Había pasado dos días desde el incidente en la cafetería. Lo sucedido aún se murmuraba en los pasillos y en el salón de clases. Se volvió el tema más interesante de lo que llevaba la semana.
Me irritaba escucharlos porque la confrontación pudo haber sido evitado. También tuve que soportar las constantes miradas y susurros. Seguían preguntándose de donde había sacado el valor para golpear a Matteo. Tal vez debieron estar en mi lugar para comprenderlo.
Pero no me sentía halagada por mi acto de Jazmín. Estaba nerviosa de que en cualquier momento el apareciera para terminar lo que no pudo hacer. Gastón quería comenzar una nueva pelea al día siguiente, pero le suplique que no lo hiciera.
Complicaría las cosas y los resultados podrían ser peores. Accedió no muy convencido, pero dijo que si volvía a molestarme tendría que hacer algo al respecto.
Deje de mirar a Matteo y evitarlo en los pasillos. Hasta ahora había funcionado. Pero mientras cerraba mi casillero me di cuenta que faltaba una clase para ir a casa y recordé que compartía literatura con él. El miedo crispo a flor de piel y mis amigas se percataron de ello.
-Te ves nerviosa-Dijo Emilia cuando nos desplazamos por los pasillos.
-Lo estoy-Afirme, mordiéndome el labio.
-Tal vez no asista a clase-Emilia intento tranquilizarme.
Fruncí los labios, sabía perfectamente que asistiría. Era la oportunidad perfecta para cobrarse lo que le hice a él y a su reputación.
-Eso espero.
Llegamos al aula y me despedí de ellas. Me senté un tanto desprotegida cuando las vi marcharse. Estúpidos horarios. Mi única esperanza era que los próximos cuarenta y cinco minutos transcurrieran con rapidez.
Con los hombros tensos, tome lugar en la butaca que estaba cerca de la puerta. Así cuando dieran el timbre podría salir antes que cualquiera. Inspeccione alrededor y me calme un poco cuando no vi a Matteo.
Tal vez Emilia tenía razón.
El profesor llego y mis compañeros se instalaron en sus asientos. En cuestión de segundos comenzó la clase e intente prestar atención a su explicación acerca de seres que eran comunes con los humanos pero que tenían diferentes maneras de vida.
Estaba escribiendo cada palabra importante sobre el tema, cuando dos personas aparecieron en la puerta interrumpiendo la clase. El profesor dejo de explicar y mi corazón palpito nerviosamente cuando vi a Matteo junto al director.
-Profesor Gómez, el joven Balsano tuvo que llegar tarde por cuestiones personales.
-Oh, no hay problema-Hizo un ademan restándole importancia y camino hacia a ellos.
Me puse alerta cuando Matteo entro. Sabía que no haría nada para lastimarme, pero me sentí vulnerable cuando el profesor salió del salón y cerró la puerta detrás de el para conversar con el director Moon acerca de su comportamiento.
Sus ojos oscuros me atravesaron cuando me miro, trague el nudo que tenía en la garganta y pretendí estar escribiendo. Pasó a mi lado y se detuvo al dar un par de pasos.
-Quitate.
Contuve la respiración y cautelosamente mire sobre mi hombro. Le hablaba al chico que estaba sentado detrás de mí. Sin protestar, Lucas recogió su mochila y se levantó alejándose al fondo.
Mire nuevamente mis notas mientras sentía como Matteo se acomodaba en el asiento. Esto estaba poniéndose cada vez peor, y por alguna razón mis manos comenzaron a temblar. Cabía la probabilidad de que me clavara el bolígrafo en la espalda o algo parecido.
Bien, no tenía por qué ser tan paranoica pero cualquier cosa se podría esperar de él.
El profesor regreso a retomar la explicación y me sentí un poco más cómoda. Me forcé a ignorar su presencia detrás de mí, pero fue imposible. Lo sentía inclinarse hacia adelante y su respiración rozaba en mi cuello, enviándome un escalofrió.
No sabía qué hacer. Podía cambiarme de lugar pero eso llamaría demasiado la atención, así que preferí esperar a que terminara la clase.
Minutos antes de que concluyera, guarde las cosas en la mochila. Al sonar el timbre de salida, escape del salón como si hubiera estado presa. Una vez en los pasillos, logre respirar con normalidad.
Estaba contando los pasos que me faltaban para atravesar las puertas del edificio, cuando una mano se apodero de mi brazo.
-Nos vemos más tarde.
Pensé que estaba imaginándome la voz de Matteo, pero luego estuve consciente que era el quien me sujetaba del brazo. Me paralice sin poder articular una palabra y lo vi salir, perdiéndose entre las personas que no se dieron cuenta de su amenaza.
Me detuve, reflexionando su advertencia. La jornada escolar había terminado y por lo tanto, no había manera de verlo más tarde.
A menos que hubiera planeado algo.
Una corriente de aire helado me puso los pelos de punta y obligue a mis pies moverse hacia el estacionamiento. Debía decírselo a Gastón pero sabía que lo alteraría. Durante el trayecto a casa me quede en silencio mientras formulaba las posibles respuestas de su encuentro...
Pero ninguna de ellas fue agradable.
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¿Nos vemos más tarde? ¿Que quiso decir Matteo con eso?