Desahogo♥

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-Mucho gusto, gracias por...-

-Sakura- Susurró Sasuke, sin poder creer que de nuevo la tenía ahí, frente a él.

La pelirosa comenzó a hiperventilar, sentía que el corazón se le saldría del pecho por lo rápido que latía. El Uchiha no dejaba de verla ni un segundo, como si no diera crédito a lo que veía en ése momento.

-Mami, me lastimas- Dijo Sarada con una mueca, en ése momento Sakura fue consciente de que estaba apretando en pequeño brazo de su hija por lo que de inmediato aflojó el agarre, aunque sólo fue para tomar a la niña en brazos, queriendo que la tierra las tragara a ambas en ese momento.

-N-Nos tenemos q-que ir. Gracias por cuidar a Sa...- Sakura se detuvo cuando estaba a punto de decir el nombre de la pequeña, pues no quería que el Uchiha lo supiera, lo cual por supuesto era imposible, pues la niña había pasado más de cuatro horas con él, inevitablemente el hombre ya lo sabría. -Por cuidar a mi hija- Rectificó, apoyando la cabeza de la pequeña en su hombro, maldiciendo mentalmente por no tener una cobija en ése momento la cual podría servirle de escudo para cubrir a su hija.

-Pero ¿No te ibas a quedar a cenar con nosotros?- Preguntó Karin, confundida. La mujer tenía que ser estúpida para no notar el cambio tan drástico que había ocurrido en el ambiente. En menos de un segundo pasó de ser familiar a uno completamente tenso.

-N-No, lo siento, recordé que tengo algunas cosas que arreglar sobre mi trabajo- Se disculpó la pelirosa. El hablar cada vez se le dificultaba más, lo único que quería hacer era salir de esa casa, salir y nunca más volver a entrar.

-De acuerdo. ¿Quieres que mañana te apoye también con Sarada?- Se ofreció la peliroja, un poco extrañada por la forma tan penetrante en la que Sasuke miraba a la madre de la niña.

-No, gracias. Yo me hago cargo mañana. C-Con permiso- Se despidió la pelirosa, tomando con fuerza a su hija.
En cuanto salió de la casa, prácticamente corrió hasta su auto. Podía sentir que las lágrimas quemaban en sus ojos, amenazando con salir en cualquier momento. Cuando acomodó a la pequeña en el asiento de enfrente (pues literalmente sólo iba a cruzar la calle y encerrar el auto en el garaje) encendió el motor del vehículo con la intención de arrancar, pero fue detenida por Sasuke, quien salió corriendo de la casa hasta que quedó frente a la puerta del conductor la cual abrió sin ninguna dificultad, pues la mujer se había olvidado de ponerle los seguros.

-Olvidaste esto- Dijo el azabache, levantando la pequeña mochila de Sarada. Sakura se la arrebató de las manos y la aventó al asiento trasero. A pesar de que sus nervios estaban a flor de piel, se obligó a no perder la compostura, pues su hija estaba en el asiento de alado completamente atenta a todos los movimientos y palabras que salían de los dos adultos.

-Gracias, señor Uchiha- Escupió la joven, como si de veneno se tratase. Por su parte, el mencionado sintió que su respiración se detenía al escuchar cómo lo habían llamado. Podía ver en los ojos de Sakura todo el dolor, odio y resentimiento que tenía hacia él y no la culpaba por tener esos sentimientos, él mismo lo había ocasionado y era perfectamente consciente de ello.  -Lo siento señor Uchiha, pero mi hija está cansada y yo también, así que si lo molesto- Continuó la pelirosa, tomando la puerta del auto con la intención de cerrarla. El hombre, luego de meditar por unos segundos si sería prudente o no ofrecer una explicación en ése momento decidió soltar la puerta y permitir que la pelirosa pudiera cerrarla. Aquel encuentro había sido sorpresivo para ambos. Jamás se le hubiera ocurrido volverse a encontrar con Sakura y mucho menos, conocer a su hija alguna vez.
Cuando la mujer logró cerrar el vehículo, colocó los seguros en las puertas y luego de asegurarse que el cinturón de Sarada estuviera bien ceñido a su cuerpo arrancó el auto, con las lágrimas inundando su rostro.
Aunque en un inicio la idea era manejar directamente a su casa, el corazón de la joven se sentía tan roto, oprimido y desconsolado que lo único que se le ocurrió fue llamar a Ino para avisarle que iría a su casa.

Encontrarte otra vez -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora