La boda de Ino y Sai había resultado todo un éxito, la pareja se veía completamente feliz y dichosa por celebrar aquello que tanto habían querido. Cuando Sakura le dió su regalo a los novios y explicó en qué consistía ambos estaban emocionados por el viaje, lo cual llenó de felicidad el corazón de la pelirosa.
Pero después de aquel evento, tenían que retomar su vida cotidiana. Sakura llegó a su casa alrededor de las 2:30 de la mañana, acostó a su hija y luego de quitarse el maquillaje y vestido ella hizo lo mismo.
En la mañana (o más bien tarde, pues se levantó a la 1) la chica sentía que su cabeza reventaba, aún tenía la resaca del día del restaurante y eso se le sumaba la de la boda. Entró al baño y buscó en el botiquín una pastilla que pudiera calmarle el malestar, después de eso se dirigió a la habitación de su hija para despertarla, aunque la niña comenzó a hacer berrinche debido a que aún se sentía somnolienta.
Por aquello de las 3 de la tarde ambas mujeres estaban bañadas y vestidas, al menos aquello supuso una gran ayuda para la pelirosa, pues la hacía parecer más persona a pesar de la cara tan demacrada que se le veía. Antes de irse de la boda, sus amigas del colegio de Sarada habían quedado en reunirse en McDonald's para poder platicar con Ino sobre cómo había ido su noche de bodas y demás, por lo que a las 5 todas las féminas ocupaban dos mesas enteras y mientras sus hijos jugaban, ellas reían, se abochornaban por lo detallista que era Ino (especialmente Hinata) y contaban su experiencia en su noche de bodas.
Cuando llegó el turno de Karin, la peliroja se puso nerviosa al instante.
-Y bien Karin, ¿Cómo fue tu noche de bodas?- Preguntó Temari, con una sonrisa burlona.
-Pues, realmente no fue tan especial...- Dijo la mujer, acomodándose los anteojos.
-¡Ay vamos, que no te dé pena! Te podemos prometer que todo lo que digas no saldrá de aquí.- Dijo Karui, en un intento de convencerla.
-Es que en realidad...- La mujer se detuvo cuando Hebi llegó corriendo hasta ella, llorando. -¿Hebi qué pasa?- Le preguntó Karin a su hijo, quien seguía hipando por el llanto. Como pudo, el pequeño dijo que dos niños más grandes lo habían molestado a él y a Sarada y que cuando el pequeño intento defender a la pelinegra, uno de los niños lo había empujado al suelo. Sakura al escuchar aquello de inmediato fue hasta la zona de juegos para buscar a su hija, la cual estaba justo detrás de Shikadai y Boruto, los cuales habían adoptado la posición de protectores. La pelirosa sonrió un poco enternecida por la imagen pero de inmediato se apresuró hasta llegar a ellos cuando vio que uno de los niños más grandes alzaba el puño con la intención de darle un golpe a Boruto.
-¿Qué pasa aquí?- Preguntó Sakura. Sarada en cuanto la vió, corrió hasta ella y se abrazó a sus piernas. La pelirosa se agachó hasta que su rostro quedó a la misma altura que el de su hija, el cual ya estaba lleno de lágrimas.
-Tía Sakura, ellos llegaron y nos empezaron a molestar diciéndonos que los juegos eran de ellos y no podíamos jugar aquí- Dijo Boruto, acercándose a la mujer, la cual escuchaba atentamente al rubio. La joven puso a los tres pequeños detrás de ella y se acercó hasta los niños más grandes, que parecían tener entre 9 o 10 años.
-¿Por qué es que ellos no pueden jugar aquí?- Preguntó la pelirosa en el mismo tono que ocupaba cuando regañaba a Sarada. Ambos niños se miraron y se fueron corriendo hasta una mesa. Sakura miró a los pequeños detrás de ella y dedicándoles una sonrisa les dijo que volvieran a jugar y que si esos niños volvían a molestarlos, no hicieran nada, simplemente fueran a buscarla a ella o a alguna otra mamá. Una vez los niños regresaron a los juegos, Sakura volvió a la mesa junto con el resto de las madres.
Luego de unos minutos, una mujer morena de cabello rojo se acercó hasta la mesa, mirando con hostilidad a la pelirosa.
-¿Perdón pero quién te dio derecho de golpear a mis hijos?- Dijo la recién llegada, con la mirada fija en Sakura.
-¿Disculpa? ¿De qué hablas y quién eres?-
-Mis dos hijos acaban de ir y me dijeron que fuiste a gritarles y les tiraste de la oreja ¡¿Quién carajo te crees para golpear a los hijos de alguien más?!- Le soltó la mujer, casi gritando, atrayendo la atención de las personas a su alrededor.
-Yo no le grité a tus hijos ¡Y mucho menos les pegué! Ellos molestaban a mi hija y a sus amigos, así que sólo les pregunté por qué lo hacían y ellos sólo se fueron corriendo.- Tayuya seguía mirando con desprecio a la pelirosa. Justo en ese momento, Temari regresó del baño y miró sorprendida a la mujer frente a Sakura.
-¿Tayuya?- Preguntó la rubia, sin poder creer que realmente fuera ella. La mencionada miró a Temari y su mirada se tornó más enfurecida.
-¡Temari! Qué sorpresa tan desagradable- Dijo la peliroja con Sarna. Hinata al escuchar aquello cubrió su boca con las manos, sorprendida.
-Tema ¿Quién es ella?- Preguntó Ino, quien ya estaba más que dispuesta a defender a su amiga pelirosa en caso de que la morena se pusiera más altanera.
-¿Recuerdan que les dije que cuando Shikamaru y yo nos conocimos en la Universidad había una secretaria que estaba loca por él e hizo hasta lo imposible por separarnos?- Todas asintieron con la cabeza -Pues bueno, ¡Es ella! Su nombre es Tayuya!- Dijo Temari con una sonrisa burlona. Aquella rubia era de armas tomar, sí bien era una mujer amable y divertida, cuando te metías con los que ella consideraba suyos, se transformaba en una fiera. Tayuya se sonrojó por el comentario. La morena no era tonta y sabía que bajo esa carita de ángel rubio, había un demonio que te sacaba los ojos ante la menor provocación y sin pensarlo dos veces. La morena se giró hasta ver a Sakura y acercó su rostro hasta el de ella, dejándolo a centímetros de separación.
-Ni tú ni tu mocosa son las dueñas del restaurante, así que deja de actuar como tal- La mujer pensando que había ganado se giró con la intención de alejarse, pero fue detenida por Sakura, quien la volteó hasta que sus rostros volvieron a quedar de frente.
-Discúlpate por haber llamado mocosa a mi hija, estúpida- La pelirosa echaba chispas por los ojos. Todos alrededor se habían quedado paralizados al ver aquella escena.
-Perdonen señoras, pero este establecimiento es un lugar familiar, así que si no se comportan me temo que me voy a ver en la necesidad de pedirles que dejen en restaurante- Dijo el gerente, quien se acercó hasta ellas con la intención de detener la situacion. Hinata se puso de pie y se acercó hasta Sakura, tomándola del hombro para intentar tranquilizarla.
-Lo siento, creo que me exalte un poco- Dijo Sakura, recordando que a pesar de su enojo seguía siendo una mujer y madre con clase. El gerente sólo asintió y se giró para ver a Tayuya. La mujer sólo caminó hasta su mesa y tomó sus cosas, para luego agarrar a sus dos hijos y salir del local.
Luego de aquel percance las mujeres retomaron su plática, aunque el ambiente que tenían se había ido. Alrededor de media hora después todas se despidieron y se fueron del restaurante.
Cuando Sakura fue hasta el estacionamiento por su auto vio a Karin junto con el pequeño Hebi.
-¿Dónde está tu auto?- Le preguntó la pelirosa, mientras acomodaba a Sarada en el asiento para bebés. Karin se giró hasta ver quién le hablaba y sonrió cuando se dio cuenta que era Sakura.
-Lo llevé a que lo arreglaran, el motor había estado fallando últimamente. Estoy esperando un taxi, pero no pasa ninguno.- Dijo la peliroja, con una sonrisa. Sakura dudó un poco por el ofrecimiento que iba a hacer, pero finalmente se decidió.
-Puedo llevarlos si quieres- Dijo la pelirosa, señalando su auto con el pulgar.
-No quisiera molestarte- Respondió Karin, un poco apenada.
-No pasa nada. Sube- Una vez dicho esto, Karin tomó a su hijo y lo acomodó en la parte de atrás, junto a Sarada, para después ella subirse al asiento del copiloto.
El inicio del viaje se mantuvieron en silencio. Tanto Hebi como Sarada se habían quedado dormidos casi al instante en que el auto se puso en marcha, dejando a las dos mujeres calladas, pues ninguna tenía tema de conversación.
-¿En dónde está tu casa?- Preguntó Sakura, sin dejar de ver el camino.
-Debes seguir derecho.- Dijo Karin, señalando con la calle con la mano. Luego de unos minutos Sakura sintió la necesidad de hacerle una pregunta a Karin sobre algo que había notado durante la reunión, pero no estaba segura si aquello podía pasar el límite de lo personal.
-¿Karin, puedo hacerte una pregunta? No debes responder si no quieres- Se apresuró a añadir la pelirosa.
-Claro, dime.-
-Cuando estábamos con las demás y ellas te preguntaron sobre tu noche de bodas, noté que te pusiste un poco nerviosa e incómoda. Sé que no nos conoces de mucho tiempo pero algo me dice que ésa no es la única razón ¿Hay algo más? Como te dije, no tienes que responder si no quieres- Dijo Sakura, mordiéndose el labio.
-Ah, lo notaste... La verdad es que la relación con mi esposo es poco convencional. Él casi no está en casa debido a su trabajo y en nuestra noche de bodas bueno... Él se fue a un viaje de negocios- Sakura se sorprendió al escuchar aquello ¿Qué clase de sujeto deja a su esposa el primer día de casados?
-Perdona, no quise incomodarte- Se disculpó Sakura, un poco apenada.
-No te preocupes. La verdad es que yo esperaba algo así, cómo te digo nuestra relación no es muy convencional que digamos. Mi casa está en la siguiente esquina.-
-No puede ser.- Dijo Sakura de inmediato
-¿Qué?- Preguntó Karin, alarmandose
-Somos vecinas. Mi casa está justo frente a la tuya ¡Y nunca me di cuenta!- La peliroja la miró sorprendida, pues ella tampoco lo había notado.
-Me mudé aquí desde que Hebi empezó la escuela, pero no salgo mucho.- Explicó Karin.
-Yo trabajo en el hospital prácticamente todo el día, por lo que no me doy cuenta de muchas de las cosas que pasan por aquí- Dijo Sakura, estacionando el auto frente la casa de la peliroja -Si quieres puedo llevar a Hebi al colegio hasta que te entreguen tu auto- Ofreció Sakura, viendo cómo Karin tomaba a su hijo en brazos.
-El mecánico dijo que el carro estará listo el martes. Así que sólo te molestaré mañana-
-No es ninguna molestia. Paso por Hebi a las 7:30- Dijo la pelirosa, de forma amable.
-Sí. Muchas gracias Sakura- Se despidió Karin, caminando hasta su casa.
La pelirosa estacionó su auto en la cochera y bajó a Sarada, la cual ya se había despertado.
El resto del día la mujer se dedicó a jugar con su pequeña, para después bañarla, darle de cenar y finalmente acostarla.En la mañana, Sakura se levantó e hizo todas las cosas que usualmente realizaba. Despertó a su hija, le dio de desayunar y exactamente a las 7:30 salió de su casa junto con la niña para pasar a recoger a Hebi.
Luego de dejar a los dos pequeños en el colegio, la pelirosa se dirigió hasta el hospital para poder empezar con su trabajo, pues aunque no tenía que ocuparse de los pacientes de Ino, sí debía preocuparse por los suyos.
Holaaaaa! Les traigo nueva actualización
Espero les guste el capítulo
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Encontrarte otra vez -TERMINADA-
FanfictionSakura y Sasuke eran una pareja de Universitarios como cualquier otra, se amaban y todo parecía perfecto... Hasta que Sakura descubre que está embarazada y al decirle a Sasuke, éste desaparece, dejándola sola. Cinco años después, Sakura se ha vuelto...