Pokemon IV: La Cueva de Umbreon

Capítulo I

     La cama de la habitación de huéspedes de la mansión de Harumi es la más cómoda en la que he dormido jamás. Las sábanas son suaves, de color rosa, y las almohadas son tan grandes que puedes abrazar una y fingir que es uno de esos enormes osos de felpa…

     Julie me obsequió uno en mí…

     Claro…

     Es Jay, no Julie…

     — ¿Perla?

     Sheryl tiene la mala costumbre de abrir la puerta de la habitación tras llamar sólo un par de veces. Ella ya está vestida y lista para empezar el día, yo sigo en pijama y no quiero levantarme todavía.

     Estos días que hemos pasado aquí han sido los mejores. Harumi nos ha proporcionado una muda de ropa para cada día y un pijama para pasar la noche. Lo difícil fue vestir a James, a él le ha prestado ropas holgadas que no se ven demasiado femeninas. Claro, con pantalones holgados y una camisa sin detalle alguno incluso parece que está vistiendo ropa de hombre.

     Por parte de Sheryl, Skyler y yo, estamos soñadas con la nueva ropa. ¡Harumi tiene un increíble sentido del estilo! Yo he optado por prendas coloridas, Sheryl usa ropas un poco más discretas y de colores claros. Skyler prefiere los colores oscuros.

     Diamond, Flareon, Mewtwo y Lucario lo han pasado en aquella sala de juegos para los Pokemon que Harumi tiene en su mansión. Cuando están con nosotros, Diamond no deja de enfurecerse con James.

     En cuanto a James…

     — ¡Oye! ¡Date prisa!

     Sheryl me golpea con una almohada y chasquea los dedos.

     ¿Cuál es la prisa?

     —Itou ha conseguido algo para ir a Alaska.

     ¿Alaska? ¿Qué diablos hay en…?

     ¡Claro!

     — ¿Umbreon?

     —Sí. Date prisa, nos vamos en veinte minutos.

     Sale de la habitación.

     ¿Qué? ¿Nos vamos ya? ¡No hemos desayunado!

     Al parecer, ellos desayunaron hace horas. Sólo alcancé un emparedado de jalea y una manzana que llevaré en caso de que quiera comer un bocadillo durante el viaje. Los demás están ya satisfechos, James tiene un mondadientes sobresaliendo de la boca. Me sonríe al verme y me dedica un guiño.

     Es tan… Tan…

     — ¡Muévete!

     Diamond me da un empujón en los tobillos con su cabeza.

     ¡Es tan lindo cuando está celoso!

     —Todavía tienes esa cara adormilada —sonríe Flareon pasando cerca de mis pies.

     Se siente muy cálido cuando está cerca. Nos será de gran ayuda estando en Alaska.

     —Bueno, no quería levantarme —le respondo—. Aunque pudieron decirme que iban a desayunar.

     —Hablas como si te hubieran estando matando de hambre, humana.

     Es Mewtwo, camina detrás de nosotros… ¡Un momento! ¡No está caminando! ¡Está levitando!

     —Su nombre es Perla —dice Diamond y da un salto para posarse sobre mi cabeza.

     —Como se llame, seguirá siendo una humana.