Habían 3 cosas que tzuyu detestaba en específico:
* Adolescentes bipolares
* Drama innecesario
* Personas manipuladoras (vamos, ¡déjenle ese trabajo a ella!)
Nunca pensó que este conjunto vendría en forma de chica; una hermosa y malvada chica, cabe...
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- Yoda.
Una voz aguda llamó a mis espaldas. Me encontraba en el patio trasero del Instituto, sentada bajo un arbol gigante junto a Chaeyoung, Rosé y Dahyun. Ya había transcurrido la mitad del semestre y las cuatro estábamos abrumadas con la cantidad de tareas que los profesores nos habían asignado. Rosé en lugar de dejarme ser irresponsablemente feliz y dejar todo para último momento me obligaba a hacer todo a tiempo, es triste la verdad. Volteé a mi derecha y observé a Sana acercarse junto a Nayeon y Momo hacia nosotras.
- Ardilla... - Noté como llevaba una media cola ajustando su cabello, unos mechones cortos del mismo cayendo sobre su frente. La japonesa se había cortado el fleco, y se veía muy linda de esa forma.
- Hola, súbditos. - Nayeon comentó mientras se sentaba. Momo ya se encontraba con su cabeza recostada sobre el regazo de Chaeyoung.
- Ugh, ¿por qué el colegio es tan fastidioso? ¿Por qué la matemática existe..? - exclamó al aire Dahyun, tirándose sobre la grama dramáticamente - ¿Por qué existo yo?
- Vaya, - rió Nayeon, robando la bolsa de frituras antes en manos de Momo - ¿Problemas existenciales?
- Problemas académicos, en realidad. - interfirió Rosé antes de entrecerrar los ojos viendo el snack en manos de la coreana - ¿Es eso Cheetos?
- No... - divagó la mayor bajando lentamente la bolsa.
- ¡Dame Cheetos!
- ¡No!
- Chewy... - la suave voz de Sana desvió mi mirada de las dos (glotonas) chicas. Pobre Nayeon no sabe que si no comparte con mi mejor amiga probablemente Rosie se la terminaría comiendo a ella.
...Eso sonó mal.
- ¿Hmm? - musité observando a la mayor.
- ¿Sabes qué haremos hoy?
- No, pero apuesto a que me dirás.
- Yup. - asintió Sana entrelazando sus manos sobre sus muslos y mirandome atentamente - Hoy, me ayudarás con una buena hazaña.
Alcé mis cejas divertida - ¿Dejarás tu vida pecaminosa y aceptarás a Cristo en tu corazón?
- ¡Já! - sonrío la japonesa, negando con la cabeza - No lo creo.
Miró hacia las otras chicas para cersionarse de que no escucharan nuestra conversación, para luego abrir sus ojos comicamente. Volteé y entendí el porqué de su mirada, Rosé y Nayeon en éste momento estaban o: peleando pasionalmente o tijereando de una forma muy extraña. No ayudaba que Dahyun y Chaeyoung intentaban separarlas mientras reían, y Momo comía de los Cheetos que caían en el piso durante el intercado. Parecía un festín y una orgía a la vez.
Sentí un ligero toque en mi hombro y sacudiendo mi cabeza volví a enfocarme en la japonesa. Ella continuó: - ¿Sabes quién es Bambam? ¿El chico tailandés de intercambio?