Capítulo 19

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—Buenos días a todos.— comunica el director.

—Buenos días.— repiten todos al unísono como robots.

—Como sabrán, el supervisor a venido a echar un vistazo a nuestras instalaciones, pero además trae nuevas reglas y rutinas.— dice esto último con indignación y falta de interés.

—Bien, su director ya ha dicho que vengo con reformas para la institución. Todos saben que el gobierno estadounidense promueve el estudio, y hemos echo una junta en la que se deliberó la necesidad de que los asistentes al Reformatorio Chelsea deberán asistir a un colegio secundario, — (preparatoria- ciclo medio- etc) — y para ello, obviamente necesitarán materiales y transporte, pero de eso el Estado ya se ha ocupado. El lunes comenzarán sus nuevas clases y dejo al director Chelsea para que termine de informar los nuevos sucesos.- terminado el discurso, aguarda unos minutos.

Doy un paso al frente y abro la boca para replicar cuando la mano de Ian presiona con fuerza mi antebrazo.

—Manten la boca cerrada y no hagas nada estúpido.— me advierte ejerciendo menos presión.

Bufo y vuelvo a mi sitio. El supervisor se retira con un guardia a sus espaldas y el director toma la palabra en esta ocasión.

—De todo corazón les digo que lamento las nuevas reformas, pero era aceptar eso o tener que dejar el cargo.– se escucha claramente como algunos emiten sonidos de sorpresa. –Y como bien sabrán, eso no sucederá, por lo que me he visto obligado a aceptar. Además de asistir a una academia institucional pública, deberán hacer trabajo comunitario dos veces al mes y la paga será la misma, se incrementarán las visitas a las cárceles y las inspecciones serán más precisas y continuas, y por último, tendrán la visita de presos exconvictos en institución,– dice remarcando de manera considerable el mi –durante una semana. Aún la organización no la sé, y no espero que lo comprendan, les ordeno que lo hagan.— dice retomando su posición de superioridad.

Se aleja con Gabe siguiendo sus pasos y la muchedumbre de no más de doscientos chicos se esparcen por todo el sitio murmurando sobre lo sucedido. Esto es una mierda, sólo espero poder llevar a cabo mi plan, de otra manera, no descansaré hasta conseguirlo. No me importará remover cielo, mar y tierra con tal de verlo caer.

—¿A qué se refería con eso de visitas a las cárceles?— pregunto alarmada.

—Cada cierto tiempo nos llevan a las penitenciarías o alcaldías dónde hay presos, la mayoría de ellos son ladrones, estafadores o en algunos casos asesinos, pero de ésos que son cómplices. Y no es que los defienda, pero los admiro. Optaron por mantener la boca cerrada y acatar consecuencias a delatar a los suyos. Eso es...

—Lealtad.— termino por él.

—¿Cómo es la organización Jacob?— le vuelvo a preguntar.

—Todo se organiza por cubos y por áreas. Generalmente es un cubo del ala este con otro del ala oeste. Siempre los mismos patrones. Podría jurar que nos tocará ir juntos.

Asiento y voy a la barra de la cocina en dónde la cocinera sirve té, desabrido cabe destacar, y unos bollos salados. No soy fan de la comida de aquí, pero ya me he acostumbrado a las comidas desabridas que sirven a propósito. Dos meses ya llevo en este sitio, y no ha sido agradable, muchos encuentros desastrosos con Isaac, demasiada corriente alberga mi cuerpo debido a mi mal comportamiento y los "castigos" de Chelsea — el director — que no son más que descargas eléctricas y aislamiento. Lo único positivo es que los malditos trances han disminuido considerablemente gracias a los toques — creo — con la única diferencia, de que cuando entro en uno, ya no me salva nadie.

La Sonrisa Del Demonio |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora