Capítulo XXVII

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De alguna manera consigo tomar una Pokebola mientras voy cayendo al vacío.

— ¡Yo te elijo, Kadabra!

Kadabra usa sus poderes para disminuir la velocidad de la caída. Ambos llegamos sanos y salvos al suelo. Le agradezco estrechando nuestras manos y ambos sonreímos.

Ahora, ¿dónde rayos estoy?

Todo está completamente oscuro, excepto por esas antorchas que enmarcan una… ¿Puerta?

Devuelvo a Kadabra a su Pokebola y echo a caminar hacia allí.

— ¡Perla! —Exclamo, pero el eco es mi única respuesta—. ¡James! ¡Sheryl! ¡Skyler!

¿Dónde podrán estar?

Giro el pomo de la puerta y esta se abre con un rechinido. Entro a una habitación aún más oscura que la anterior, siento que es un sitio inmenso a pesar de no poder ver dónde terminan las paredes.

— ¡Perla!

Intento llamarlos de nuevo, pero no hay respuesta.

Tengo que encontrar una forma de salir de aquí.

— Así que te llamas Harumi. Tienes un nombre precioso.

Me congelo en el lugar cuando escucho esa voz. Mi corazón da un vuelco y un escalofrío me recorre de pies a cabeza. Sé que hay algo detrás de mí, pero me aterra girarme para verlo.

— ¿No te emociona ser una Iniciada, Harumi?

Cierro los ojos y aprieto con fuerza los dientes para ahuyentar esas voces.

Ella murió, ella no está aquí.

Harumi Itou…

Abro los ojos al escuchar esa segunda voz. Grave, cavernosa y aterradora.

¿Quién es?

¿Cómo sabe mi nombre?

Me quedo sin aliento al ver que mi entorno ha cambiado. Estoy en una habitación alargada, de paredes blancas y muy bien iluminada. Hay camas individuales por todas partes, pocas ventanas y muy pocas de las camas están vacías.

Y ahí, sentada en una de las camas, estoy yo.

Diamond está acurrucado en mi regazo y yo le acaricio detrás de las orejas para hacerlo ronronear.

En la cama que está junto a la mía se encuentra esa chica de lacio cabello negro y ojos azules. Tiene a un Rattata en el regazo.

No…

Esto no está pasando…

Retrocedo con pasos torpes para alejarme de esas apariciones. Mis piernas se sienten como si estuvieran hechas de gelatina.

No es necesario que intentes alejarte de tus propios recuerdos, Harumi Itou. Ellos te perseguirán, vayas a donde vayas.

De nuevo esa voz.

¿Qué demonios está pasando aquí?

La ilusión cambia. Esa chica y yo estamos sentadas sobre la misma cama con las piernas cruzadas. Comemos emparedados de jamón y queso, Diamond se queda con la mayor parte como siempre.

Pokemon IV: La Cueva de UmbreonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora