Capitulo 5

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Luego de haber despertado en la madrugada a causa de esa rara pesadilla, me costó trabajo poder conciliar el sueño de nuevo, pero gracias a que Gaston me levantea tiempo pude llegar a la universidad sin retrasos.    

-¿Dormiste bien? Estas muy pálida, hermanita-Había dicho antes de que nos fuéramos. No quise preocuparlo y, en su lugar, respondí que me había desvelado por terminar la tarea.

En clase de física tenía unas ganas inmensas de golpear la cabeza contra la pared. Conseguir el valor del exponente no me importaba en absoluto. Habían pasado varios minutos mientras anotaba lo que había en la pizarra, cuando Simón apareció en la puerta.

-Disculpe profesora, el director solicita la presencia de Luna Valente en su oficina-Dijo, entregándole un papel que daba credibilidad a sus palabras.

Ella asintió y me dio permiso de salir. Sin tener la mínima de idea, me levante de mi lugar con el ceño fruncido mientras mis compañeros me miraban con intriga.

Simón me esperaba con las manos ocultas en los bolsillos y, en silencio, avanzamos por los pasillos.

¿Porqué de tantos estudiantes en Varsity tuvo que ser exactamente el amigo de Matteo quien me sacara de clase?

Matteo era reservado y distante. Desde el primer día fue discreto con respecto a sus amistades. Y desde que Mateto ingreso, ellos se convirtieron prácticamente en hermanos, lo cual llamo la atención de las chicas. No las culpaba. Simón tenía el cabello castaño, ojos con un café oscuro y un cuerpo delgado con hombros y espalda estrecha.

Lo mire de reojo y localice el piercing en su ceja izquierda que lo hacía ver interesante. Me pregunte como era su amistad entre él y Matteo, ¿serian ambos agresivos con todo el mundo que intentara relacionarse con ellos?

Deje de cuestionarme cuando me descubrió mirándolo. Sonrió, y yo volví la vista al frente con el rubor en mis mejillas. Estar a su lado me hizo recordar que había sido llamada por el director Moon.

¿Para qué razón necesitaba estar en su oficina? El único problema en el que había estado involucrada fue la discusión con Matteo, pero no tenía sentido hablar sobre ello cuando había pasado tres días del incidente.

Cruzamos los pasillos y me di cuenta que estábamos dirigiéndonos hacia el patio trasero de la cafetería. Me detuve abruptamente y me tense. La oficina estaba enseguida del salón de Artes, y ahora mismo nos encontrábamos en el lado opuesto de esa dirección.

-Sígueme-Ordeno suavemente cuando deje de caminar.

-¿En dónde está el director?-Pregunte, abrazándome a mí misma como señal de nerviosismo.

-En su oficina-Respondió con tranquilidad.

Con eso confirmo que había mentido.

-¿Y a dónde vamos?

-Afuera.

Trague saliva y di un paso atrás.

-No tengo nada que hacer afuera. Y si me disculpas, me voy a clase.

Retrocedí, y en el instante que di la vuelta me sujeto del brazo.

-Acompáñame-Susurro entre dientes.

Medite rápidamente que tenía la opción de gritar, pero eso lo alertaría a callarme y llevarme contra mi voluntad. Además, estábamos solos y eso era una ventaja para él.

-Está bien-Respondí, manteniendo la voz firme.

Aflojo su agarre y me soltó con un asentimiento. Me dio la espalda y aproveche la oportunidad para girar sobre mis talones y huir. Salí de la cafetería y corrí por los pasillos como si estuviera siendo perseguida.

Con la respiración agitada y los nervios de punta, regrese al salón. Tome asiento, manteniéndome en calma y segura. La profesora Flores no sospecho nada y continuo revisando apuntes.

Emilia, por otro lado, me miro confundida y preocupada seguramente preguntándose qué me pasaba.

Emilia, por otro lado, me miro confundida y preocupada seguramente preguntándose qué me pasaba

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¿Para que habra ido a buscar Simón a Luna al salón?

¿Tendra que ver con Matteo?

¿Que querrán de Luna?

Hasta el próximo capítulo lectoras.

ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪÓɴ ᴍᴏʀᴛᴀʟ. (ʟᴜᴛᴛᴇᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora