La verdadera razón♥

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En cuanto la cirugía dio comienzo, Sakura no se separó de la sala de espera en ningún momento.

La operación duraba cerca de diez horas, pero para la pelirosa cada segundo que pasaba a ella le parecían siglos.

Medio hospital estaba movilizado para atender todo lo necesario en la cirugía, la cual estaba al mando de Tsunade, quien tenía a Shizune e Ino como apoyo.

-Sakura tienes que comer algo. Ya pasaron nueve horas desde que inició la operación y tú no te has movido de aquí. La doctora dijo que ella saldría a avisarnos si algo pasaba.- Dijo Karin, acercándose a la pelirosa.

-No me voy a mover de aquí. No hasta saber que mi hija está bien.- Susurró Sakura, con las manos en su pecho. La mujer pensó que su cuerpo se había quedado seco por tantas lágrimas que había derramado, sin embargo parecía que no eran suficientes para sacar el dolor y la preocupación que tenía dentro de ella.

-Sasuke, dile algo.- Suplicó Karin pidiendo algo de apoyo, pero el pelinegro no era un caso muy diferente al de la joven. El chico en cuanto terminó de donar la sangre se fue hasta la sala de emergencia, donde se quedó alado de Sakura. En un inicio se habían tomado de las manos e incluso en una que otra ocasión Sasuke se acercaba hasta el oído de la pelirosa para decirle que todo iba a salir bien, pero la joven al ser consciente de la cercanía del hombre y tomando en cuenta que estaban frente la esposa de éste, se separó de él y así continuaron. Sakura se había encargado de avisarle lo sucedido a sus padres y a Itachi, los primeros habían llegado al Hospital en cuanto se enteraron del accidente, mientras que el pelinegro prometió que tomaría el primer vuelo que lo regresara a Konoha.

-Sakura.- Escuchó que la llamaban y en cuanto la pelirosa levantó la vista vio que Tsunade salía de la sala de quirófanos.

-Tsunade-sama, mi hija...- La mencionada levantó ambas palmas de las manos, para indicarle a la joven que se tranquilizara.

-Cálmate. Ella está bien. La cirugía está yendo de forma favorable. Estamos teniendo el mayor cuidado posible, debido a que sólo tiene cuatro años. Pero Sarada está bien, eso te lo puedo prometer.-

-Qué alivio~- Susurró la pelirosa, desbalanceando su cuerpo, por lo que Sasuke tuvo que agarrarla antes de que ésta se estampara contra el suelo.

-¡Sakura!- Chilló Mebuki, atrayendo a su hija hacía sí, dedicándole una mirada llena de odio al Uchiha, el cual no se inmutó ni un poco.

Cuando Mebuki y Kizashi llegaron al hospital y vieron a Sasuke ahí, el padre de la pelirosa casi se le va a los golpes al chico, pero fue detenido por Madara, el cual agarró al hombre antes de que éste estampara su puño en el rostro de su sobrino y luego con suma dificultad, el hombre guardó todo su coraje, pues entendía que aquel no era el momento ni lugar para arreglar la situación y que lo más importante, era Sarada.

-Sakura, tienes que comer. Y no te estoy preguntando si quieres hacerlo o no.- Dijo Sasuke, mirando a la joven.

-Sakura, por favor. Tú también tienes que verte bien para cuando Sarada salga de cirugía.- Dijo Karin, acercándose hasta la joven.

-Hija, ella tiene razón. Con una sola preocupación nos basta.- Acordó Mebuki, mirando a su hija.

-De acuerdo. Pero si sale Tsunade-sama o quien sea me avisan de inmediato.- Accedió la joven, caminando con Karin a su lado hasta la cafetería del hospital.

♥ ♥ ♥ 

-Come. Necesitas tener fuerzas.- Dijo Karin, acercándole un paquete de galletas a la pelirosa.

-No tengo nada de hambre.- Se quejó Sakura, pero aun así abrió el paquetito, sabiendo que si no lo hacía no la dejarían de molestar con el tema de la comida.

Encontrarte otra vez -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora