Capítulo 28

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Dos meses. Dos meses ya han pasado y me encuentro atada de pies y manos. Literal.

De alguno u otra manera, alguien me ha inculpado el día en el que estábamos en la ciudad, justo cuando tenía todo listo. Íbamos a secuestrar a Wood y a su banda para sacarle información y llegar al fondo de toda esta mierda. La primera parte de mi plan estaba en marcha, todo iba bien.

Pero debí suponerlo. Todo estaba saliendo extremadamente bien. Me resultaba extraño que aun nada se haya arruinado. Pero claro, ¡yo siempre hablando de antemano! Hay una rata en el grupo. Alguien que le dijo a Chelsea que intenté asesinar a Collins. ¡Hasta fotos le enseñaron! Decir que estaban trucadas está demás, pero aun así, debo darle créditos a quien sea que lo haya hecho.  Lo malo de la situación es que Chelsea lo creyó, y en cuatro días Alonso y Sarah vendrán a hablar con él y a intentar aclarar el mal entendido.

Mis planes y proyectos se fueron a la mierda, por ahora. Esta noche escaparé de aquí y daremos el golpe. Izaak pagará por haberme delatado, y de donde vengo, la deslealtad se paga con sangre. Con Alan hemos acordado otro plan para atrapar a el maldito soplón, quiero estar segura antes de incriminar a alguien.

Tan sólo faltan veinte minutos. Él vendrá, me sacará de el calabozo y pondremos en marcha el plan a. También tenemos un b por si las cosas salen mal

(...)

—¿Listo?— pregunta Kózlov antes de cerrar la puerta de la celda tras él.

—¡Qué sí, Alan. Es la tercer vez que lo preguntas en quince segundos!

—Bien— no dice más nada y se encarga de ocultarse detrás de las paredes de hormigón dónde se hallan los calabozos.

Hay más guardias de lo habitual por todos lados. Y sé el motivo. El jodido director tiene una especie de pacto con Douglas. Porque, de otra forma, ¿cómo se explica la seguridad justo ahora que yo aquí estoy? ¿Que nos hallan asignado uno del grupo por cada cubo? ¿Chelsea hablando con Isaac hace unos meses apartados de todos? Son demasiadas interrogativas y a ninguna le encuentro respuesta.

Miro a la izquierda y ahí está Gabe, él es parte del plan junto con Tyler, ellos se encargaran que del lado oeste no venga absolutamente nadie, y de ser así, se encargarían de que eso no sea un problema.

El perímetro parece un lugar sacado de una película de terror. Cabinas con camastros de metal, inodoros del mismo material, las paredes son de hormigón color gris, y la parte del frente es una lámina de vidrio tan gruesa que no se rompe con nada, quizás cinco centímetros de grosor, ocho tal vez. La única manera de ingresar y egresar del recinto es con un escáner de retina. Exagerado, lo sé. Pero eso no es problema, ¡no adivinaran quién nos ayuda! Damas y caballeros, Owen Makovsky en persona. Resulta ser que el guardiancito es un maldito infiltrado que está acá para vigilar a Colton. ¿Quién lo diría? Al parecer, aquí nadie es quién dice ser.

Regresando al tema, volteo hacia la derecha para asegurar vía libre, un guardia viene a nuestra posición, por lo que me pago lo más que puedo a la pared y en cuanto tengo al hombre de no más de treinta años a mi lado, golpeo su cabeza con mi codo con tal fuerza que el tipo cae de inmediato, lo alcanzo a sujetar antes que dé de lleno con el suelo y provoque un ruido sordo alertando a todos, saco su tarjeta de identificación del bolsillo trasero, lo arrastro hasta una pequeña habitación de mantenimiento del área y subo su pesado cuerpo sobre el de otro guardia que no era más que un estorbo.

Alcanzo a los chicos y corremos a los baños para allí encontramos con el resto y tenderle la trampa a el maldito topo. ¿Quiere jugar? Bien pues, yo le enseñaré cómo se hace.

La Sonrisa Del Demonio |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora