Sentía la adrenalina del miedo correr por mi sangre. Tenía un presentimiento que me detenía el flujo sanguíneo.
La sensación era similar a cuando veía una película de terror y se te cortaba el aliento justo cuando algo atemorizante iba a suceder. La única diferencia era que esto no era una película.
-¿Necesitas algo?-pregunte, manteniendo mi voz calmada.
-Nada, realmente. Pasaba por aquí y se me ocurrió venir a tu casa-dijo, escondiendo las manos en sus bolsillos delanteros.
Fruncí el ceño.
-Nunca te dije donde vivía-Estaba preparada para cerrar la puerta si hacia algún movimiento brusco, pero no lo hizo, solo sonrió con inocencia.
-Jazmín me lo dijo-Se encogió de hombros en modo de disculpa.
Más tarde tendría una plática con ella sobre eso. Tal vez él le pregunto y ella simplemente respondió. Pero aun así, debió haber cuestionado para que quería mi dirección.
-Oh-dije, con la intención de no seguir la conversación.
El silencio se prolongó por unos segundos, antes de que Ramiro se aclarara la garganta.
-¿No me invitaras a entrar?-cuestiono, señalando la sala desde la puerta.
Esa pregunta no estaba en las posibilidades para que se retirara. Ahora que sabía lo que era, me ponía alerta a cualquier cosa que decía. Seguía debatiendo si era totalmente cierto todo aquello que Matteo y Simón me habían dicho de él. Su mirada no me daba señales de hacerme daño pero no podía dejarme llevar por su apariencia despreocupada. Si lo dejaba entrar, le daría la oportunidad de hacer lo que quisiera y ninguna de ellas sería algo bueno.
-Lo haría, pero en este momento estaba terminando la tarea de Historia-Dije, rápidamente.
-¿De Historia? Estoy seguro que el profesor no encargue –Entrecerró sus ojos, evaluándome.
Mierda. Era una experta en las mentiras, nótese el sarcasmo.
-Quise decir, en la materia de Bioquímica-Balbucee, cerrando los ojos por un momento.
Me quería golpear mentalmente por ser tan idiota. El nerviosismo en mi voz fue suficiente para que dudara de mi excusa. Hasta la persona más estúpida sabría que estaba mintiendo.
Ramiro oculto una risa mientras asentía.
-Puedo ayudarte a terminarla. No soy sobresaliente en esa asignatura, pero podría ayudar en algo-Propuso con sinceridad.
-Gracias pero prefiero hacerlo por mi cuenta-Sonrío, aunque sabía era una sonrisa forzada.
-¿Sabes? Estoy pensando que estas tratando de; evitarme-comento un poco dolido.
Inmediatamente, negué la cabeza.
-Claro que no-La pequeña risa salió temblorosa de mi garganta.
-¿Y, por que estas tan nerviosa?-pregunto, mirándome con seriedad.
Diablos.
-No lo estoy, es que en verdad necesito hacer el resumen y si no lo termino, estaré en problemas-dije, mordiendo el labio.
Me observe por un momento, como si quisiera hacer o decir algo que no estaría correcto. Dejo salir un suspiro y vi como los músculos de su mandíbula se contrarían, disimuladamente.
Mi mirada se concentró en sus labios, enfocando con detenimiento una de sus comisuras. Me estremecí cuando logro divisar un diminuto y casi invisible lunar en la comisura izquierda. Era el quien me ofrecía esa copa con mi sangre en mi alucinación.
-Entonces me voy-Parpadee y lo mire.
Me sentí abrumada por confirmar que Ramiro, era la persona que estaba tras la mascara.
En eso llego mi hermano, bajo de la camioneta y se encontró con Ramiro en el camino. Esperaba que Gaston se pusiera a la defensiva. Pero me asombro cuando lo saludo.
-¿Qué tal, hermana?
Ramiro cruzo la puerta y me lanzo una mirada victoriosa.
-No sabia que lo conocias-Le dije a Gaston mientras se sentaban en el sofá.
-Es mi compañero en clase de atletismo-Comento con indiferencia.
-Ah, eso lo explica. ¿Cómo siguió Rebecca?
-Sigue sin creer que su amiga fallecio, pero ahora un poco mejor. ¿Qué haces por aquí?-Le pregunto a Ramiro.
-Vine a hablar con tu hermana pero me dijo que estaba ocupada, fue por eso que estaba por regresar a casa-Contesto mirándome de reojo.
-¿ocupada haciendo qué? ¿Ver televisión y leer?-Dijo arqueando una ceja.
-Estaba terminando el proyecto de Bioquimica-Replique esperando que se quedara callado.
-pero, en la tarde me dijiste que ya lo habías terminado-Expreso.
-Me faltaba completar la tesis de... como sea, ire a continuar con el resumen-Dije antes de desaparecer de la sala.
Al llegar a la habitación, encendí la luz y casi me da un infarto cuando vi a Matteo en la vantana.
-¿Llevas aquí mucho tiempo?-Pregunte luego de que mi respiración volviera a la normalidad.
-Tal vez- Respondio esquivándome para poner el seguro a la puerta.
-¿Dónde esta Simon?
-Se quedo en su auto, a unas cuadras mas adelante. Va a esperar que Ramiro se vaya para seguirlo.
-Por un momento pensé que me drenaría-Murmure, abrazandome a mi misma.
-Pero no lo hizo, además no iba a permitir que lo hiciera-Su mirada comenzaba a debilitarme.
-Gracias por lo que Simon y tu están haciendo.
Una vez que se marcho, el teléfono de Matteo comenzó a sonar.
-¿Qué paso?... ¿para donde se dirige?... si, entiendo... No, sigo en su habitación-Gruño-Callate, Simon... esta bien... te veo en Starlight, entonces-Colgo y guardo el celualr en los bolcillos-Tengo que irme, Ramiro se dirigio a RedHouse, asi que no creo que vaya a volver.
-¿Qué hare mientras tanto? No puedo tratarlo con indiferencia.
-Podrás hablarle en la universidad, pero por nada del mundo te quedes a solas con el.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Les gusto el capitulo?
¿Que querrán que pase?
NOTA: Habran notado mi ausencia por meses, desde el año pasado estuve teniendo problemas personales.
Aun no podre subir capitulos constantemente hasta en unas dos o tres semanas mas aproximadamente.