Llegamos a la universidad justo antes de que el timbre sonara. Aun estaba abrumada por lo que había sucedido en el sueño. El hecho de que Matteo haya demostrado que se preocupaba por mi, me tenía confundida y nerviosa.
También estaba un poco desconcertada por su advertencia de alejarme de Ramiro. No tenía por qué acceder a su consejo. Dijo que era por mi seguridad, pero ¿por qué confiar en Matteo? No lo conocía del todo, y menos aun cuando confeso que tenía habilidades, que hasta ahora, no sabía cuáles eran. Aunque aparecer en mis sueños debía ser una de ellas.
Las primeras clases surgieron con lentitud, de hecho, estuve a punto de quedarme dormida encima de la mesa del laboratorio, pero Benicio me interrumpió, diciendo que el profesor iba revisar nuestros apuntes.
En la hora de descanso, pase por Emilia al aula de literatura. Cuando la vi, la note nerviosa. Estuve a punto de preguntarle que le pasaba, pero lo supe cuando Simon salió del salón. Debió haber sido incomodo compartir clase con el después de lo que había sucedido entre ellos.
Nos dirigimos a la cafetería, y nos acercamos a nuestra mesa en donde Valentina ya estaba ahí, hablando con Jorge, riendo a carcajadas. Sonreí y me convencí que él no era peligroso.
-Por fin llegan chicas, Ramiro estaba por contarme sobre sus aventuras de su antigua escuela-Dijo Jazmín con alegría.
-Bueno, no es tan interesante-Comento el, encogiéndose de hombros.
-Oh vamos, Ramiro. Dinos-Lo animo Emilia con una amigable sonrisa.
Me mire y lo alenté con un asentimiento. Comenzó hablar, pero en realidad no lo escuchaba. Estaba pensando en lo equivocado que podría estar Matteo.
¿Ramiro no era una buena persona?
No podía creer eso. Era agradable pasar el tiempo con él, y mis amigas estarían de acuerdo con eso. No encontraba algún indicio para alejarlo.
Despeje las dudas y me centre en su plática, pero al cabo de unos instantes, mire sobre su hombro. Cerca de la puerta de la cafetería, Simón estaba observándome fijamente. Se dio cuenta que lo miraba y luego inclino la cabeza, señalando la puerta de la cafetería.
Salió a los pasillos y fruncí el ceño. ¿De qué quería hablar conmigo que no fuera aquí?
Busque a Matteo en su mesa, pero no estaba. Unas carcajadas me sobresaltaron y me volví hacia Emilia y Jazmín, quienes reían con furor. Me sentí culpable por haberme perdido la conversación. Sentí la mirada de Ramiro y cuando me volví hacia a él, tenía los ojos entrecerrados. Seguramente preguntándose porque yo no reía. Me enfoque en el sándwich y le di un pequeño mordisco, queriendo pasar por desapercibida.
-No puedo creer que te haya dicho eso-Comento Jazmín entre risas.
-Debiste ser el mas sorprendido-Dijo Emilia.
-¿No te pareció gracioso?-Escuche decir a Ramiro y me tense. Me miraba con atención, y pude notar que su rostro se había endurecido por un momento.
-Lo siento, tengo que ir a buscar al profesor Lucas. Necesito preguntarle una duda sobre la asignatura-Logre decir mientras me levantaba de mi lugar.
-Y de mi parte, le dices que se rasure el bigote porque ya obstruye toda su boca-Bromeo Emilia.
Jazmín rio, y rodee los ojos.
-Nos vemos luego-Me gire hacia a Ramiro. Seguía en silencio, pero asintió con una sonrisa que pareció una mueca.
Salí de la cafetería y mire a los costados.
-Por aquí-Logre ver a Simón doblando la esquina del pasillo.
Lo seguí y cuando lo alcance, vi que entre al área de mantenimiento. Fruncí el ceño y me acerque. Abrí la puerta metálica de un movimiento y respingue cuando lo encontré frente a mí.
-Perdón, no quería asustarte-Dijo con una sonrisa traviesa.
Evadí su comentario y la puerta se cerró detrás de mí.
-¿Para que querías verme?-Pregunte.
-¿Y por qué teníamos que conversar en el aula del conserje?
Su sonrisa desvaneció, y su rostro cambio hasta ponerse serio.
-Estoy enterado que Matteo hablo contigo.
-Sí, me dijo que me alejara de Ramiro, pero no me dio una razón. Solo dijo que no era una buena persona, y que era por mi seguridad.
Asintió y luego coloco una mano en la puerta, a lado de mi cabeza.
-Y no hiciste caso.
-Yo puedo juntarme con quien quiera-Dije a la defensiva.
Arqueo las cejas, sorprendido por la brusquedad de mis palabras. Su mano libre viajo al otro lado de mi cabeza, dejándome encerrada entre él y la puerta.
-Te recomiendo que sigas nuestras advertencias antes de que salgas perjudicada-Su aliento a menta me golpeo en el rostro.
-Lo siento, pero creo que dudaría mas de ustedes que de Ramiro.
Ríe en seco y luego me miro. Sus ojos eran de un marrón oscuro, pero había un brillo espectacular en ellos.
-No lo entiendes, no tienes ni idea... –Murmuro.
-Así que, ¿besaste a Emilia?-No pude resistirme a preguntarlo.
Quería cambiar el tema y fue lo primero que se me ocurrió.
Al instante en que la mencione, bajo los brazos y gruño.
-Ella no debía hacer -Dijo, controlando la amargura en su voz.
-¿Por qué no le correspondiste? Quiero decir, ella es linda y obviamente le gustas-Una parte de mi quería saber la razón. Emilia era una chica con una belleza envidiable ¿qué chico se perdería de la oportunidad de besarla?
-Porque no me siento atraído por ella-Dijo luego de una pausa.
-Oh.
-Prefiero las chicas con curvas, cabello rubio oscuro y ojos verdes-Agrego mientras tomaba un mechón de mi cabello entre sus dedos.
Pase saliva, y mi cuerpo se estremeció.
-Sera mejor que me vaya, está por sonar el timbre-Me excuse.
Sonrió, y abrió la puerta para mí. Volvimos a los pasillos y solté el aire que estaba conteniendo.
-¿Y Matteo? -Pregunte con indiferencia mientras Simón cerraba la puerta detrás de él.
Me miro y con la barbilla, señalo por encima de mí.
-Allí viene.
Sentí las piernas débiles y gire sobre mis talones. Matteo venia hacia a nosotros con una expresión intimidante.
-¿Que estaban haciendo allí dentro?
¿Que les pareció esta charla de Luna y Simon?
¿Que hara Matteo?