Capítulo 8

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Comencé a respirar con dificultad mientras procesaba el hecho de que podía salir lastimada. Estaba sucediendo como la noche anterior. Inútilmente quise convencerme que era otra persona, pero sabía que era un gran riesgo comprobarlo. Volvieron a tocar, pero esta vez con golpes pausados y fuertes. Mire a mi alrededor, buscando algo con que defenderme si ese fuera el caso y me quede callada esperando ponerme a la defensiva.    

Al cabo de unos minutos hubo un silencio prolongado, y el alivio fue expandiéndose en mi cuerpo. La persona que había estado afuera no tenía manera de entrar, a menos que forzara la cerradura o tirara la puerta. Ambas opciones provocaría un escándalo y los vecinos se darían cuenta de ello.

Un poco más serena, me lave los dientes y mantuve el teléfono cerca de mí vista por si acaso. Estaba siendo paranoica al pensar que Simón vendría a mi casa. Aunque no entendía porque de un día para otro tanto el cómo Matteo se veían interesados en mí. Debía ser por el incidente en la cafetería porque no había otra cosa que me conectara a ellos.

Volví a la habitación y me recosté en la cama. Después de leer algunos capítulos de un libro, gire sobre mi costado. De repente, un electrizante escalofrió cruce por mi cuello a la parte baja de la espalda. Sacudí la cabeza y deje de pensar cuando sentí los parpados pesados como rocas. Ahogue un bostezo y en poco tiempo los pensamientos se hundieron, llevándome a un sueño profundo.

Una oleada de frio me entumeció los huesos. Abrí los ojos, sintiéndome en otra dimensión. Estaba recostada en el suelo que se encontraba cubierto de un polvo parecido a la arena. Me senté y vi velas encendidas a mí alrededor que formaban un perfecto círculo. Podía ver como la cera se deslizaba lentamente al suelo mientras era consumido por el fuego. No lo consideraba como algo romántico, sino todo lo contrario.

El lugar era parecido a una habitación pequeña, pero carecía de objetos y muebles. Me puse de pie y un vestido largo en color vino cayo hasta mis tobillos. Con los pies desnudos, comencé a dar vueltas lentamente y observe mi alrededor. En las cuatro paredes deterioradas que me rodeaban había símbolos extraños, y me esforcé en reconocer alguno.

Se suponía que estaba teniendo una pesadilla pero simplemente estaba dentro de un círculo de velas con símbolos desconocidos y... deje de cuestionarme cuando un dibujo en el suelo me llame la atención. No le encontraba forma debido a que la oscuridad era mayor, pero luego note que las líneas pintadas en color blanco se conectaban en varios puntos.

Fue entonces que lo supe. Era una estrella. Pero no cualquier estrella, sino una que tenía triángulos en los extremos y en medio de ella estaba yo. Era algún tipo de ritual que no me daba confianza.

-Está en problemas-La voz de Matteo hizo eco en la solitaria habitación. Él no estaba aquí, aunque era evidente que estaba observándome desde algún lugar.

Intente moverme y dirigirme a otro lado, pero una punzada horriblemente dolorosa se clavó en mi pecho. El aire se atascó en mis pulmones y caí de rodillas. Sentía que iba a desvanecer en cualquier momento. El dolor era similar a la anterior pesadilla. Cuando sentí que no podía mas, un agujero negro fue tragándose la habitación en espirales y remolinos. Mi vista se nubló cuando el torbellino se acercó a mí y la oscuridad fue lo siguiente que presencie.

Abrí los ojos, como si presintiera que algo malo estaría por suceder. Me estire hacia la lámpara de al lado y la encendí. Tome aire y exhale lentamente. Podía escuchar los latidos de mi corazón bombardeando rápidamente entre mi esternón. ¿Qué pasaba conmigo? Esa pesadilla había sido tan intensa y escalofriante. Me levante de la cama y fui al cuarto de baño, en donde me refresque el rostro que estaba empapado en sudor.

ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪÓɴ ᴍᴏʀᴛᴀʟ. (ʟᴜᴛᴛᴇᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora