Al igual que el capitulo anterior dejo estas aclaraciones:
■ Es momento de modificar esta aclaración, debido al nuevo capítulo de la serie de Miraculous Ladybug específicamente el capítulo 11 de la segunda temporada, se nos mostró que el nombre de la Señora Agreste es Emilie, pero por motivos de que hay lectores que aún no han visto o no ven la serie, dejaré el nombre y el apellido que he estado utilizando, haciendo la salvedad que agregaré el nombre de Emilie como primer nombre, el nombre de nuestra protagonista será Emilie Cathalina Foissar, para darles un pequeño adelanto, utilizaré no nombre de Emilie para cuando Cathalina deba fingir ser otra persona.
■ Este fic es totalmente de mi imaginación, es decir que los escenarios, vestimentas y sucesos son inventados, tal vez algunas cosas que pueda investigar bien y plasmarlas, claro aferrandome a la investigación realizada.
■ Desclaimer: Miraculous Ladybug no es de mi propiedad es de Thomas Astruc yo solo tomo sus personajes prestados para el entretenimiento de mis lectores.
■■■♡■■■♡■■■♡■■■♡■■■♡■■■♡■■■
Francia estaba de luto el día hoy, la noticia de la muerte de los pequeños príncipes fue una sorpresa inesperada. La reina descansaba en sus aposentos en compañía de Lady Cathalina, que portaba un vestido de luto para la ocasión. El rey en compañía de todo el pueblo y la familia real daban santa sepultura a los restos de los bebés, el pequeño Félix preguntaba por su madre, sus hermanos y porque todo estaba tan tensó a su alrededor. Gracias a la nana el pequeño príncipe fue a jugar al patio con los niños del palacio.
-Su majestad- susurró Cathalina a la reina- Despierte por favor debe comer algo, así podra recuperar fuerzas- insistió la rubia.
-¿Dónde está el rey?- preguntó con voz gruesa.
-Estan el cementerio- respondió Cathalina.
-Bien- con unas fuertes ojeras miró a Cathalina- Me duele mucho el vientre, el doctor no dejo algo para este dolor, es muy insoportable- la reina trato de moverse pero Cathalina la detuvo.
-No se mueva iré por las medicinas y algo de comer y no acepto un no como respuesta- dijo la joven madre preparando todo- La ayudaré a sentarse- Cathalina dejo la bandeja en la mesa- Aquí vamos- con mucho cuidado Cathalina sentó a la reina en la cama colocando almohadas en su espalda para darle soporte- Su majestad debe comer- la rubia tomo el plato de sopa.
- Por favor, Llámame por mi nombre Cathalina- la reina pauso un momento- ¿Puedo llamarte por tú nombre?- preguntó dudosa.
-Claro Nathalie puede llamarme Emilie o Cathalina- respondió Cathalina.
-Muy bien, donde esta la comida- la joven madre le entregó la sopa a la reina- ¿Qué pasa Cathalina?-preguntó la reina entregándole en vaso con sus medicinas.
-¿Cómo se siente?- preguntó la rubia.
-Triste- la reina dejo de lado su cuchara- Acabó de perder dos hijos, estoy destrozada al no poder despedirme de mis hijos, pero llorar no me los va a devolver, la culpa es de Gabriel, aúnque mía también debía cuidarlos y no lo hice- la reina tenía el rostro bañado en lágrimas.
-No lloré su majestad, quiero decir, Nathalie, no puedo imaginar por lo que esta pasando, pero por alguna razón siento su dolor, por un momento pensé que sus bebés podría ser el mío- Cathalina tomó las manos de la reina entre la suyas- Pero a pesar de todo usted estuvo con ellos hasta el último momento, es una mujer fuerte va a salir adelante- la joven mujer limpió las lágrimas del rostro de la reina.
-Gracias- susurró la reina.
-No me lo agradezca, vamos termine su comida, el pueblo Frances y mi hermano la necesitan- la reina comenzó a comer despacio. El toque de la puerta dejó pensativas a ambas mujeres, no sabían quien podría estar del otro lado- No se detenga, yo iré a ver quien es- Cathalina se levantó con cuidado y abrió la puerta, encontrando a Nicolas con su uniforme del ejército, su cabello estaba alborotado- Hola Nicolas- saludó la joven contenta.
ESTÁS LEYENDO
La Amante Del Rey
RandomGabriel Agreste sabía que desde el momento en que sus miradas se encontraron en la calidez de la panadería más conocida de su reino, sabía que esa mujer era el amor de su vida. Pero las cosas no podían pasar en su curso normal, más siendo el r...