Coincidencias♥

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  El fin de semana se había terminado y entre ayudar a Ino con las cosas de la boda y cuidar a la pequeña Sarada, para Sakura esos días se habían ido en un pestañeo. El lunes en la mañana la pelirosa se fue a despertar a su hija para llevarla a la escuela y una vez hicieron la rutina usual, ambas mujeres se montaron en el coche para irse al colegio. Por supuesto al llegar a la escuela, Sarada estaba dormida, por lo que su madre, con cuidado a no despertarla, la tomó en brazos y envolvió en su cobija. Cuando Sakura llegó hasta la entrada se sorprendió al ver que ninguna de las madres estaba ahí, por un momento la pelirosa creyó que tal vez habían cancelado las clases, puesto que el clima en Konoha había estado bastante frío últimamente.

-¡Buenos días!- La voz de una mujer sacó de sus pensamientos a Sakura, quien se giró a ver quién la había saludado, quedándose sorprendida de ver a Karin con un pequeño niño de cabello azabache recargado en su hombro, dormido.

-¡Karin! ¿Qué haces aquí?- La pelirosa se sintió descolocada ante la situación, ni siquiera se habría imaginado volverse a encontrar a la mujer, aunque lo que más le gritaba en la mente era aquel niño de cabello negro, recordando de inmediato cómo se llamaba el esposo de la peliroja, haciéndose cientos de ideas en la cabeza, todas apuntando a una sola respuesta.

-Vine a dejar a mi hijo a la escuela, aunque parece que no va a haber clases.-Dijo a pelirosa, mirando hacía la rejilla de la entrada, la cual seguía cerrada a pesar de que faltaban diez minutos para la hora de entrada. -¿Ella es tu hija?- Sakura se tensó sin saber por qué y al instante apretó a Sarada a su cuerpo, como si la tratara de ocultar de la vista de la mujer frente a ella.

-Sí, se llama Sarada- Le respondió Sakura, acomodando la cobija de su hija en torno a su cuerpo, intentando cubrir su rostro con la manta.

-Qué nombre tan bonito.- Y sin decir más, la peliroja rodeó a Sakura para poder ver mejor a la pequeña, levantando un poco la manta que cubría la cara de la niña. -¡Por Dios, es preciosa! Idéntica a ti.- La pelirosa sonrió ante el halago, aunque sin muchas ganas. A pesar de que Karin no era una mala persona, algo en ella la hacía sentir incómoda.

-¿Y él es tu hijo?-Preguntó Sakura, señalando con la cabeza al pequeño que traía la peliroja en brazos.

-Sí. Se llama Hebi.- Le respondió Karin, sonriendo con cariño.

-Se debe parecer mucho a ti.- Dijo la pelirosa, aunque casi había sonado como a una súplica.

-Sí, aunque la verdad es que se parece mucho más a su padre.- En ese momento el celular de Sakura comenzó a sonar, sacándola de su shock por las palabras que acababa de escuchar. Al mirar la pantalla se dio cuenta que era Ino, por lo que disculpándose con Karin, se alejó un poco para responder.

-¿Ino, dónde estás? ¿Qué no piensas traer a Inojin? Es súper tarde-

-Ay, Sakura sabía que no te habías enterado, ¡Carajo, checa el WhatsApp de vez en cuando! En el grupo de mamás se avisó que no iba a haber clases hoy. Shikadai, Himawari y mi hijo tienen una gripe que ni te imaginas, por lo que la escuela decidió cancelar las clases hasta pasado mañana, para ver si el clima y los niños mejoraban un poco.- La pelirosa suspiró exasperada, reclamándose mentalmente ¿Para qué tenía WhatsApp si no lo iba a revisar?

-Bueno, muchas gracias por avisarme. Voy a tener que marcarle a mi mamá para decirle que le voy a tener que dejar a Sarada.- Ino se disculpó con su amiga por no haberle avisado antes y en cuanto terminaron la llamada, Sakura de inmediato marcó el número de su madre.

-¿Diga?- Contestó Mebuki, luego del segundo timbrazo

-Mamá, soy Sakura. Acaban de cancelar las clases y ahora no puedo dejar a Sarada en la escuela ¿Te importaría cuidarla hasta las tres? Hablaré con la doctora Tsunade y le pediré que me deje salir temprano. ¿Si puedes, por favor?- La pelirosa estaba rogándole. Tenía una cirugía programada para las 11:00 de la mañana y no podía llevarse a Sarada al hospital, por lo que su mamá era su único recurso.

-Claro que sí hija, pasa a dejar a la niña antes de que te vayas a trabajar.- Luego de que Sakura le agradeciera a su madre, colgó el teléfono y se acercó hasta donde estaba Karin.

-No va a haber clases. Enviaron el mensaje al grupo de WhatsApp de las mamás, aunque veo que tú tampoco sabías nada.- La peliroja negó con la cabeza.

-No. Hebi apenas entró la semana pasada y no he hablado mucho con las mamás de su salón. Ni siquiera sabía que había un grupo.-

-Cada salón tiene un grupo en WhatsApp, ¿Con qué profesora está tu hijo?- Le dijo Sakura, sintiéndose un poco mal por la mujer, pues tampoco había sido su culpa el no enterarse de la suspensión de clases.

-Me parece que es la profesora Moegi- Sakura se heló al instante ¡Hebi y Sarada iban en el mismo salón! Eso significaba que ambos eran de la misma edad. En ese momento Sakura recordó lo que su madre le había dicho la semana anterior, cuando Mebuki le comentó que Sarada no dejaba de hablar de un amigo nuevo que había hecho en el colegio ¿Acaso se trataba de Hebi? Sin darle muchas vueltas al asunto, Sakura le pidió su número a Karin y una vez lo registró en el móvil la añadió al grupo.

-Así ya no te perderás de nada. Sarada y Hebi van en el mismo salón, es una coincidencia, supongo.- Karin sonrió y le agradeció a la pelirosa por la amabilidad, luego de aquello ambas mujeres se despidieron y cada una se subió a su auto.

En cuanto Sakura se detuvo frente a la casa de sus padres Sarada ya se encontraba despierta, la niña estaba jugando con su peluche favorito, un pequeño dinosaurio verde y aunque el muñeco no tenía chiste alguno, para la pequeña era lo mejor del mundo. Sakura tomó a su hija y la bajó del auto, tomando su pequeña manita para que ambas pudieran caminar hasta la puerta. Tocaron el timbre y en cuanto Kizashi tomó a su nieta en brazos y se deshizo en mimos y apapachos para con ella, quien reía divertida por todas las caras y cariños que le hacía su abuelo. Cuando Mebuki vio a su hija, no pudo evitar que una sonrisa burlona se escapara de sus labios.

-Déjame adivinar, no abriste los mensajes ¿Cierto?- La pelirosa puso los ojos en blanco, haciendo que su madre se riera de ella. -¡Ay, hija! De verdad que tú y WhatsApp no congenian para nada ¿Pues para qué lo tienes si no lo vas a revisar?-

-Ya sé mamá, ya aprendí la lección, ahora sé que tengo que checar los benditos mensajes a diario. En fin, ya me tengo que ir, sino no voy a llegar al Hospital. Te encargo mucho a Sarada.- La niña en cuanto escuchó que su madre se tenía que ir, fue corriendo hasta ella y comenzó a llorar, pidiéndole que se quedara a jugar con ella. El corazón de Sakura se encogió al ver aquello, sabía que cuando Sarada estaba en la escuela su distracción eran ChouChou y Boruto, pero cuando se quedaba con sus abuelos, la pelinegra ponía más reticencia, pues aunque éstos se desvivían en darle mimos y amor, la niña se aburría con facilidad y a veces ni siquiera la televisión era suficiente para mantenerla entretenida. Sakura se puso en cuclillas hasta quedar a la misma altura que su hija, secándole las lágrimas que caían por sus mejillas.

 Sakura se puso en cuclillas hasta quedar a la misma altura que su hija, secándole las lágrimas que caían por sus mejillas

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-Princesa no llores. ¿Te parece si vengo temprano y te llevo a comer a McDonald's?- La niña de inmediato sonrió al escuchar aquello, sabiendo que McDonald's significaba papas, refresco, helado y juegos en los cuales divertirse, por lo que sin pensarlo Sarada asintió y abrazó a su madre, quien depositó un beso en la frente de su hija, despidiéndose de ella y de sus padres. 




  ♥ Actualización por fiiiiiiiiin ♥  Aunque algo tarde xD
Espero les guste♥  Yo sé que a muchas no les gusta Karin, pero espero puedan tolerarla en la historia, ya que va a salir varias veces en ésta ._. 

Denle mucho amooooor al capítulo♥ 

Nos leemos luego♥    

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