¿Él es mi papá?♥

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Luego de una semana en el hospital y tras la operación, a la pequeña Sarada por fin le habían dado el alta. Por su parte, Sakura y Sasuke acordaron no decirle nada a la niña hasta que ésta regresara a su casa, pues querían dejarla descansar y que se recupera completamente.
El día del alta, la pelirosa estaba ayudando a su hija a cambiarse de la aburrida bata de hospital, cuando alguien llamó a la puerta.

-Adelante- Dijo Sakura, mientras terminaba de abrochar el suéter de su hija. La puerta se abrió y entró Sasuke, con un peluche en sus manos.

-¿Cómo se siente la niña más preciosa del planeta?- Preguntó el pelinegro con una sonrisa. Era increíble ver a Sasuke siendo tan amoroso con la niña, él siempre fue bastante frío y seco, pero parecía ser que Sarada sacaba a flote su lado amoroso. En los últimos días el Uchiha había estado yendo y viniendo al hospital sin parar y siempre preguntaba por la salud de su hija. En un inicio a Sakura le preocupó que su pequeña comenzara a sospechar, pues en más de una ocasión al azabache se le había salido decirle hija a la niña y aunque ésta lo tomó como una mera forma de expresar cariño, Sakura no podía dejar de preocuparse pensando en que su hija de verdad podría sacar conclusiones sobre ello.

-¡Hola, señor Uchiha!- Chilló la niña, tirándose a los brazos del hombre en cuanto éste se acercó hasta la cama.

-Te traje esto- Dijo el chico, enseñándole el peluche de dinosaurio que traía en las manos, el cual hizo que la niña dibujara una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.

-¿En serio es para mí?- Preguntó Sarada, emocionada a lo que el pelinegro asintió.

-Claro que sí. Hoy por fin te vas a tu casa, así que él también se va a ir contigo- Explicó el hombre, sin borrar su sonrisa en ningún momento.

-¡Gracias!- Chilló la niña, abrazando al peluche. -¡Mira mami!- Continuó con emoción la pelinegra, mostrándole el muñeco a su madre, la cual asintió con la cabeza, dedicándole una sonrisa.

-Es muy bonito princesa. Pero nos tenemos que dar prisa,  ¿O acaso no quieres ir a casa?- Preguntó Sakura, ensanchando su sonrisa en cuanto la pequeña se safó de los brazos de Sasuke y se tiró a los de ella, chillando un gran "sí"como respuesta.
A pesar de que se sentía feliz por la alta de su hija, Sakura también estaba nerviosa, pues sabía que ése día le iban a explicar la verdad a Sarada y no sabía cuál iba a ser la reacción que tendría la niña al respecto y aunque no lo decía, Sasuke también estaba igual de preocupado que ella. Tenía miedo de que Sarada lo rechazara en cuando supiera que él era su padre y que le recriminara todo el tiempo de abandono, además de que no estaba seguro de tener respuestas para todos los porqué que le llegara a hacer la niña, sin embargo el hombre, a pesar de todos esos miedos, quería que  la niña supiera quién era verdaderamente él y que en vez de llamarlo "Señor Uchiha" como lo llamaba hasta ahora, le dijera papá.

En cuanto Sakura terminó de cambiar a su hija y de recoger las pocas pertenencias que había de la niña en el hospital, ambas salieron de la habitación con el pelinegro detrás de ellas. Aunque los abuelos de la pequeña y su tío querían recibirla en casa, decidieron ir a visitarla al día siguiente, pues estaban enterados de los planes que tenía la pelirosa sobre contarle la verdad a su hija, por lo que prefirieron no interferir. 

Ya en la casa de la joven, ésta llevó a su hija hasta su habitación, pues durante el trayecto en el auto la pequeña se había quedado dormida, luego de eso bajó hasta la cocina, donde preparó dos tazas de té y una vez estuvieron listas, le tendió una a Sasuke, el cual la esperaba en la sala.

-Gracias- Dijo el Uchiha en cuanto recibió la bebida.

-Creo que se cansó durante el viaje.- Comentó Sakura, refiriéndose a su hija.

Encontrarte otra vez -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora