CAPITULO 31:Me encantas

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-Ya es tarde ¿No lo creen? -Mackensey opinó.

-¿Cómo es que el tiempo pasa rápidamente cuando te la estás pasando de maravilla?- opinó Will.

-¿Quieres que te lleve a casa?

Asintió, le di un abrazo como despedida y por la puerta entraron tres músicos. Traían solamente guitarras. Y se pusieron a cantar.

Terminó la canción que ni siquiera sabia cuál era, pero me gustó, y les aplaudí.

Sin pensarlo comencé a cantar.

"Otra vez el miedo me tiene vencido, otra vez si estoy sufriendo por lo mismo..."

Hice una pausa y Emma le pidió la guitarra al músico que estaba parado al lado de nuestra mesa. Y comenzó a seguirme con la guitarra, no sabía que tocaba un instrumento musical, bueno...es Emmy, nada es imposible para ella.

De hecho no sabía casi nada de eso pero me di cuenta de que ella tocó en "Re". Y volví a retomar la canción y esta vez ella cantó conmigo, era una gran canción y decía mucho de mi. "Maldito miedo" de los Recoditos , una banda mexicana que un día escuché, nunca me gustó pero esa canción era especial.

Todos en la cafetería estallaron en aplausos y vítores cuando terminamos.

Abracé a Emmy y le di un beso en la mejilla y ella también me abrazó. Ella devolvió la guitarra.

-¡Oye chico! No dejes que ese maldito miedo te prohíba decirle lo que sientes, nunca dejes a ésta chica, vale oro, y te lo dice alguien que sabe de eso -me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.

-Lo sé, y solo me apartaría de ella muerto, o si me lo pide.

-Suerte y éxito chicos -salieron de ahí y posiblemente no los vuelva a ver pero me alegra que hallan llegado precisamente a este lugar.

-¿Qué has hecho con mi amiga? -Mackensey interrumpió el momento.

-¡No! ¿Qué ha hecho ella con mi amigo? Se ha vuelto cursi y tonto -le dice Will.

-Ni que lo digas, Emma no es así.

Los ignoré y creo que ella también.

-¿Nos vamos? Tienes que estar temprano en casa -asintió y pedí la cuenta.

-Yo pago -se ofreció Emma.

-De ninguna manera.

-Pero yo fui quien sugirió que vengamos este lugar y que tu traigas a Will y yo a Mackensey.

-Si pero yo accedí, yo pago.

-Por favor -su voz sonó muy tierna, como la de un bebé haciendo un berrinche por un dulce, me gustaba.

-Emma, estas jugando sucio -le dije cuando vi que ponía cara de perrito sobresaltando el labio inferior y con los ojos tristes.

-Mira, hagamos un trato. Hoy pago yo porque fue idea mía, y la próxima vez que volvamos a salir los cuatro haremos lo que tu quieras y tu pagarás.

-Vale -contesté rendido sobresaltando el labio inferior como dramatismo.

Dios...habíamos comido hasta el cansancio, Emma pagó 10 muffins de chocolate y 4 cafés, estas chicas eran amantes de los muffins.

Salimos de ahí, y llevamos a las chicas caminando, ninguna quiso que fuéramos en auto.

-Es...demasiado dióxido de carbono. ¿Porqué ir en auto si puedes caminar?-contestó algo nerviosa ¿Qué ocultaban?.

-Me encanta caminar contigo -le susurré al oído y tomé su mano balanceando la hacia dentro afuera.

De mis labios salió una risita estúpida que no pude contener. Estaba muy nervioso.

Detrás de nosotros venían Will y Mack, Will babea por ella, espero que terminen juntos.

Había algo que me tenía tenso aún pero con las pláticas se me olvidó.

-¿Que es lo que quería Yahir?

-Nada...solo estaba diciendo que quizá deberíamos salir algún día.

-Maldito bastardo.

-¿En serio te pusiste celoso?

-Si, ¿tu que sentirías si una chica me toma la mano y me coquetea o incluso me invita a salir? ¿Te pondrías celosa no? -tenía miedo a que dijera que no.

-No

-¿En serio?- eso me dolió pero ella agachó la cabeza, eso significaba que si, me planté frente a ella, ella se estampó frente a mí sin alzar la vista; puso sus pequeñas y frágiles manos en mi torso y comenzó a darme pequeños empujones, tenía mucha fuerza pero era bueno que yo valla al gimnasio si no esta mujer me tiraba contra el suelo.

-Muévete, déjame pasar -me dijo tratando de pasar pero yo me movía de un lado para el otro para impedírselo.

-Dime que no te vas a poner celosa.

-No me voy a poner celosa -murmuró con su cabeza agachada, jurarían que hay una sonrisa acompañada de rubor en sus mejillas

-Pero así no, quiero que me lo digas mirándome a los ojos -le alcé la cara para poder verla a los ojos; mis dedos temblaban a su tacto y ella al mío -¿No me vas a celar? -se puso roja y se agachó recargando la cabeza en mi pecho, esa era una respuesta afirmativa -anda, quiero oírlo -le alcé de nuevo la mirada.

-Si -sus mejillas seguían rojas y creo que yo también comencé a ruborizarme, la abracé aspirando su embriagante aroma -no quiero que ninguna se te acerque porque le saco los ojos, es más -me pone la capucha, ésta me llagaba hasta la comisura de los labios por lo grande que era- deberías estar así siempre, solo yo puedo ver tu rostro, serás solo mío.

-Me encantas -le dije sin pensar.

Tomé su mano y seguimos caminando yo ya sin la capucha porque no veía nada.

Me enamoré de la chica nerd #IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora