Habían 3 cosas que tzuyu detestaba en específico:
* Adolescentes bipolares
* Drama innecesario
* Personas manipuladoras (vamos, ¡déjenle ese trabajo a ella!)
Nunca pensó que este conjunto vendría en forma de chica; una hermosa y malvada chica, cabe...
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Hoy era sábado y el lunes comenzaban las clases. ¿Iría? Eso aún está por verse.
Hoy mamá decidió hacer una pequeña cena junto a los amigos más cercanos, tanto de ella como Jiwon.
Mamá dijo, y cito: "Te vistes bien, Chou Tzuyu, o juro que si te veo bajar de esa habitación con un sweater y pantalones rotos te castro el pene que no tienes."
Mi mamá a veces me preocupa.
Me coloqué un vestido níveo, sencillo pero elegante. Sus tiras se unían detrás de mi cuello y la parte superior de mi espalda se encontraba descubierta, la tela suave cayendo justa pero no ceñida a lo largo de mi cuerpo hasta llegar a mitad de mis muslos. A juego con unos zarcillos, maquillaje ligero, arreglé mi cabello en una media cola, dejando unos delicados mechones caer a ambos lados de mi rostro.
Me veía perfecta, así que ahora seguía mi plan de: saludar, sonreir, comer y retirarme lentamente sin que nadie se diese cuenta. Brillante.
Bajé las escaleras y ya se encontraban algunos invitados charlando con mi mamá y Jiwon en la sala común. Todos eran de edades similares, estaba una pareja sonriente junto a una niña pequeña cuyo rostro mantenía pegado a la tablet entre sus manos, y otra pareja cuya mujer reconocí, Soohyun, la mejor amiga de mi mamá.
Mamá notó mi presencia (pude notar la sonrisita de aprobación que hizo al verme), y la señora Soohyun se encargó de hacer notar mi llegada, levantándose para abrazarme.
- ¡Tzuyu-ah! ¡Pero qué linda estás, querida! Luego de eso mantuve una corta conversación con la susodicha y saludé al resto de los invitados, antes de adentrarme en la cocina y pretender estar ocupada para así no tener que hablar con nadie. Mientras estaba recostada sobre el mesón en el medio de la cocina (stalkeando artistas en Instagram), escuché vagamente hablar al hombre de la otra pareja presente en la sala.
- ¿Falta alguien más?
- Sí, el mejor amigo de Jiwon y su hija. - aclaró mi mamá - Deben de estar por llegar.
- En efecto. - sentenció ésta vez Jiwon - Yatori llega tarde a todos lados, raro sería que hoy fuése la excepción.
Yatori... ¿Dónde he escuchado ese nombre?
Cinco minutos después el timbre sonó, me dirigí a la entrada ya que era la más cercana a la misma. Acomodé un poco el pliegue de mi vestido, habiéndose rodado al estar recostada en el mesón, y abrí la puerta.
Allí entendí que Dios me odia y se burla de mi miseria.
Visualicé primero al señor Minatozaki, elegante en una camisa de botones azul y pantalones de vestir impecables, entre sus manos traía una tarta de fresas. Se veía de muy buen humor y al verme su sonrisa pareció ensancharse.
- Oh, ¡Tzuyu-ssi! Buenas noches. ¿Eres la hija de Yen-ling?
- Sí, señor. Buenas noches. - salí de mi estupor al ver la tarta aún en sus manos - Pase, y permítame ayudarlo con el postre.
