Capítulo XIX

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     Luego de dar tantas vueltas, puedo decir que estamos en un laberinto subterráneo.

     Cualquiera podría perderse aquí. El olfato de Flareon nos es realmente útil en estos momentos.

     No puedo dejar de pensar en los demás. Necesito verlos, necesito saber que todos ellos se encuentran bien. No soportaría saber que les ha pasado algo, que están heridos de gravedad o algo peor.

     Skyler sabe mantenerse enfocada en nuestro objetivo. Me pregunto qué pensamientos se ocultarán detrás de esa fachada seria. Seguramente está pensando en Sheryl. O quizá piensa en su familia… Skyler sigue siendo misteriosa a pesar de lo mucho que ya hemos conversado. Debe haber pasado muchas cosas difíciles a lo largo de su vida, sólo así se explica que ella se haya curtido tanto. 

     —Perla.

     La miro cuando pronuncia mi nombre.

     Skyler lleva las manos en los bolsillos y tiene la mirada agachada.

     —Dime.

     Se acerca algo grande, puedo presentirlo.

     — ¿Confías en mí, Perla?

     — ¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Claro que confío en ti!

     —Si te dijera algo que podría cambiar tu manera de ver las cosas, ¿seguirías confiando en mí?

     ¿Qué le pasa?

     ¿Tiene una crisis de consciencia?

     —Eres mi amiga, Skyler. Yo siempre confiaré en ti, para eso somos las amigas.

     Su actitud me recuerda un poco a Sheryl cuando recién la conocí.

     —Perla… Yo sé quién los entregó a todos. Yo sé los nombres de todas las personas responsables de que ustedes estén involucrados en esto.

     Esto me da mala espina…

     —Skyler…

     —Tengo un presentimiento, Perla. Y si llegara a cumplirse lo que presiento, quiero que estés lista para enfrentar tú sola lo que viene. 

     Pero no estoy del todo sola.

     ¿Qué le ocurre?

     — ¿Estás bien, Skyler?

     —Perla… Jay Jason fue quien dio tu nombre.

     Antes me habría sorprendido. Saberlo en este momento solo me hace corroborar mis sospechas de que Julie/Jay es un ser humano despreciable. 

     —A Onyx Fox lo entregó Kim Kullier.

     — ¿Quién?

     —Una ex novia despechada. No perdió la oportunidad de vengarse cuando el Jefe le exigió dar el nombre de una persona que participara en la cacería de los Dioses Legendarios.

     Pero, Onyx dijo que no tenía relación alguna con la Elite…

     Quizá Kim Kullier llevaba una doble vida, así como Julie/Jay.

     Me pregunto dónde estará Onyx…

     —A James lo entregó Scott Harrison.

     — ¿Son hermanos? —le pregunto sin aliento.

     Skyler niega con la cabeza.

     —Scott Harrison es su padre.

     Siento que terminaré por desmoronarme con todo esto.

     ¿Cómo puede un padre ser capaz de entregar a su hijo de esa manera? 

     —Y yo… Yo entregué a Sheryl.

     También yo agacho la mirada.

     Sé lo que pasó con Skyler y esta misión. Sheryl me lo contó todo. Pero aún así, es duro escucharlo de su propia voz.

     —Perla, la Elite está en todo el mundo. Donde menos te lo esperes. Ellos siempre estarán cerca de ti.

     — ¿Qué quieres decir con eso?

     —Quiero decirte que la única forma de que puedas retomar la vida que tenías antes, es destruir a la Elite desde sus cimientos. 

     —No creo que pueda retomar mi vida.

     Me mira confundida.

     — ¿A qué te refieres?

     —Todo esto me ha dado una perspectiva diferente de cómo son las cosas —le respondo encogiéndome de hombros—. Lo único que quiero hacer ahora es rescatar a mi mamá. Sé que no será sencillo y que para salvarla necesito atrapar a los cinco Dioses Legendarios. Pero si con eso puedo ayudarla, entonces valdrá la pena hacer el esfuerzo.

     ¿La que dijo todo eso fui yo?

     Skyler sonríe.

     —Skyler, no vuelvas a insinuar que algo malo te pasará.

     Me mira confundida de nuevo y balbucea.

     Le sonrío y busco una de sus manos para darle un fuerte apretón.

     —Todos somos un equipo —le digo, Skyler frunce el seño de la misma forma que Sheryl—. Sheryl, Harumi, James, Flareon, Lucario, Mewtwo, Diamond, Onyx incluso, tú y yo. Si todos estamos juntos, entonces no habrá lugar para malos presentimientos. Somos amigos. Y los verdaderos amigos no te juzgan, sin importar los errores que hayas cometido.

     Skyler vuelve a sonreír y rodea mis hombros con un brazo.

     —Eres una chica muy especial, Perla Cobby.

     —Sé que tú harías lo mismo por mí.

     Le dedico un guiño. 

     Ahora puedo decir con total seguridad que envidio a Sheryl.

     Ya quisiera yo tener una hermana como Skyler.

Pokemon IV: La Cueva de UmbreonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora