La Sonrisa Del Demonio |COMPLETA|

Capítulo 13

—Chicos, apresuren sus trámites que tengo unos planes geniales para hoy y necesiten que se den prisa.— digo en voz alta sin dirigirme a nadie en especial.

Salgo del baño y me encuentro a Michael con Cameron.

—¿Y Jaiden?

—Haciendo de las suyas por ahí.— me comunica Cam.

Asiento y le saco un poco de las frituras que tiene en mano, no se queja o algo por el estilo, simplemente me extiende el paquete ya abierto, al que acepto de inmediato y él saca uno nuevo de la bolsa a la que recién noto... esa es la razón de tanta amabilidad.

Los chicos salen luego de cinco minutos y sonríen de maneras exageradas, ¿ya ven lo que un poco de sexo hace? Recorremos las tiendas sólo por gusto. El único que se ha quejado en el transcurso ha sido James. Al parecer no le agrado del todo o no lo sé, tampoco me interesa saberlo.

Pasamos por una tienda de trajes de baño y hago, mejor dicho, obligo a los chicos a que entren.

—¡Vamos idiotas!– creí que se darían cuenta del porqué entrar a una tienda de trajes de baño, pero al parecer mis amigos son más estúpidos de lo que creía. –¿Qué les parece pasar un maldito día en la playa pedazos de estúpidos sin neuronas?

—¿Por qué no lo has dicho antes?— pregunta Ian.

Abro la boca de incrédula mientras elevo las cejas, niego con la cabeza y decido pasar por alto la situación. —Solamente busquen trajes para bañarse en la playa.— les digo yendo a la sección de mujer.

Tomo cuatro bikinis que han llamado mi atención y los llevo al probador conmigo para fijarme cómo me quedan. El primero es azul, el sostén tiene tiras y la braga es una tanga. Es lindo, pero me hace ver el trasero gordo. Lo descarto. Y así fue con todos. Hasta que me decidí por uno negro. El negro es el mejor color para todo. Es simple y lindo. Salgo y veo a Izaak, Michael, Jacob, James y Cameron sentados en la banca jugando o haciendo quién sabe qué con sus celulares y una bolsa a cada lado de cada uno de los chicos. ¿Y Jaiden e Ian? ¿Dónde se habrán metido?

—¡En el probador!— dicen todos al unísono a mi pregunta no formulada.

Camino por los pasillo en busca de los chicos, se escuchan quejas y palabrotas, así que deduzco que son ellos. Me dejo guiar por las voces y llego a los idiotas.

La situación es sumamente cómica. Ian se queja de que su culo se ve gordo mientras que Jaiden le dice que se ve sexy.

Comienzo a reír a carcajadas mientras ellos se voltean para observarme.

—Ian, tu culo se ve extremadamente sexy con ese traje.— le digo mientras le guiño un ojo.

—¡Es lo que le digo!– abro la boca para preguntar si es gay pero se me adelanta. –No soy gay.— dice mientras me decepciona al nivel dios.

Ruedo los ojos y le palmeo el trasero a Ian indicándole que ése traje es el perfecto.

Al fin se decidió por el rojo. Nos reunimos todos en el piso de abajo, donde estaba lleno de locales de comidas rápidas.

—Ya vengo.— digo a nadie en concreto y me alejo un poco.

Un tono, dos tonos, tres tonos, cuat..

—¿Sí?

—Necesito medios.

—Dime preciosa.

—¿Sabes? En algún momento te quedarás sin lengua. Necesito emmm,– ignoro lo de preciosa y en cambio, hago cuentas mentalmente.– cinco motos, ¿podrás conseguirlas?— lo reto.