muchisimo, lo recordaba claramente. Por esos llantos fue que Eira la volvió a encontrar. Pero Eira ya no tenía esos cabellos blancos que llegaba al suelo, tampoco la mirada de odio que tenía durante la pelea. Ahora se veia como "Sailor Shin" sin su traje de marinera y con el cabello blanco. Eira la habia mirado de lejos al encontrarla llorando. Serena se habia asustado, y se habia enojado luego.
Cuando logró calmarse, Eira le contó su historia y como habia terminado en la tierra buscandola. Serena entendió, aunque eso no hizo que se hicieran amigas. Al menos, ahora hablaban algunas veces, pues eran las únicas personas no congeladas. Eira no tenia poderes ya, y Serena no podía transformarse en Sailor Moon tampoco.
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Escribiendo el destino [Sailor Moon] [SD2]
FanficSaga Destino 2 • Terminada ---------- A veces querer algo no significa que lo iras a tener. Podemos querer muchas cosas, pero debemos trabajar por ellas si de verdad queremos tenerlas. Serena Tsukino se esforzó para convertirse en una verdadera guar...