Capítulo III

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     — ¡¡Sujétense!!

     Harumi hace girar el helicóptero con violencia para esquivar los misiles que se dirigen hacia nosotros. Los cinturones de seguridad no son suficientes para sujetarnos, nos aferramos con fuerza a los asientos. Mewtwo despierta de golpe y de nuevo levita para evitar que le afecten los devaneos del helicóptero. ¿Es que no va a ayudarnos?

     —Está sobrevolando espacio aéreo restringido. Aterrice ahora.

     ¿No podrían darnos al menos la oportunidad de buscar un sitio para aterrizar en lugar de estar atacándonos?

     — ¡Chicos, necesitamos que alguien derribe a los helicópteros enemigos!  —dice Skyler.

     — ¿Cómo?  —le pregunta Sheryl.

     Harumi presiona un botón de entre todos los controles. Es rojo, imposible confundirlo o pasarlo por alto. Se abren dos compuertas a cada lado de nosotros, lo suficientemente grandes como para asomar la mitad de nuestro cuerpo. Sheryl se saca el cinturón de seguridad y avanza hasta la compuerta que más cerca tiene. Saca de su bolsillo la Pokebola de Lucario y lo invoca diciendo:

     — ¡Ve, Lucario!

     Lucario no necesita un Pokemon volador que lo sujete por la cabeza para poder disparar desde el aire pues también él puede levitar. Lanza potentes ráfagas de agua en contra de dos helicópteros que vienen detrás de nosotros. No sirven para hacerlos estallar pero sí funciona para dejarlos inservibles. Las hélices se detienen y los helicópteros caen inservibles al suelo.

     James invoca también a Flareon, él y Sheryl deben sujetarse de donde pueden pues Harumi no deja de hacer que el helicóptero gire violentamente.

     Flareon salta hacia la cabeza de Lucario y lanza desde ahí una de sus técnicas especiales: cinco esferas de fuego que impactan uno de los helicópteros. Tres segundos pasan antes de escuchar la explosión.

     No puedo quedarme atrás.

     Me quito el cinturón de seguridad y me levanto para ir con ellos. Me sostengo del borde de la compuerta para ver a nuestros enemigos y analizar la situación.

     Nos siguen cinco helicópteros, tres de ellos disparan los misiles y los dos restantes sólo van resguardándolos. Eso significa que si primero nos deshacemos de esos tres que nos atacan…

     — ¡Diamond!  —Exclamo con voz potente, él asiente con la cabeza y salta a la cabeza de Lucario—. ¡Ataca a los tres helicópteros del centro! ¡Flareon, Lucario, ustedes destruyan a los dos restantes!

     — ¡Sí, Perla!  —responden.

     Se hace una potente explosión de fuego, agua y electricidad. Mewtwo parece no darse cuenta de lo que está pasando.

     —Sobrevuela espacio aéreo restringido. Aterrice ahora o lo derribaremos.

     Diamond y los demás consiguieron destruir los helicópteros. Hay varios miembros de la Elite cayendo al suelo gracias a sus paracaídas. Sus helicópteros han estallado, supongo que se han salvado por poco.

     Lucario vuelve a su Pokebola, Flareon y Diamond abordan el helicóptero y las compuertas comienzan a cerrarse.

     —Sobrevuela espacio aéreo restringido. Aterrice ahora o será derribado.

     Pero si ya nadie nos sigue, ¿cómo pueden seguir insistiendo con esto?

     — ¿Están seguros de que destruyeron a todos?  —pregunta Skyler.

     —Sí, no quedaba ninguno —responde Sheryl.

     Pero algo golpea la parte trasera del helicóptero. La parte de los asientos se desprende y nosotros comenzamos a caer en picada.

     — ¡¡Mierda!!  —exclama Harumi cuando de los controles comienza a salir electricidad estática.

     ¡Hay fuego aquí atrás!

     ¡Vamos a morir!

     — ¡Rápido, humanos! ¡Salten!

     ¿En qué momento fue que Mewtwo abrió los ojos?

     Hacemos lo que él dice. Saltamos, dejamos que el helicóptero caiga por su propia cuenta. James me toma entre sus brazos, Skyler y Sheryl se toman de la mano y Harumi hace todo lo posible para no caer encima de su cabeza. Diamond y Flareon van cayendo un poco más rápido que nosotros.

     Los ojos de Mewtwo se iluminan con ese brillo púrpura y somos rodeados por un…

     Es una… ¿Una burbuja? ¿De color púrpura? Sea lo que sea, detiene nuestra caída y nos lleva lentamente al suelo.

     Pero al llegar a tierra firme, nos topamos con otra desagradable sorpresa.

     — ¡Levanten las manos! ¡No se muevan!  —dicen aquellas voces.

     Hemos caído a mitad de un retiro de la Elite.

Pokemon IV: La Cueva de UmbreonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora