Capitulo 1

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Despertéla mañana del lunes con el estruendo de golpes que amenazaban con taladrarme los oídos. Gastón, mi hermano, era la persona que tocaba la puerta como siempre lo hacía antes de irnos a la universidad. Estaba acostumbrada a levantarme con el ruido de sus nudillos contra la madera.    

Casi podía recordar a papa y mama venir a despertarme cuando era pequeña. Pero desafortunadamente ellos no vivían con nosotros. Ambos se habían mudado el día en que ingresamos a la universidad, justo después de que la abuela falleciera. Papa nos dijo que era hora de volvernos independientes y arreglar nuestros propios asuntos.

Yo tenía pensado conseguir un departamento para comenzar una vida a parte pero Gastón no estuvo de acuerdo.

Al final, decidimos quedarnos en casa juntos.

Gastón tenía veinte años, dos años mayor que yo, pero su comportamiento era de una persona de treinta. Aunque tenía que admitirlo, era un hermano responsable; se encargaba de los gastos de la casa y de cualquier inconveniente. Según el, yo debía preocuparme solamente por los estudios y por volver a casa temprano. Decía que con mis dieciocho años, yo aún no tenía la experiencia para enfrentarme a la vida.

Me molestaba que pensara eso de mí.

Si, era tímida e insegura pero también tenía mi carácter. El, en cambio era extrovertido, sociable y arrogante. No entendía como su novia Rebecca lo soportaba la mayor parte del tiempo en las clases.

-No dejare de tocar hasta que abras la puerta lo escucho decir desde el otro lado.

Gimiendo de pereza, me levante de la cama y luego de arrastrar los pies por la habitación, logre girar el pomo.

-Ya estoy despierta-Me talle los ojos y aun somnolienta, lo vi en umbral con el aura impaciente. 

-Tienes media hora-Señalo el reloj de su muñeca y se dio la vuelta, dejando un aroma a perfume.

Rodee los ojos y cerré la puerta mientras soltaba un bostezo. Me estire y di unos cuantos pasos antes de dejarme caer en la cama de nuevo. Odiaba levantarme temprano como cualquier persona, y odiaba el hábito que tenía mi hermano para venir a despertarme. Me ponía de mal humor.

Luego de cinco minutos, me levante a regañadientes y ordene las sabanas. El teléfono comenzó a sonar y me incline a la mesita de noche. Era una llamada de Gastón.

Sabía que solo lo hacía para apresurarme. Cogí un atuendo de ropa del armario y me dirigí al cuarto de baño.

Veinte minutos después, salí de la ducha y me vestí en tiempo record. Me colgué la mochila en un hombro y tome la caja de materiales que el profesor de laboratorio había encargado.

No iba a tener tiempo para desayunar, eso era un hecho. Deje salir un suspiro y me advertí mentalmente que la próxima vez me levantaría temprano.

Mike estaba en el sofá de la sala, tecleando el teléfono y moviendo el pie. Cuando me miro, rápidamente lo guarde en sus bolsillos y me quito la caja que sujetaba torpemente entre las manos.

-¿Qué diablos es esto?-Frunció el ceño, inspeccionando lo que había dentro.

-Materiales para el laboratorio-dije, tomando mi mochila.

Salimos de casa y ambos subimos a la camioneta.

-Me alegra no estar en esa clase-dijo cuándo comenzó a conducir.

No le tome importancia, simplemente me digne a mirar por la ventana. El cielo estaba tornado de un color gris opaco. El panorama era algo extraño debido a que la mayor parte de los días eran soleados pero llegue a la conclusión de que era algo normal e insignificante.

ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪÓɴ ᴍᴏʀᴛᴀʟ. (ʟᴜᴛᴛᴇᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora