Capítulo XIII

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     ¡Me encanta estar en la nieve!

     No es lo mismo que verla caer por la ventana de la habitación que tengo en la casa de mi abuela materna, en Colorado, pero sí es bastante divertido caminar sobre ella. Aunque nuestros pies se hunden y en ocasiones resbalamos. No sabemos cuándo estamos pisando tierra firme o cuándo encontraremos un agujero o un montículo de nieve.

     Al final decidimos dejar de lado todas esas prendas ostentosas, los abrigos y esas cosas, por ser demasiado pesadas. Nos impiden caminar velozmente y el tiempo es oro. En la mochila de viaje encontramos algunas chaquetas y cazadoras que aunque son más pequeñas, nos mantienen cálidos. Aunque, la verdad, creo que eso se debe a que Flareon va caminando cerca de nosotros y es por eso que el frío no nos afecta. Como sea, así es mucho más fácil avanzar.

     Todo este entorno blanco, frío y agradable me recuerda a aquél invierno en Colorado.

     Mi abuela nos recibió a mí y a Julie.

     A Jay.

     Como sea.

     Recuerdo que las dos salíamos a jugar en la nieve. Hacíamos ángeles, muñecos, incluso la lanzábamos contra las ventanas de los vecinos y luego nos íbamos corriendo para que no nos atraparan.

     Creo que todos esos recuerdos ahora son demasiado dolorosos ya que Julie nunca existió, ¿no es así? Me pregunto en qué momento se convirtió en Jay…

     Luego de todas nuestras aventuras, juegos, fiestas en pijama y esas cosas, solía considerar a Julie como mi mejor amiga. Todos en el colegio sabían que siempre estábamos juntas, de un lado al otro, pero…

     Las verdaderas amigas no son las que te obligan a ponerte en riesgo para atrapar a un estúpido Pokemon.

     En cambio, ahora puedo estar totalmente segura de lo que es una verdadera mejor amiga. Es aquella persona que te protege, que se preocupa por ti, que está contigo en las buenas y en las malas.

     Alguien como Sheryl, supongo.

     Todo esto me confunde y me hace extrañar la vida que solía tener antes.

     Una bola de nieve se estrella contra mi rostro y me saca de mis pensamientos. Sheryl ríe a carcajadas, ella debió lanzarla. Creo que tiene una risa encantadora, no es nada acorde con esa personalidad fría que finge tener.

     — ¡Te odio!  —le digo y me agacho para tomar una esfera de nieve y lanzársela.

     De alguna forma, olvidé toda la tristeza que me estaba embargando.

     Por eso creo que Sheryl es mi nueva mejor amiga.

     Todos se unieron a la guerra de bolas de nieve. Incluso Harumi, Skyler, Diamond, Flareon y Lucario. Mewtwo se ha quedado lejos para no jugar con nosotros, sigue siendo un cretino amargado.

     Mientras jugábamos juntos, ocurrió algo que no he podido olvidar. Y creo que jamás en mi vida podré hacerlo.

     James lanzaba sus bolas de nieve con mucha fuerza. Tanto era así que Sheryl se quejó en un par de ocasiones, decía que dolía cuando las bolas de nieve la golpeaban y luego lo perseguía para golpearlo en la cabeza. Así que cuando una de esas bolas me golpeó en la cabeza, giré para preparar un lanzamiento y vengarme. Tan pronto como di la vuelta, ya tenía a James frente a mí. Me miró fijamente a los ojos y yo, con las piernas temblorosas, sólo sonreí con nerviosismo. Entonces él me derribó sobre la nieve y yo lo tomé del cuello de su cazadora para que cayera conmigo. Estando sobre mí, plantó un suave beso en mis labios. Me sonrió cuando nos separamos y sentí cómo sus dedos se entrelazaban con los míos.

     Me parecieron los segundos más eternos y hermosos de la vida.

     Pero entonces Sheryl exclamó que debíamos ir a una habitación. Harumi, Skyler, Lucario, Flareon y ella nos atacaron con bolas de nieve. Reían a carcajadas y entonaban esa canción de James y Perla sentados en un árbol. Diamond saltó sobre la cabeza de James y lo golpeó con sus dos colas.

     No había reído tanto desde que iniciamos con esta misión.

     Desde ese momento y hasta ahora, James y yo nos hemos estado tomando las manos.

     Entrelazamos nuestros dedos. La verdad es que siempre soñé con estar así con algún chico. Soñaba con tener mi primer… Un momento, ¿James puede considerarse como mi novio? Nunca me ha preguntado si quiero salir con él. Es decir, me invitó a una cita pero eso no quiere decir que seamos pareja oficial, ¿cierto?

     —Cuidado aquí —dice Skyler.

     Nos detenemos al borde de lo que parece ser un lago congelado. Lo sabemos porque no es nieve acumulada, sino una superficie firme.

     Tenemos que avanzar más lento, una caída puede ser sumamente dolorosa. Lo sé por aquellos días en Colorado. En la casa de mi abuela hay un pequeño estanque que siempre se congela en invierno. En una ocasión, intentando patinar sobre el hielo, resbalé y mi trasero quedó adolorido durante varias semanas.

     Jamás volví a patinar en hielo luego de eso.

     Harumi tiene que llevar a Flareon en brazos pues bajo sus patas el hielo se derrite y eso podría causar que caigamos al fondo. Podríamos morir por hipotermia. No podemos llevarlo en su Pokebola ya que dejaría de irradiar calor. El resto de nosotros debe seguir caminando, no es justo.

     — ¿Escuchan eso?

     Nos detenemos en seco cuando habla Mewtwo.

     Se escucha perfectamente, parece que el hielo está resquebrajándose. Nos giramos y vemos que, efectivamente, está a punto de romperse.

     Entonces, el hielo bajo mis pies se parte a la mitad y sólo puedo sentir que el agua helada me apuñala como si alguien me estuviera lanzando mil cuchillos a la vez.

Pokemon IV: La Cueva de UmbreonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora