Capítulo 29. Sin perder el tiempo

488 62 110
                                    

           

La noticia de que Jensen debía volver a Astair me cayó como un jarrón de agua fría. Creí que había vuelto definitivamente, pero al decirme aquello me sentí algo asustada al no saber por cuanto tiempo se marcharía. Enseguida, supongo que al ver mi cara horrorizada, Jensen me aclaró las dudas que inundaban mi consciencia, sonriendo.

–Será por poco tiempo. Debo acabar mi trabajo allí, pues lo dejé apartado para venir a verte y me comprometí a hacerlo –me informó–. Te dije dos semanas, pero estoy seguro de que puedo acortar ese tiempo y volver antes.

–Vaya... –dije decepcionada– Ahora que estábamos bien... –me quejé.

Jensen se acercó a mí, pasando su brazo por mis hombros y acercándome delicadamente a él para abrazarme.

–Y lo seguiremos estando. En cuanto menos te lo esperes ya estaré de vuelta.

–Supongo...

Entendía que tuviese que marcharse a cumplir con sus obligaciones, pero odié de nuevo a Olivia por ser la causante de que volviésemos a separarnos –aunque en esa ocasión fuese completamente distinto–. Ahora estábamos juntos, las cosas se habían aclarado entre los dos y no podía ser más feliz a su lado. Jensen me dejó reflexionar unos instantes, pero enseguida se apresuró a darme un beso en lo alto de la cabeza y me apartó ligeramente para poder mirarme a los ojos.

–No quiero que estés triste por esto, amor –dijo–. Los días pasarán rápido y, aunque te echaré mucho de menos y espero que tú a mí también, pronto volveré. Y los reencuentros siempre son lo mejor –dijo divertido.

–Odio que esa bruja te convenciera para que te marchases y me odio por haberte empujado a hacerlo –comenté.

–Técnicamente, la bruja eres tú al ser una Seid... –bromeó– Olivia es más bien una maldita arpía loca.

–Arpías locas que parece que atraes como el polen a las abejas.

–No, amor, yo atraigo a todas las mujeres. Entre ellas a las arpías locas –contestó siguiendo mi juego, sin faltarle nada de razón.

–Deja de confirmar que eres un maldito guapo seductor, Jensen –le avisé–. Me pone de los nervios.

–Se llaman celos –dijo como si fuese tonta.

Le di un suave empujón, haciéndome la enfadada, mas la sonrisa en mis labios me delataba por completo. Su dulce carcajada invadió mis sentidos.

–Celos que no tienen sentido. Deberías entender de una vez que yo solo tengo ojos para ti y deberías también confiar un poco más en ti, Lena.

Me acercó a su cuerpo, achuchándome entre sus brazos y dándome un suave beso en la punta de la nariz.

–¿Qué te parece si aprovechamos la tarde en vez de seguir echándonos de menos ya aunque aún no me haya ido? –preguntó haciéndome sonreír al ver cómo entendía a la perfección lo que sentía en aquel momento.

Asentí, mirándole a los ojos para después darle un rápido beso en los labios antes de levantarme.

–¡Pues no perdamos el tiempo!- dije emocionada– ¿Te apetece ir al teatro? Hoy hacían la primera función después del ataque –sugerí.

- Lo que tú desees –cedió Jensen al ver la ilusión que me hacía poder ir.

El teatro siempre me había gustado y el hecho de que iba a ser la primera función después del ataque lo hacía aún más especial, así que creí que podría ser un muy buen plan.

Enseguida nos pusimos en camino y esta vez fuimos con Alsvid, pues el teatro quedaba casi a la otra punta de la ciudad. Jensen se empeñó en llevar las riendas, pero me negué rotundamente, así que se conformó con ir detrás de mí abrazándome y dando besos en mi cuello de vez en cuando, cuyo contacto me provocaba fuertes escalofríos a la vez que se contraían todos los músculos de mi cuerpo.

Aadhya: El resurgir de los Seid © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora