Capitulo 26 (Parte 2/2)

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—Pero, ¿Cómo lo hicieron? ¿Que fue lo que utilizaron?—Dije, sintiendo el cuerpo rígido.

—Se utilizan varias cosas para hacer esos rituales, debió se algo que te hayas pertenecido por mucho tiempo. No me refiero a una prenda de vestir o algún peluche tonto que te regalan. Debió haber sido algo íntimo como un anillo, un arete, un collar o algún objeto que fuera valioso para ti.

—¿Tienes algo de eso?—Pregunto Matteo, mirandome con el ceño fruncido.

—No, lo siento—Nege con la cabeza.

—No te preocupes. Es posible que no recuerdes algunas cosas debido al hechizo.—Dijo Jimena haciéndome sentir menos culpable.

—¿Que otra cosa se necesita de ella?—Quiso sabe Matteo, interesado.

—La otra cosa que es sumamente importante, es su sangre. Esa persona tubo que obtener una cantidad considerable para llevar a cabo el hechizo.

La mire y me estremecí.

—Pero tendría que haberme dado cuenta de eso.

—Hay distintas maneras de obtener sangre sin que esa mina persona se de cuenta—Opino ella, dejando a la deriva sobre cuáles eran esas maneras.

El golpe detrás de la puerta me sobresaltó. Jimena s levanto y la abrió. Simón entro con una sonrisa coqueta hacía ella.

—Linds falda—Le escuché decir, mientras le guiñaba un ojo.

—Eso no funciona conmigo—Gruño Jimena, dejándolo pasar.

—Llegas tarde—Dijo Matteo, acusándolo.

—Perdon, estaba terminando unos asuntos.

—Voy a preparar algo para tomar—Aviso ella, dirigiéndose a la cocina.

—¿Y bien? ¿De que me perdí?—Simon miro la mano de Matteo que seguía descansando en mi rodilla.

—Mi hermana investigo un poco sobre todo eso de la magia negra—Comento.

—Ya veo—Hizo una mueca al ver los libros esparcidos.

Matteo se dispuso a explicarle con detalle lo que Jimena nos había contado. No pude evitar sentirme mareada por escuchar de nuevo lo mismo.

Cuando me puse de pie, dejo de hablar y me miró, interrogante.

—Ire a ayudarle a tu hermana.

Asintió duduso, y se volvió hacia Matteo quien alterno la mirada entre los dos. Llegé a la cocina y Jimena me sonrió mientras agregaba un líquido delicioso en los cuatro vasos.

—¿Necesitas ayuda?—Me ofrecí mirando alrededor.

—¿Podrías pasarme esas hierbas curativas que están ahí, por favor?

Asentí y abrí la pequeña puerta de la cocina.

—Tambien eres hechicera, ¿Verdad?—le tendí las hierbas y las cogió.

—Si, lo soy. Y tranquila no voy a envenenarte—Dijo al notar mi expresión asustada.

—¿Que es eso?—Señale el manojo de hierbas.

—Se lo conoce como Unique, suele acompañarse con el jugo de arándanos. Es lo que dan en los eventos... de hechiceros, obviamente —Rio y las disolvió.

—Oh.

—No tienes que tomarlo si no quieres—No estaba segura de hacerlo de todas maneras.

—¿Crees que exista una solución a lo que tengo?—Cambie de tema.

ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪÓɴ ᴍᴏʀᴛᴀʟ. (ʟᴜᴛᴛᴇᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora