Capítulo 39

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Dedicado a: ChambiiCncowner

Lean y disfruten del último capítulo.

(...)

Nadie dice más nada y comenzamos a preparar las armas, yo personalmente, prefiero pelear cuerpo a cuerpo con navajas. Así que guardo una a cada lado de ambas botas.

Mi look es algo terrorista, y a decir verdad, me encanta. Llevo puesto un pantalon holgado negro con bolsillos en la mitad de los muslos; una remera manga corta color bordó un poco suelta, el chaleco antibalas por encima de estampado camuflado y para completar el atuendo, unas botas militares también del mismo estampado. El pelo lo llevo recogido en una coleta alta que deja a la vista mi cabeza rapada, que por cierto, ya ha crecido un poco y aunque he pensado en recortarlo, decidí dejarlo crecer. El tinte azul ya está desapareciendo por lo que solo quedan mechas tintadas de lo que solía ser un cabello largo y azul.

—Todo listo.— comunica Kozlov al mismo tiempo que termina de cargar su beretta ARX-160.

Literalmente es un fusil de asalto, y es una completa belleza. Dispara setecientas balas por cartucho con un alcance de seiscientos metros. Lo reitero, una completa belleza.

—¡A los vehículos!– le ordeno a los hombres quienes obedecen sin rechistar. –Ian tú no.– digo deteniendo su andar poniendo mi mano en su pecho. –Te necesito aquí para que des las coordenadas de nuestros pasos.

—Pero tú dijiste...

—¡No importa lo que haya dicho o no! Tú te quedas y punto, fin de la charla.

Él suspira derrotado y asiente. —Bien, pero debes prometerme que saldrás viva de esta.

—Hierba mala nunca muere.– le guiño un ojo con seguridad y le doy un beso en la mejilla para caminar hasta la puerta principal. –Cuida de Rose, por favor.

—Con mi vida.— responde.

Salgo de la casa y subo a la camioneta blindada más cercana. El chofer no es ni más ni menos que el señor Adam. Creo que las ganas de asesinarlo ya se han esfumado. El radio emite un sonido que indica que alguien va a hablar.

—Nikole, estuvo cerca.– dice Erick con dificultad mientras se oye como arrastra algo, o probablemente, a alguien. –Casi me descubren, pero lo tengo todo bajo control.

—Bien, necesito que vallas a la mansión de Douglas, abandona el prostíbulo.

—¡Sí claro! ¡Cómo soy un amigo muy íntimo de tu tío sé perfectamente dónde queda su casa!— dice con total sarcasmo.

—No seas idiota, Ian te pasará la dirección.

—Hecho.— la línea muere y el silencio reina nuevamente el sitio.

—Este será el plan, como ya estamos divididos por vehículos, haremos lo siguiente.– tomo aire e imagino la escena en mi mente para luego dar las órdenes. –Quiero a la camioneta ciento catorce conmigo, la ciento cincuenta y la doscientos veinte también. El resto creará la distracción en la casa principal del negocio, ¿entendido?

Se escucha un "sí" por parte de mis compañeros y el toque de unas bocinas por parte del resto.

¿Recuerdan a Denis? Es el chico que folla como los mismísimos dioses, el del centro comercial. El otro día iba caminando hacia un súper para comprar cervezas y lo crucé en la misma tienda. Y como ya sabía de su actividad ilícita, hablé con él y llegamos a un acuerdo, ¡y valla que fue útil!

Seguimos por una ruta secundaria hasta que llegamos al centro desértico donde una avenida nos espera para separar nuestros caminos. ¡Qué poeta he salido! Diez o doce camionetas aproximadamente toman el camino oeste mientras que nosotros y tres más doblamos hacia el este. Río un poco mentalmente y preparo tanto mi subconsciente así como mi cuerpo para la cacería que se aproxima.

La Sonrisa Del Demonio |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora